—Oye ¿Ese no es Levi?— dijo Armin señalándolo con la mirada.
—Sí, eso creo... Me pregunto ¿Qué estará haciendo por aquí? Porque caminar a estas horas de la noche se me hace extraño—.
—Será mejor no entrometerse en eso.
Luego de tanto esperar apareció un taxi en el cual nos subimos para ir de una vez a la comisaría. El chófer tenía una cara amargada, en su frente se le marcaba odio mi vida. Armin parecía chicle pegado a mí, en verdad le atemorizaba subir a un vehículo de un desconocido. Finalmente llegamos a la comisaría donde las calles ya se veían más iluminadas.
—Buenas noches oficial, venimos a reportar una desaparición de una chica.— actúe tranquilo a pesar de la situación.
—Bueno, ¿Podría mencionar su nombre y edad al igual que los datos de la desaparecida?—.
Asentí. —Soy Eren Jaeger y tengo 19 años al igual que ella, su nombre es Mikasa Ackerman, la última vez que la vimos...— no terminé la oración ya que fui interrumpido por el oficial.
—Sabemos perfectamente donde se encuentra.— acomodó sus lentes y suspiró cansado. —Me parece extraño que no haya intentado contactarse contigo.—
Armin miró al oficial sorprendido y no dudo en hacerle preguntas.
—¿Dónde se encuentra?¿Cómo está ella?¿Tuvo algún accidente?¿Está en problemas?—.
El oficial soltó una risita y nos miraba extrañado.
—No se desesperen y acompañeme por favor.
Ambos obedecemos. Nos llevó a una habitación que en la puerta decía «Sólo personal autorizado». Y ahí la vimos. Su rostro no mostraba ninguna expresión. Como siempre. Pero esta vez también demostraba tristeza, como si no tuviera vida y sólo sea una simple estatua.
Me acerqué lentamente al igual que Armin y la miré fijamente tratando de analizar su expresión. Aunque tratara de analizar la situación no obtenía ninguna teoría. ¿Qué le habrá pasado para que se encuentre así?
—Eren...— al fin habló en un susurro aunque aún no era capaz de mirarme.
—¿Qué sucede?¿Te hicieron algo?— esto me estaba matando por dentro, jamás había presenciado algo así.
—Encontraron el cadáver de nuestra madre completamente descuartizado.— habló con una voz que apenas se escuchaba. —Fue como si una máquina la hubiera cortado en pequeños trozos.—
Negaba con la cabeza. No sabía que sentir. ¿Dolor, venganza, preocupación, alivio?¿Qué? Todo se marchitó dentro de mí. Por un momento pensé que iba a enloquecer.
Armin nos abrazó tratando de tranquilizarnos pero no sirvió de mucho.
Me levanté y salí corriendo de aquel lugar escuchando los gritos de Armin pidiendo que me detuviera. En ese momento no quería pensar en nada. Ni siquiera quería imaginar el cuerpo de mi madre destruido. Simplemente quería desaparecer y buscar la tranquilidad por lo menos un momento.
De tanto correr llegué a un parque que no era muy recurrido. Me senté en una de las bancas que se encontraban allí y miré al cielo mientras trataba de calmar mi respiración. Luego de eso lloré, lloré como nunca antes lo había hecho. Con la cabeza agachada limpiaba mis lágrimas que luego volvían a salir. No había manera de calmarme. Después de mucho rato me acomodé y miré al cielo, presenciando las estrellas que yacían allí.
—Disculpa ¿Puedo sentarme aquí?.
Me acomodé en la banca dirigiendo mi mirada hacia la persona que me habló. Pero no era cualquier persona sino Levi Ackerman, el solitario de la clase.
—Si, no hay problema.— mentí. En verdad quería estar solo.
Él se sentó al lado mío y de su bolsillo sacó una barra de chocolate.
Lo miraba de reojo mientras le daba un mordisco a su barra. Analicé cada detalle de él. ¿Qué venía hacer exactamente? Este tipo me parecía muy extraño, con razón siempre estaba solo.
—¿Ya puedes dejar de mirarme?.
Me sorprendí al escucharlo. Miró seriamente mi rostro dejando de lado su barra de chocolate e imediatamente agaché mi cabeza.
—Lo siento, no quería incomodarte.
Espera un momento, ¿Por qué me estaba disculpando con este tipo? Él me estaba incomodando a mí.
—¿Quieres un poco?— me acercó la barra de chocolate. Lo miré encantado, en verdad tenía hambre. Así que agarré un poco de ese dulce y lo eché a mi boca.
—No debes recibir cosas de desconocidos.— le dió otra mordida a su barra y finalmente guardó el envase en su bolsillo.
No supe que responder sobre eso. Hací que permanecí callado y me encogí de hombros.
—Mh, quisiera preguntarte algo.— mencioné un poco nervioso. Él me miro atentamente esperando mi pregunta. —¿Por qué pasas solo? Debes tener amigos ¿no?—.
Suspiró y bajó la mirada. —Es complicado responder eso, es como preguntarte porqué estabas llorando.—
Me quedé callado por un momento. Eso fue demasiado incómodo. Al final cedí en contárselo. Él solo me escuchaba pero no mostraba ninguna emoción en su rotro. Solo me... Escuchaba.
—Parece que no tenemos un día tan diferente.— Murmuró.
A pesar de ser un completo desconocido algo me llamó la atención ¿Su calidez?¿Su comprensión? ¿O el tiempo que se dió en acercarse a mí y escucharme? Lo que más necesité en este momento y que ya ninguna persona lo hace hoy en día.
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Hasta aquí el capítulo :3
Gracias por leer esto :'v Ahora sí, Adioh :3
Tatakae con amorsh para todos \:v/Escrito: 14/11/2017
Publicado:15/11/2017
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Cruzando la barrera [Ereri|Riren]
FanficLos días transcurrían de forma lenta y aburrida prácticamente mi vida no tenía sentido. No obstante, tras las pérdidas de mis cercanos llegaron a mi vida personas mejores o iguales de importantes para mí. Podría mencionar que ya las había conocido a...