Capítulo 12

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Narra Pablo 

La mañana siguiente me despierto muy temprano, la idea de mostrarle el disco a Malú me entusiasma demasiado. Me meto a la ducha y cuando ya estoy listo y vestido, bajo a desayunar. Laura ya se ha ido a trabajar, llevamos dos días sin hablar, ya que cuando yo llego ella está dormida y cuando yo despierto por la mañana, ella ya se ha ido a trabajar. 

Mientras como mi desayuno llamo a Malú para recordarle que a las 11:00 pasaré por ella, pero no me coge las llamadas. Reviso su última conexión de whatsapp y ha sido anoche. Insisto con las llamadas, pero sigue sin coger el teléfono. Un poco preocupado me lavo los dientes y salgo rumbo a su casa. 

Por suerte no hay mucho tráfico, así que no tardo mucho en llegar. Aparco fuera de su casa y me quedo unos minutos pensando en si debo bajarme a tocar la puerta o no, no quiero causarle problemas con Gonzalo. Le marco dos veces más, pero como sigue sin contestar a mis llamadas, me bajo del coche, me paro fuera de su puerta y llamo al timbre. Pasan más de 5 minutos y nadie abre, vuelvo a llamarla al móvil y escucho que suena dentro. La preocupación me comienza a invadir, ¿le habrá pasado algo?, ¿o solo se habrá quedado dormida?. Joder, no sé que hacer. Sigo llamando al timbre y sus perras comienzan a ladrar.

Narra Malú 

Continúo en mi cama hecha un ovillo, las lágrimas no paran de salir de mis ojos. Pasan horas y no logro conciliar el sueño. 

Miro la hora en el reloj de la mesita de noche, las 4:50. Pienso en todos los momentos buenos de la relación con Gonzalo y luego viene a mi mente él con las maletas yéndose de casa y ahí vienen de nuevo las lágrimas. Cuando ya comienza a amanecer, me duermo. 

Los ladridos de mis perritas me despiertan, intento buscar el móvil pero no lo encuentro, creo que lo he dejado olvidado en la sala. Veo la hora en el reloj, las 11:15. Joder, Pablo. Me pongo de pie de un salto y escucho que alguien le pica desesperadamente al timbre. 

-¡Malú! -gritan desde fuera, es Pablo. 

Corro al cuarto de baño y me miro en el espejo. 

-Que carita traes, María Lucía -me digo a mi misma. 

Me lavo la cara, me seco y corro escaleras abajo para abrirle a Pablo, no es que quiera ver a alguien ahora mismo, y menos con esta cara, pero quizá de que hora está aquí el pobre asi que decido abrirle. 

Narra Pablo

Cuando estaba por irme convencido de que no estaba en casa, la puerta se abre y me encuentro con una Malú irreconocible, llevaba la misma ropa de ayer, el cabello despeinado, unas ojeras enormes y los ojos rojos. Aún así para mi estaba guapísima. 

-Dios, Malú ¿qué ha pasado? -pregunto desesperado acercándome a ella.

-Pablo...-dice y se hecha a llorar. 

Rápidamente la rodeo con mis brazos, ella apoya su cabeza en mi pecho y puedo sentir como su cuerpo se estremece por el llanto. Intento entrar a la casa sin apartarla de mi y camino con ella pegada a mi cuerpo hasta la sala. No le pregunto nada, solo le acaricio el cabello y de vez en cuando beso su cabeza. 

Mi camiseta se comienza a humedecer debido a sus lagrimas, pero no me importa, solo quiero que ella se sienta mejor.

-Perdón...-dice luego de unos minutos y se separa un poco de mi.-te he estropeado tu camiseta.

-¿crees que me importa la camiseta ahora? -digo tomando su cara entre mis manos mientras que con mi pulgar seco sus lagrimas. -¿me quieres contar que ha pasado? 

-Gonzalo se ha ido, me ha dejado -dice esto y nuevas lagrimas comienzan a brotar de sus ojos. 

Debí suponerlo, menudo imbécil. Que daño le ha hecho. Nunca había visto a Malú así. Me acerco nuevamente a ella y la rodeo con mis brazos para que sienta un poco de contención. 

-Ven, sentémonos -le propongo al notar que sus piernas comienzan a temblar. 

Mi móvil suena y es Max, de seguro estará preocupado porque no he llegado a los estudios aún, me alejo un poco de ella y cojo la llamada. 

-Max -digo

-Pablo, estaba preocupado, te envié varios mensajes pero no respondías -dice Max 

-Ah si, lo siento, estoy ocupado ahora 

-¿No vendrás con tu amiga a los estudios? -pregunta él

-No, lo siento. Ha surgido un imprevisto de última hora. Lo dejamos para otro día -digo 

-Vale, ¿tú tampoco vendrás hoy?

-No, hoy no iré, nos vemos mañana, Max. -cuelgo antes de que siga preguntando. 

Me dirijo al sillón donde se encuentra Malú sentada. 

-Pablo no tienes que posponer tus planes por mi, si tienes cosas que hacer anda, ve -dice Malú. 

-No tengo nada más importante que hacer que asegurarme de que estarás bien, Lula -digo


Amor disfrazado de amistad. ¿Cuánto tiempo podrán disimular?-Malú y Pablo LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora