La cacería había sido realmente agotadora. Ambos entraron al cuarto del motel de turno cansados, ensangrentados, sucios y exhaustos. Al menos había salido bien, aunque eso no quitaba de ellos la sensación de agotamiento extremo a la cual tan acostumbrados estaban ya. Apenas cerraron la puerta oyeron un aleteo tan característico para ambos. Dean alzó la vista y se halló con esos ojos tan azules clavados directamente en él, como siempre. Castiel ni siquiera disimulaba la intensidad con la cual lo miraba, no le importaba ocultarlo. Eso a Dean lo ponía nervioso, y tremendamente ansioso. Quería simplemente fundirse en esos ojos azules y nadar en ellos, ajeno a todo lo malo, a los monstruos, la cacería, la violencia y la sangre. Acunarse en esos brazos de fuerza sobrenatural que lo habían salvado de la perdición, y que aún lo salvaban de él mismo. Lo peor de todo es que luego de lo que había ocurrido entre ellos la última vez que se vieron, estaba casi seguro de que el ángel le diría que sí, que se refugiase entre sus brazos y se escondiese en sus ojos, y que se marchasen a un lugar donde nada ni nadie pudiese dañarlos.
-Dean.-dijo el ángel con su voz grave y rasposa, aunque hubo un dejo de emoción que no pasó desapercibida por ninguno de los hermanos.
-Cas.-respondió Dean, con un tono similar al del ángel, y una tímida sonrisa.
-¿Cómo están?-consultó seriamente el ángel, y ante el plural Dean recordó que Sam estaba a su lado, así que cambió un poco su postura.
-Hola, Cas.-saludó Sam, quien hasta el momento sentía que no participaba de la atmósfera y la conversación. Aunque no era nada nuevo el ambiente que se generaba cada vez que Dean y Cas compartían un espacio. Sin embargo, algo parecía haber cambiado entre ellos, aunque no estaba seguro de qué. Y sabía que su hermano jamás le contaría nada de ello.-Estamos agotados, pero bien.
-Me alegro.-respondió. No sonreía, pero sus ojos sí. Dean se sentía orgulloso de haber aprendido a detectar esa felicidad escondida en el ángel.
-Voy a descansar.-anunció el rubio, dirigiéndose a su cama.
-Yo voy a darme una ducha. Nos vemos-le indicó a Castiel, creyendo que al saber que se hallaban bien ya se marcharía.
Dean se tumbó en la cama sin pensarlo, boca arriba. Castiel siguió seriamente con la mirada al menor de los Winchester, hasta que ingresó al baño. Luego volteó a ver a Dean, quien simulaba tener los ojos cerrados, aunque en verdad espiaba al castaño, intrigado de qué haría a continuación. El ángel caminó con parsimonia hasta la cama en la cual el rubio descansaba, y se sentó sin preguntar en la orilla. Dean estaba nervioso. Aún no sabía cómo se había tomado Castiel lo que había pasado entre ellos. Ese maldito ser era tan indescifrable....pasaba de ser un soldado celestial a un tierno guardián a un gran besador en cuestión de segundos, sin que Dean supiese cuán consciente era de lo que estaba causando en él. De lo que sí era consciente, evidentemente, era de que aquello no era algo muy normal. Pero bueno, ¿qué podía salir normal si había un ángel en el medio? ¿Y el humano en cuestión era Dean Winchester? Al menos Castiel se había sentado en su cama. No había desaparecido, despavorido. Quizás él también tenía sus dudas.
Sintió la mano de Castiel sobre su pecho, acariciándolo lentamente. Dean no pudo evitar soltar un suspiro.
-Creí que dormías.-dijo el ángel, e increíblemente, parecía haber un dejo de burla en él.
-Podría haber suspirado en sueños.-respondió desafiante, sin atreverse a abrir los ojos.
-Te he visto dormir, así que sé distinguir tus suspiros.-respondió rápidamente.
-¿Me has visto dormir?-preguntó Dean con alegría no contenida, abriendo los ojos.
Enseguida vio el ¿temor? en los ojos del ángel. Castiel se quedó boquiabierto, evidentemente no había querido decir eso, se le había escapado. Pero a él nunca se le escapaba nada. Oh, al menos que estuviese con Dean, cuando sus neuronas parecían desconectarse y lo único que podía pensar era en lo hermosa que era su sonrisa, lo transparentes que eran sus ojos y lo cálida que era su alma. Se pasó la lengua por los labios, tratando de volver a su postura de ángel del Señor usual, pero no podía: había dado un paso en falso, y la sonrisa de Dean sólo le hacían recordar una y otra vez la manera en que le había sonreído dulcemente la última vez que se vieron, sentado sobre sus piernas. Y de allí sus pensamientos eran un caos de sentimientos casi indescifrables que lo sobrepasaban.
ESTÁS LEYENDO
Un ángel muy humano [Destiel]
FanficCastiel es un ángel, Dean lo sabe. Y, sin embargo, ¿no es humano lo que sienten el uno por el otro? ¿No es Castiel el ángel que más los ha ayudado y protegido, quien más bondad les ha mostrado? Dean ha provocado que Castiel esté más cerca de los hum...