Prólogo

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A un lado! Soldado herido, quemaduras de tercer grado y desangrado rápido, necesita un trasplante de sangre ahora! -decía un enfermero de la base armada a las afueras de Dirbum Lane, el camino hacia la enfermería de la tan llamada base enemiga parecía demasiado eterno- tejidos muertos en el brazo izquierdo, heridas profundas y desgarre de piel, posible amputación!

El camino que seguía la camilla después de vaciarse era obstruido por los soldados quienes miraban atentos al joven que se encontraba en tan vergonzosas condiciones, si, era común que nadie ahí se preocupara por su prójimo.
Era sabido que el chico de sudadera roja tuvo problemas al llegar a aquella ciudad, llegaba como soldado de intercambio del ejercito de Noruega, el motivo principal no es el que todos creen, ese chico no solo fue enviado como un intercambio sino que tambien se le pidio a la base enemiga cambiar y examinar su "complicado" comportamiento.

Era de esperarse que los murmullos no tardaron en aparecer, algunos de los soldados se burlaban del noruego, otros aguantaban lanzar una fastidiosa carcajada, y muy pocos solo se preguntaban si el chico estaría bien o si tendrían una nueva baja.

Escucharon los gritos desesperados de dos soldados quienes gritaban el nombre del menor, miraron hacia la dirección de donde provenían encontrándose con dos hombres intentando zafarse de los guardias del Lider.

La situacion debía ser grave, notaron como aquellos grandes y fornidos hombres llevaban a rastras a los dos soldados hasta la oficina del temible Jefe de la base, si ellos fueron los responsables de las heridas del noruego, estaban muertos.

Los soldados que eran llevados hasta aquella oficina tenían miedo, había dos posibilidades, ser relevados de su cargo o morir.

Miedo? Si, bastante, pero el sentimiento que mas les dominaba era la preocupación por el chico del cual estaban encargados de cuidar, se habían encariñado con el menor de ellos.

Después de pocos minutos los hombres llegaron a la puerta que los llevaba a la oficina de su líder y dejaron a los soldados frente a esta.

Adelante, el líder los está esperando -mencionó uno de los guardias con voz gruesa

Tengo miedo -dijo como un pequeño susurro uno de los soldados

Estaremos bien...eso espero -le respondió su compañero, tocó la puerta tres veces para despues escuchar al líder darles permiso de entrar.

La oficina era grande, el lugar se veía atemorizante por dentro, se sentía un aire pesado, frente a ellos se encontraba un hombre con el señor fruncido mirando a ambos soldados.

Los dos hombres reaccionaron con un saludo militar como era costumbre al entrar a la oficina.

El hombre se levantó de su asiento dejando ver su traje rojo y negro junto con sus medallas, atemorizando a los otros dos.

Paul y Patryk, jamas pensé verlos aquí por motivos que no fueran una felicitación -dijo con voz rasposa ocasionando un leve escalofrío en ambos soldados- supongo que saben por qué están aquí, no?

Señor, es por el soldado Larrson, señor -contestó Patryk, era bastante obvio, los encargados de vigilar y cuidar al chico de intercambio habían fallado su misión.

Siempre tan acertado soldado, verán...ustedes tenían un trabajo muy importante -de abajo de su escritorio sacó una pequeña caja llena de pequeños soldados de plomo colocados en sus respectivos lugares- si los hubiera puesto a cuidar a otro soldado no estarían aquí, solo una baja mas y nada de que preocuparse  -dijo tirando uno de los soldados- pero es Larrson de quien estamos hablando

No entiendo señor, dice que Larrson es importante? -pregunto Paul con un gran confusión

Estoy diciendo que Larrson es nuestra esperanza! Mirenme, ya estoy viejo y no puedo seguir encargándome de esta base -tiró otro de los muñecos que se veía de rango importante por como estaba hecho- pero Larrson, es joven y fue capaz de seguir mis ordenes para traicionar a sus amigos, ese chico tiene lo necesario..

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Tiene corazón de Lider

THE RED ARMY {TOMTORD}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora