besos, confesiones y sorpresas

267 15 0
                                    

(Christopher)

Sentía como mi alma y la esencia de lo que era antes mi vida volvía a mi cuerpo en una oleada de felicidad y ilusión, por fin tenia a Sandra entre mis brazos mientras deborabamos nuestros labios sin piedad alguna, por fin había confesado lo que sentía por mi y había aceptado darme una segunda oportunidad. Esta vez no seria tan estúpido de cagarla como lo hice dos años atrás, esta vez le iba a demostrar que ella era mi vida y que jamás la dejaría escapar de mi lado. Yo quería que ella fuera mi mujer y la madre de mis hijos y que un día dentro de muchos años cuando estuviéramos viejitos poderla mirar a los ojos y darme cuenta de que cada día la amaba mas, simple y llanamente quería pasar el resto de mi vida a su lado.

-te amo, te amo, te amo- digo dándola varios besos en los labios con desesperación.

-yo también te amo ojitos lindos- dice acariciándome el pelo mientras me mira a los ojos.

-echaba de menos que me llamaras así- digo devolviéndole la misma mirada de ilusión con la que ella me miraba.

-y yo echaba de menos llamártelo- dice para acto seguido fundirnos en otro beso apasionado.

Nunca me imagine que un simple beso te hiciera sentir tantas emociones juntas, que con un beso se reviviera el cuerpo porque en ese momento sentía que durante estos años había estado sin una parte muy importante de mi. Fui un estúpido al pensar que podría encontrar en otros labios lo que solo encontraría en los de Sandra, cientos de mujeres habían pasado por mis labios y ninguna de ellas logro hacerme sentir de aquella manera.

-¿entonces ya puedo gritar a los cuatro vientos que eres mi novia?- digo mientras apoyo mi frente contra la suya.

-no tan rápido fierecilla- dice mientras se ríe provocando una increíble confusión en mi. -tranquilo- dice sobándome la cabeza al ver mi cara de susto. -solo quería decir que creo que es mejor ir poco a poco, tener citas, compartir tiempo juntos y ya después hacernos novios como si empezáramos desde cero, contigo no tengo prisa Chris, no quiero cometer los mismos errores que cometimos hace dos años y uno de ellos creo que fue que nos dejamos llevar demasiado rápido por nuestros sentimientos-.

-creo que tienes razón- digo posando mis labios sobre los suyos. -aunque ahora no quiero pensar en eso, solo quiero disfrutar del momento contigo, quiero besarte hasta que me duelan los labios, no quiero soltarte-.

Después de varias horas juntos entre besos, palabras de amor y mas besos nos damos cuenta de que esta empezando a amanecer, se nos habían pasado las horas volando y todavía no habíamos dormidos pero sinceramente me daba igual, seria capaz de no dormir nunca mas con tal de aprovechar cada segundo al lado de la mujer que amo.

-deberíamos irnos ya antes de que noten nuestra ausencia- dice Sandra levantándose de la toalla donde nos habíamos tirado para observar las estrellas horas atrás.

-si, mejor vámonos que como Zabdiel se de cuenta de que no estoy allí luego me echara el sermón de mi vida-.

recogemos todo y dándonos la mano caminados rumbo al campamento donde se encontraban nuestros amigos. Justo cuando faltaban unos metros para llegar oímos un ruido extraño que hace que Sandra se asuste y se ponga tensa.

-¿que a sido eso?- dice poniéndose detrás de mi asustada.

-no lo se, voy a ver que es-.

-Chris ten cuidado, puede ser un animal o algo-.

-tranquila, seguro no es nada- digo avanzando lentamente en dirección en la que escuche aquel extraño ruido.

Me asomo con cuidado detrás del arbusto del que procedía el ruido y no doy crédito a lo que mis ojos ven, se trata de Erick y Sofía besándose apasionadamente y con cada vez menos ropa en el cuerpo. Tapándome la boca con mi mano para impedir que la carcajada que estaba amenazando con salir por mi garganta no haga ruido para no interrumpirlos le hago un gesto a Sandra de que venga. Ella avanza en mi dirección y cuando se encuentra a mi lado le hago la seña de que no haga ruido para después indicarla que mire detrás del matorral, ella lo hace y al darse cuenta de la escena que están montando nuestros amigos abre los ojos como platos para acto seguido aguantarse la risa ella también.

Tu Recuerdo Sigue En MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora