Capítulo 13

380 16 5
                                    


Narra Malú

Había pasado más de una hora desde que Pablo había llegado a mi casa, aunque yo le había dicho que se fuera, que no quería que dejara de hacer sus cosas por mi, no se fue, seguía aquí conmigo. Ahora mismo estábamos en el sillón, él sentado y yo tumbada reposando mi cabeza en sus piernas. Él acaricia delicadamente mi pelo y vemos la televisión, el llanto ya se había ido, y todo gracias a él y su compañía. 

-¿Te sientes mejor?-pregunta Pablo.

-Mucho mejor. Gracias, Pablo, de verdad. -digo incorporándome para mirarle a los ojos. 

-No las des, -dice con una sonrisa tímida. -¿tienes hambre?. No has comido nada.

-La verdad es que si, tengo hambre, ¿y tú? 

-No, he desayunado en casa -dice- Anda, deja que te prepare algo 

-Nooo Pablo, que dices, ya suficiente has hecho por mi, lo haré yo-digo intentando ponerme de pie, pero él toma mi brazo para detenerme.

-Anda, no seas cabezota, quédate aquí y yo te preparo algo, si me dejas usar tu cocina, claro -dice tímidamente

-Ay que mono eres, Pablito, anda, estás en tu casa -sé que nada de lo que diga lo hará cambiar de opinión asi que accedo a que me prepare algo de comer. 

Se levanta sonriente del sillón y se dirige a la cocina. Yo mientras les doy de comer a mis mascotas. 

Rato después aparece Pablo sosteniendo una bandeja contiene un café, un zumo de naranja, tostadas y un poco de fruta picada. La deja en la mesita y se sienta a mi lado. 

-Listo el desayuno para esta guapera -dice sonriente 

-Ay Pablo, no sé como te agradeceré todo esto que estás haciendo por mi. -Tengo una enorme sonrisa en la cara que me es imposible disimular. 

-Con esa sonrisa que tu tienes, yo me doy por pagado.-Puedo sentir como mis mejillas se vuelven de un color rojo. 

Bajo la mirada para que no note que se me han subido los colores, y me dispongo a comer mi desayuno. 

Narra Pablo 

Estamos en el sillón de la sala. Ella reposa su cabeza en mis piernas y yo mientras acaricio su pelo, está mucho más tranquila. Ya ha pasado más de una hora, asi que supongo que debe tener hambre, se lo pregunto y me dice que si, asi que sin dudarlo un segundo, me dirijo a su cocina y le preparo algo de comer. 

Cuando regreso a la sala donde está ella con el desayuno ya listo, por fin veo que sonríe y eso me tranquiliza mucho.

Me siento a su lado y la observo como se termina el desayuno. Cuando ya ha terminado, me vuelve a regalar una hermosa sonrisa. 

-De verdad gracias, Pablo -dice 

-Que no me las des, Lula, no es nada -digo

-¿Que no es nada?, Pablo, si tú no estuvieras ahora mismo acá conmigo, de seguro estaría llorando en mi cama sin ganas de levantarme, para mi significa mucho que hagas esto -nos miramos fijamente y yo no soy capaz de hacer nada más que sonreír tímidamente. 

-Pues me alegra haber venido. El solo pensar en que podrías estar aquí sola llorando me parte el corazón. Ese gilipollas no merece ninguna lágrima más tuya-digo.

-Que suerte tiene Laura...-Dice Malú mirándome fijo a los ojos. 

-¿Suerte? -pregunto 

-Si, tiene suerte de tenerte a su lado. Eres tan bueno y tan linda persona, Pablo

-Bueno, la verdad es que yo no estaría tan seguro, ella últimamente piensa que soy un imbécil -suelto una risa nerviosa. 

-Vaya...yo no pienso igual -dice ella. Ambos sonreímos. 

Continuamos viendo televisión. Su cabeza reposa en mi hombro. Mi móvil suena y cuando lo saco del bolsillo del pantalón veo que es Laura, Malú levanta su cabeza de mi hombro y mira la pantalla del móvil. 

-Contesta -me anima a coger la llamada, y aunque no es que tenga muchas ganas, lo hago.

Llamada

-Laura...

-Hola, Pablo. ¿Que tal estáis?

-Bien, ¿y tú estás bien?, ¿ha pasado algo? -Pregunto

-Estoy bien, Pablo. ¿Ahora no puedo llamar a mi novio para saber cómo está?

-No es eso, Laura, pero he pensando que te había pasado algo -miro nervioso a Malú que mira la televisión.

-Ya. ¿Dónde estás? -mierda. Esto será una discusión segura.

-...eh...en casa de Malú -digo nervioso mientras miro a Malú de reojo.

-¿Qué?,¿que haces ahí? -pregunta con tono de enfado. Me pongo de pie y me alejo un poco para que Malú no escuche el resto de la conversación.

-Ahora no, Laura, por favor. Luego te lo explico. Digo esto y me corta la llamada.

Amor disfrazado de amistad. ¿Cuánto tiempo podrán disimular?-Malú y Pablo LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora