Capítulo 2

505 17 2
                                    


Narra Malú

-Wow, Pablo López y Juanes se unirán al equipo de La Voz en esta edición -le digo a Gonzalo, el levanta un momento la vista del periódico para mirarme, asiente y vuelve a lo que estaba

Vaya que entusiasmo, digo para mis adentros. Me levanto del sillón y salgo al patio trasero de mi casa dispuesta a llamar a Pablo.

El teléfono suena y nadie contesta, cuando estoy a punto de cortar, su voz hace que mi corazón se apriete y sienta mil mariposas en mi estómago. ¿Que te sucede, Malú? me pregunto a misma.

Llamada

-¿Hola? -pregunta Pablo al otro lado del teléfono.

-¡Pablito! -chillo en cuanto puedo recuperarme del subidon que me ha dado al escuchar su voz después de tanto tiempo.

-Malú, ¿que tal?. Tanto tiempo sin saber de ti

-Mucho tiempo, Pablete. Me tenías olvidada, desde tu cumpleaños que no sabía nada de ti -digo.

-Eso es mucho tiempo. Perdoname, he estado un poco ocupado -se excusa.- pero ya nos veremos más seguido, ¿eh?

-¡Siiii! de hecho para eso te llamaba, te quería felicitar. Me enteré que serás Coach

-Así es, muchas gracias, preciosa -su última palabra hace que me sonroje, siempre es tan lindo conmigo. Me encanta

Pasamos hablando un buen rato, le pregunto por su familia, por como va con su vida pero no me atrevo a preguntarle por su novia, ni él tampoco la menciona.

Desde que conocí a Pablo, me di cuenta de que él era especial, siempre alegre, un músico del 10 y muy buen amigo. 

Jamás lo había mirado con otros ojos hasta que comenzó a ir como asesor de Antonio Orozco a la voz, ahí nos conocimos mejor y me di cuenta que era un chico muy gracioso, me seguía todas mis bromas detrás de cámaras y cuando nos juntábamos todos los del equipo a cenar.

Antonio siempre nos molestaba, pero como yo sabía que él tenía novia, todo quedaba ahí, en bromas.

Para la siguiente edición de la voz le pedí a Pablo que fuera mi asesor y aceptó inmediatamente. Me hacía mucha ilusión trabajar cerca de él.

Fue ahí cuando me di cuenta que lo que sentía por él era mucho más que una confusión temporal. Cuando Pablo me miraba a los ojos, tomaba mi mano o simplemente me sonreía, algo dentro de mi cambiaba. Mi corazón se aceleraba, me temblaban las piernas y sentía un montón de mariposas en el estómago.



Amor disfrazado de amistad. ¿Cuánto tiempo podrán disimular?-Malú y Pablo LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora