-Creo que deberíamos ir este fin de semana de tiendas a comprar tu traje y mi vestido.- Propongo mientras nos sentamos en un banco del parque.
-No sé... si vamos a por mi traje mi madre querrá venir.- Responde a mi proposición. La madre de James siempre tenía que venir con nosotros si era para comprarle algo a su Jaime. Me cae bien pero es muy pesada, mima demasiado a su hijo menor, sobre todo ahora que su otro hijo va a casarse dentro de unas semanas.
-Pues le decimos que es solo para mi vestido y listo.-Le digo como solución. Nos miramos, no sé que expresa exactamente su mirada pero no se conforma con lo que le acabo de decir. Aparta la mirada de la mía.
-Se que no te gusta pasar tiempo con mi madre de esa manera pero...
-A ver, no. Te equivocas. No me gusta pasar tiempo contigo de esa manera.-Me mira con el ceño fruncido- Cuando te propongo a ti-digo resaltando el ti y señalándolo- ir al centro comercial es para estar contigo, no contigo y con tu madre.
Le cojo las manos que las reposa sobre su regazo y le suplico con la mirada que no le diga nada a su madre. A parte ella tiene buen gusto para la ropa de chico pero no para los vestidos, y estoy segura que me ayudará a eligir algo que no me gusta.
-Vale, sí, lo que tú digas pero a ver que le digo cuando vuelva a casa con el traje comprado.
Es cierto lo que dice, además ella le iba a pagar el traje.
-¿Sabes? Podemos ir, comprar mi vestido y mirar trajes para ti; así cuando vayas con tu madre ya sabrás donde ir a comprar el traje, o al menos tendrás una idea de los tipos de trajes que te gustan.-Lo miro con una sonrisa sabiendo que he ganado esta disputa.
Él cierra los ojos y suspira, después los abre sonriendo.
-Entonces, ¿qué día quieres ir? -Me pregunta mientras se levanta del banco.
-Podríamos ir el domingo, aunque suele haber más gente pero así el sábado termino los deberes y el trabajo que tengo que entregar para el martes y el domingo me lo tomo de descanso. -Me ha tendido su mano para que yo también me levante, la cojo y comenzamos a caminar.
-Jamás entenderé por qué terminas los trabajos tres o cuatro días antes de la fecha de entrega.
-Y yo jamás entenderé por qué siempre lo dejas todo para último momento. -Replico.
No responde; terminamos por volver a casa, en una calle hay un desvío por donde James se va hacia un lado y yo al otro, allí nos despedimos con algún que otro beso pero quedamos en vernos por la noche -bueno, ya sabréis lo que planeamos hacer mientras sus padres están en la casa de unos amigos...-.
*****
La verdad es que pasar un día con James en el centro comercial es genial, estamos viendo trajes para él y saca un comentario sarcástico o divertido cada dos por tres.
Mi vestido ya lo tenemos; es largo y entallado en la cintura pero la falda es holgada y es de color azul marino, obviamente es un vestido veraniego porque estamos a finales de junio y si escogiera uno de manga larga me asaría de calor.
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James ha dicho una broma sobre el modelo de trajes que aparece en la foto de la etiqueta de la chaqueta de un traje en color gris; no me río, ese modelo me recuerda a alguien de quien preferiría no acordarme. Por él dejé de hablar, me abandonó, dijo que volvería pronto y aún, después de 7 años, no se ha dignado a aparecer delante de mis narices. No sé de él desde entonces y, actualmente, no me interesa saber nada.