Esperanza

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Hoy Lisette a debido ir a su Universidad por una cita con el médico. Está asustada, al ser una alumna egresada (que ha terminado sus clases y solo prepara su tesis) no tiene derecho a los servicios de salud de la Universidad, aun así, el psicólogo ha sido muy amable de seguir atendiendola.

Pero tiene miedo de la paramédico y el doctor. Ellos no deben atenderla, solo le hacen un favor al psicólogo que la ha derivado a ellos.

Lisette no quiere molestar. Y la paramédico no ayuda en ello.

Llega treinta minutos antes de su cita, tiene tiempo de ir a la biblioteca a buscar material para su tesis, pero se encuentra con el problema de que no puede solicitarlo. Contrariada, va a Secretaría quienes niegan dicho problema.

El tiempo pasa, Lisette ya no tiene tiempo para discutir el tema y corre al policlínico de su Universidad. Ha llegado diez minutos antes como indican las instituciones de atención. Golpea la puerta para notificar su llegada y la paramédico le ordena esperar en la sala de espera, ella va a llamarla cuando sea hora.

Lisette obedece, le tiene miedo. Se queda sentada y observa los mensajes informativos que pasa una pantalla: los horarios de atención de los diversos servicios, la identificación de caries, el lavado dental, como evitar el sobrepeso y demás, alternados con curiosos mensajes motivacionales.

Uno le ha caído mal a Lisette.

"No te duermas sin un sueño, ni te levantes sin motivo"

Tal vez... ella no debería salir nunca de la cama de ser así.

Revisa la hora y descubre que el tiempo a corrido, han llamado a dos chicas antes que ha ella y supone que ha de ser porque llegaron antes, de todas formas no quiere exigir su atención.

"Te han regalado esta oportunidad, no tienes derecho a exigir nada"

"Tarde o temprano te atenderán, sé paciente"

Ha pasado media hora desde su hora agendada cuando por fin le atiende la paramédico, le ha vuelto a decir lo especial de esta oportunidad y el lío que Lisette está causando al ser atendida.

Se siente mal saber que eres un estorbo.

Lisette obedece cada indicación, se deja tomar la presión y su peso, la hacen esperar unos minutos más antes que la paramédico, de mal humor, vaya con su ficha donde el doctor.

¿También él la odiará?

Pero descubre en él una persona amable, cuando la hacen pasar, le pide perdón por no ser atendida a tiempo, pero es Lisette quien tiene mas disculpas ¿Cómo se atreve ella a molestar a una persona así con su presencia?

Pero el doctor le ha reprochado amablemente que no debe disculparse, él la atiende porque su deber de médico se lo dice, no es una molestia para él.

¡A Lisette se le salen las lágrimas!

Han hablado largo rato de los malestares físicos de Lisette y ha optado por recetarle dos fármacos que la asustan. Con temor y muchas dudas, ella le pregunta con timidez:

- ¿Hacen daño a algun órganode mi cuerpo, como al hígado o los riñones?
- ‎no, no tienen consecuencias negativas.
- ‎¿Pueden generar adicción?
- ‎no, lo dudo mucho.
- en caso de una crisis... ‎¿Puedo suicidarme con ellos?

El doctor la observa sin palabras... parece contrariado y busca una manera de responderle sin ofenderla ¡Lisette la ha jodido en grande! ¿Por qué no se ha callado?

-bueno... me temo que después de una pregunta así,  yo no debería recetarte esto, pero no, no puedes suicidarte con ellos.

Lisette esta avergonzada ¡No quería dar a entender aquello! Ella solo quería ser consiente de las consecuencias, pensar antes de actuar, ser consciente del peligro y la responsabilidad en ello... pero ya no quiere hablar, quiere llorar y esconderse ¡Oh, Lisette!
Le ha explicado lo mejor que pudo que su pregunta era inocente ¡Ella debe hacerse cargo de su propia seguridad! Él parece entenderle y le da la receta con recelo, la aconseja y anima para que no llore ¡Una chica de 21 años llorando por un regaño!

Se ha despedido cordialmente, luego de disculparse un par de veces y promete no hacer nada estúpido.

Su mente ahora tiene tres objetivos:

-Hablarle al psicólogo sobre la cita.
-‎Pedir en la biblioteca material para su Tesis.
-‎Reunirse con su asesor para contarle sobre la reunión del día anterior.

¿No es bueno tener una razón para despertar al día siguiente?

El Rostro de la Depresión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora