5. I want you to think

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En blanco.
Otra vez en blanco.

No sé le había roto el corazón porque todavía no lo había procesado. No le conocía. No le conocía. No le...
¿Cómo cojones no iba a conocerle? ¿A caso tenía amnesia o algo? No se acordaba de él y le ¿dolía? Sí, mucho, una puñalada directa, como un montón de bofetones en la cara sin previo aviso, como un puto tsunami sin el momento anterior en el que el mar se retira, al fin y al cabo el siempre estaba hasta el cuello. Y es que ahogarse en su propio vaso de agua era una cosa, pero eso... Eso definitivamente no se lo esperaba.

Estaba a punto de hablar, de preguntarle si le estaba tomando el pelo o algo y, sin embargo, no pudo hacer otra cosa que verle marchar. El ojiazul se mezcló entre la multitud con su bandeja, se había llevado la comida tras haber aclarado la situación, en realidad el número de Brendon era el catorce, fallo de impresión de la máquina. Malditas máquinas.

No pudo ver dónde se había sentado y sobre todo con quién hasta que le entregaron su pedido correspondiente y pudo salir de la zona del mostrador para buscar una mesa y buscarle a él con la mirada pero había demasiada gente y abandonó la segunda tarea al encontrar una de las escasas mesas libres.

Comiendo solo, paseando solo, llorando solo, en fin, un sumario de esas últimas dos semanas. Hasta Pete le había abandonado, ahora tenía pareja y era ridículamente feliz. Sólo le quedaba Alex, sí, Alex. Desde aquel día en el que tuvo que ejercer de niñera eran amigos, estaba siendo algo así como el reemplazo de Pete ante el abandono de este, ya no había fiestas locas de jueves a domingo, ahora su amigo se pasaba cada rato libre con Patrick. Y era triste.

No porque estuviese celoso ni nada así, se alegraba de que hubiese sentado su atolondrada cabeza y estuviese feliz por fin pero... Él no lo había hecho, la felicidad se tornaba más lejana día a día y su amigo de toda la vida ya no estaba ahí para hacerlo sonreír, para ser ese hombro donde llorar, igual que la felicidad, se estaba alejando de él. Y eso le hacía sentirse aún más sólo, a pesar de Alex. Tardaría siglos en tener la misma confianza con él que la que tenía con el teñido, y era inevitable. Siempre supo que algún día pasaría porque las amistades eternas no existen del todo, y parte de él lo asumía, pero la otra no podía creerlo.

Desde siempre y para siempre.

¿Era así? La frase favorita de ambos. Sí, esa era, pero ahora temía recordársela, sólo empeoraría las cosas porque a decir verdad los dos estaban siendo injustos con el otro.

Lo dicho, estaba en una mesa, no había muchas disponibles así que simplemente se sentó en la primera que vio. Tenía vistas a la acera a su derecha y al frente, a su izquierda podía ver a la entrada trasera y el pasillo que llevaba a los aseos, justo al lado de dicha puerta.

Tenía ya la hamburguesa a escasos centímetros de su boca cuando notó la vibración del móvil en su bolsillo, dejó la comida y desbloqueó el móvil, era un mensaje de Alex. Decía que se iba a reunir con Jack y unos amigos en esa misma hamburguesería, podría parecer una coincidencia absurda pero no lo era, ese local era el favorito de Alex y sus amigos, por lo que casi siempre solían quedar allí. Le respondió que ya se encontraba allí y el otro le confirmó que se verían en unos diez minutos.

Dejó el móvil a un lado y prosiguió con lo suyo, se comió su tan deseada hamburguesa y luego se dedicó a comerse las patatas mientras miraba Instagram. Vio movimiento en la acera delante de él y, no se lo podía creer, era Dallon de nuevo, le había visto. Le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiese y ante toda la ya habitual cara de confusión del azabache se adentró en el local para dirigirse a los aseos.

Sin saber que estaba ocurriendo Brendon se levantó y siguió los pasos del castaño. Estaba muy nervioso, por un lado quería lanzársele al cuello y besarlo hasta ahogarse, por el otro quería darle un puñetazo en toda la cara. Él había estado esperándole, preocupado de si estaría bien o no, en un maldito sin vivir ¡¿Y luego va y le dice que si se conocen?! Sí, y vuelve a desaparecer y claro, en su último acto le dice que le siga al baño de una hamburguesería... ¡¿Qué diablos le pasa?! ¿Como ha de reaccionar? No tenía la menor idea así que sólo entró ahí y esperó a que el más alto iniciase la conversación.

Heartbreak Or Death {Brallon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora