Perdedor

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Pasaron dos semanas desde que me mudé a Derry.
Hice un grupo de amigos bastante grande (estoy impresionado). Se hacen llamar a si mismos "El club de los perdedores". Me acogieron por que notaron que los mismos acosadores que los molestaban a ellos empezaron a molestarme a mi también.

Bowers y su grupito de descerebrados... Son de esas personas que constantemente buscan la forma de herir física y mentalmente al otro.
Creo que en fondo ellos deben tener mas problemas que los que generan en otros...

Escuché de ellos por los pasillos el primer día de clases, yo sabia que era cuestión de tiempo para que me hicieran algo a mi también.

Él y su grupo me tomaron de punto no sólo por ser el nuevo, si no por que según ellos luzco como un "maricón".

Lamento que se guíen solo por la imagen pero se que no puedo esperar mas de un grupo tan descerebrado como el de él.

Recuerdo mi primer encuentro con los descerebrados.

Era mi tercer día de clases y caminaba solo hacia mi Locker.
Ellos se me acercaron por la espalda y pude sentir como me empujaban contra los lockers ajenos.

-Hola hola nuevo... Te estuve observando, luces como toda una putita linda. Eres realmente encantadora, no te gustaría acostarte conmigo?- dice Bowers.

Lo miro, este tipo despide por todos sus poros a una persona asquerosa.
El resto de sus amigos me miran embobados, su mirada es tan bovina que siento hasta ganas de reírme.
Se que intentan hacerme sentir miedo, ofenderme y herirme. Pero ya toda mi vida fui entrenado para soportar esto.

-No creo que tengas suficiente dinero como para pagarte una putita tan linda como yo, ni como yo ni como nadie mas dado tu aspecto asqueroso, siento lástima por tu persona- escupo.

Todo el grupo luce sorprendido.
La mirada de Bowers pasa de la sorpresa a la furia misma.

Se que di en el blanco y se que debo pagar el precio.

Siento un intenso dolor en el puente de mi nariz, algo cálido cae de ella.
La sangre emerge libremente y mancha mis labios de rojo carmesí.

Ese tarado me golpeó tan fuerte que logró hacerme sangrar.
Que patética forma de defenderse a mis palabras. En el fondo no lo culpo, no creo que tenga mas formas de expresarse.

-Haré de tu vida un infierno maricón, no te vas a escapar de mi- me dice jalando de mi cabello.

Se va furioso junto a su grupo y siento una pequeña victoria nacer en mi.

El piso esta manchado con algunas gotas de sangre...

No muy lejos hay un baño asi que tapandome como puedo la herida y para no ensuciar más me dirijo ahí.

En la entrada veo a una chica parada, esperando frente al baño de hombres.
Es alta, tiene el cabello colorado, corto y lleno de bucles. Tiene pecas y ojos azules.

Entro sin más al baño y sin mirar a nadie abro la canilla y empiezo a mojar mi rostro.

El dolor es cada vez mas intenso y siento que la vista se me nubla levemente.

-E-estas b-bi-en?- tartamudea alguien a mis espaldas.

Volteo lentamente, con el ante brazo tapándome la nariz y la boca y observo.

Un grupo de 6 jóvenes me observan atentamente.

-M-e llamo B-bill- vuelve a hablarme el joven.

Luce amable, tiene el cabello de costado, ojos celestes y es el mas alto del grupo.

-Estoy bien, sólo que Bowers me golpeó por responderle a una de sus ofensas... Me llamo Jude- respondo. Mi voz suena algo ronca, estoy haciendo esfuerzos para no volver a sangrar.

-Esos tarados siempre nos molestan... ya se no es costumbre- me dice otro.

Este es de mediana estatura, tiene un manojo de cabello color azabache, es delgado y su piel es muy blanca. Usa unos anteojos gigantes que hacen lucir a sus ojos cafés muy grandes.

-Me llamo Richie- dice. -Y estos son el resto de los perdedores- señala al que tiene al lado.
-Él se llama Eddie, es nuestro querido asmático- lo miro.

Eddie es el mas bajito de todos, tiene el cabello y los ojos oscuros, algunas pocas pecas surcan su rostro y mira horrorizado mis ropas ensangrentadas.

-Él es Stanley,el judío- ahora Richie señala a un chico de ojos y pelo castaño enrulado, éste me sonríe con tranquilidad... Parece ser una persona muy serena.

-Él es Mike- Este tiene la piel oscura, le sienta demasiado bien, lo acompaña un cabello corto y crespo y unos ojos de color negro. Tiene los labios grandes y me mira como si le causara gracia mi deplorable situación.

-Y ben, el ultimo en unirse- Es un chico gordito con cara aniñada, rubio y de mejillas sonrosadas.
Me da un arrancon de ternura al verlo, luce muy inocente.

Les sonrío a todos, parecen un grupo muy unido y parecen quererse mucho.

-Bienvenido al club de los perdedores!- Dice Stanley.
Me sobresaltó un poco el hecho de que de tal tranquilidad pasara a alegría absoluta en un segundo.

Me ayudan a limpiarme, según ellos Eddie es el doctor del grupo. Usa consigo una riñonera con algunas cosas de primeros auxilios.
Que precavido, eso me gusta mucho.

Eddie limpia mi nariz y me hace poner algodón en una fosa para detener el sangrado si vuelve a empezar.

Me miro en el espejo, puedo ver a todos los chicos detrás mio, riendo.
Luzco un desastre, apoyo ambas manos en los bordes del lava manos y me contagio de su risa.

...Es bueno encajar en un grupo, espero que a él no le molesten tus nuevos amigos Jude, podrían pasarla muy mal si se pasan...

Al salir del baño, los chicos me presentan a Beverly, la única mujer de su grupo.
Ella me guiña un ojo y dice sentirse feliz de tener a alguien nuevo en la "Familia"

Siento una punzada en el estomago y las mejillas arder... Es agradable... Me gustó que ella dijera familia.

Me siento cómodo con ellos y desde que empezamos a estar juntos, ya no me preocupa tanto el pueblo.
Si ellos pudieron adaptarse y amarlo tal cual es, yo debo hacer lo mismo.

Ahora somos mas los que soportan los acosos de los descerebrados, pero al ser un grupo grande. Es hasta divertido que nos molesten.

Dos semanas y contando.

No te emociones, quizás los días de tus amigos y los tuyos estén contados.

La Sonrisa de PennywiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora