Compromisos

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Estoy en el despacho médico. Conner está a mi lado tomandome de la mano como si lo necesitará, está no es la primera vez que tengo que hacer algo como esto.

—Así que Hayes ¿Cuál es el problema?—pregunta la doctora mirando mi expediente.

—Hace poco menos de un mes decidimos que queríamos tener un bebé.

—Eso explica el porqué dejaste pasar tres semanas a tu inyección. El problema está en que no debes simplemente dejar este método como si nada.

—Lo hice porque queremos un bebé y es lo que suele pasar cuando se pasa la fecha de aplicación.

—Si. ¿Has tenido algunos problemas?

—Mi periodo lleva un retraso de dos semanas. Suelo ser bastante regular.

—¿Mareos?

—No.

—¿Nauseas?

—No.

—¿Con que frecuencia tienen relaciones sexuales?

—Casi todos los días, algunas veces más de una vez. —eso no es muy acertado pero es lo único que quiero decir. —Me realice un test casero y resultó positivo.

—Posiblemente se traten de tus hormonas, estarán hechas un desastre. Ordenare un análisis de sangre para que te quedes tranquila. —dice llenando un formulario.

—¿No me hará un ultrasonido?

—Sería pronto para realizar uno regular, tendría que practicarte uno transvaginal y no es muy cómodo que digamos.

—Lo sé pero es lo regular.

—¿Has estado embarazada?—pregunta mirándome por encima de sus gafas de media luna.

—Si. Es por eso que sé que puede que esté embarazada.

—La prueba sanguínea te lo dirá de manera clara, creeme es lo mejor. —es como si quisiera decirme algo.

—¿Pero es posible un resultado positivo?—pregunta Conner con nerviosismo.

—Por supuesto, no sería la primera vez. Pero creo que es poco probable.

Llena algunas formas.

—Vayan al piso tres. Te sacarán sangre, luego ve a pagar y regresen el miércoles, tendré los resultados para entonces.

—¿Tanto tiempo?—Conner está ansioso.

—Es un hospital, estamos saturados con pruebas urgentes para operaciones.—la doctora se ve molesta ahora.

Nos levantamos y vamos al piso indicado. En el mostrados entrego la orden del análisis.

—La cuarta puerta de la derecha, señora, la están esperando. —nos dice una enfermera.

—¿Estás nerviosa?

—No. Solo me sacarán sangre. No es mi primer análisis.

Voy al lugar donde me indican y tomo asiento. Una doctora toma una muestra enorme de sangre y luego se va, por ahora es todo. Habrá que esperar el resultado.

Regresamos directamente a casa porque después de mi victoria ahora tengo que arreglar la casa para la visita de siete personas a las que sin duda alguna no me interesa conocer.

Muevo muebles, limpio el piso aún cuando jamás lo había hecho, abro las ventanas, vuelvo a cerrarlas, cambio los manteles individuales. Conner está sentado en la sala esperando a que me calme pero estoy nerviosa. La comida llega a las siete y cuarenta y cinco, la coloco en platos para el centro de la mesa y finalmente faltando cinco minutos para las ocho empiezan a llegar nuestros invitados.

Conviction III: BalanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora