XIII

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El día de la ceremonia de graduación había llegado más rápido de lo que NamJoon pudo llegar a imaginar, su madre sólo lloraba orgullosa al final de la entrega de diplomas, mientras iba fanfarroneando al aire varios comentarios acerca de su hijo durante todo el camino a casa. En cambio él, no podía dejar de pensar en el boleto de tren que lo esperaba para partir en pocas horas hasta Seúl.

Repasó una vez más su equipaje en la mente mientras caminaba hasta la puerta seguido de su mamá. Una vez se hubo asegurado de tener todo, se volteó hacia la mujer, quien lo observó nostálgica. Sólo pudo darle una pequeña sonrisa a cambio.

-Lamento que sea tan repentino mamá, pero debo irme ahora.-Me lo prometí a mi mismo y se lo prometí a mi Omega. La tomó de las manos, dejando un beso en cada una, ya a punto de despedirse.

-Está bien, cielo, no tienes que disculparte.-Rió por lo bajo dando un apretón a sus manos. -No importa donde vayas, no me avergüenza alardear de mi hijo. Además, sé que por lo menos vendrás a visitarme.

-Por supuesto que sí.-Soltó la unión de sus manos para tomar la correa de su bolso y la manija de la maleta. Le dió una última sonrisa a su madre y abrió la puerta cuando escuchó el cláxon del taxi.-Adiós mamá.

-Adiós por ahora, NamJoon-ah.

-Adiós por ahora, NamJoon-ah

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Ocho años habían pasado. En ese entonces aún era un niño, e incluso antes de saber qué propósito tenía en este mundo, sólo se enamoró de quien formaría parte de su futuro.

Y en ese momento, ya en la gran ciudad de Seúl, estaba dispuesto a cumplir con su destino. Pero primero debía ver si su compañero estaba tan dispuesto a ello como él.

Luego de haber batallado largos minutos con el GPS, por fin pudo llegar hasta el complejo de apartamentos donde tenía entendido, vivía SeokJin. El portón de la entrada estaba abierto, así que no dudó en entrar. Estuvo de pié unos minutos frente a la puerta con un brillante número dieciocho hasta que juntó suficiente fuerza de voluntad y alzó un brazo para llamar al timbre, no notó que sus manos temblaban hasta ese momento. Dentro de la casa pudo escuchar la simpática melodía, sin embargo, nadie salió a atenderlo.

-Me pregunto si Hyung aún está en el trabajo...-Murmuró para sí mismo.

Esperó toda la tarde frente a la puerta, la gente que pasaba por el pasillo lo miraba con indiferencia o lástima quizás, así que en algún momento en el que la noche había llegado y se sentía fuera de lugar, decidió que sería mejor volver al día siguiente.

Y allí estaba de nuevo, sentado como plantero junto a la puerta de SeokJin.

-Hyung, de verdad quisiera saber si tampoco volverá para esta noche. Quiero verlo...

Little Alpha || NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora