Little Alpha || NamJin

I

"Mentira... Mentira... ¡MENTIRA!"

Repetía en mi cabeza mientras corría de regreso a casa, no podía llegar en tales condiciones al instituto... Quién sabe qué cosas podrían pasar.
Atropellé la puerta de entrada e ingresé con manos temblorosas la clave para luego entrar y cerrar de un golpe, suerte que a estas horas no hay nadie en casa. Solté un sonoro suspiro y me deslicé por la puerta hasta quedar en el piso en posición fetal, sentía las lágrimas nublándome la vista, pero no me permitiría llorar.

Mi primer celo había llegado y no podía creer que yo, Kim SeokJin, haya resultado ser un Omega.

Todo marchaba a la perfección...

Nací en una familia respetable, siempre fui bueno en los estudios, en los deportes, tengo una apariencia atractiva, para qué negarlo, y la mayoría de la gente cree que soy agradable. Lo más probable era que yo fuese un Alfa o por lo menos un Beta. Siempre pensé eso... Hasta hace un momento.

Me levanté despacio, aún tembloroso, mareado e incómodo a causa de la humedad en mis pantalones. Ingresé a mi habitación dispuesto a darme una ducha con agua fría.

Luego de bajarme la calentura momentanea, me colé a la habitación de mis padres y entré al baño a revolver su botiquín en busca de supresores. Si es que las señoras mayores aún los usan... ¡Bingo! Abrí la caja, quedaba tan solo una pastilla. No importaba en ese momento. Lo repondría más tarde.
Luego de unos minutos ya me sentía mejor, tomé mi teléfono y avisé al congreso estudiantil que estaba "enfermo" pero volvería al día siguiente. Me levanté de la cama y me coloqué un cubrebocas y una gorra.

Bien... A la farmacia.

De alguna manera se sentía como si estuviera por ir a comprar condones por primera vez. Bueno, nunca había comprado condones, pero suponía que era parecido.
Acabé comprando dos cajas de supresores, por si acaso, uno nunca sabe. Al llegar a casa fui directo al baño de mis padres a reponer lo que me había robado, dejé todo en perfecto orden, ya iba a marcharme, pero al voltear...

-Explícame qué crees que estás haciendo Kim SeokJin.-mi madre me había encontrado en plena escena del crímen, haciendo que me encogiera en mi lugar. Así que tuve que contarle.

-Estaba a cuadras de llegar al instituto, me sentí raro y... Húmedo. Así que volví a casa, y descubrí que a fin de cuentas presenté como Omega. No como Alfa como creía.-Resumí. No le había contado lo del niño, pero eso era lo de menos.

-Lo sabía.-respondió con simpleza.

-¿Qué?-la miré anonado.

-Si, cuando me entregaron los resultados del exámen de género lo vi.-se encogió de hombros.

-Pero... ¡¿por qué no me dijiste?!-no se me había ocurrido lo de preguntar por el exámen, estaba tan convencido que ni se me pasó por la cabeza.

-Porque te veías muy seguro y no quise romper tus ilusiones... Aparte, ni siquiera preguntaste.-respondió sencilla como leyendo mis pensamientos. Lo único que quería en estos momentos era correr a mi habitación y dejarme consumir por mi cama para nunca salir. O al menos hasta que lo termine de asimilar. Pero no quiero ser un Omega...

Debe ser un malentendido.
¡Yo no soy un Omega!