El Rostro de la Depresión

El mundo donde las mariposas no vuelan

Me quedé en silencio escuchando mi respiración.

Todos duermen menos yo.

¿Será verdad tanta atrocidad?

El mundo ciertamente es más grande que yo, mis problemas pueden ser solo una consecuencia de un crimen mayor, más antiguo, más prohibido.

Un tabú que robó la inocencia de los niños y los volvió adultos corrompidos.

La familia que debía protegerlos los ofreció a los lobos y lo silenció.

Las raíces del crimen van desde la ignorancia y la vulnerabilidad que cae en una niña cuyo padre y hermanos violan cada día.

Esa niña convierte su infierno en algo natural y se deja atormentar a pesar de los años.

Ya no es niña, es mujer. Su padre y hermanastro han muerto, pero aún queda su hermano. La violación pierde su horror para ella, se ha acostumbrado... Pero sabe que no es la única víctima de él.

Aquella mujer se vuelve adulta, engendra cuatro hijos, los que no pudo abortar ¿quien fiscaliza la salud en esos años? Los hijos crecen y ahora el hermano va por sus sobrinos.

Pero no es el único, otros lobos disfrutan de ella, los hijos del hermano son devorados en por otros lobos y él esconde las pruebas para que no cuenten sus propios pecados.

Se crea un sucio pacto.

El tabú es un demonio. Ellos, los brujos que lo invocan.

Pronto los hijos de la mujer crecen. Uno atenta contra su hermana. El otro esconde su sexualidad. La hermana agredida bloquea el trauma y lo olvida: nadie va a protegerla a excepción de ella misma. La hermana menor... La última hija...

Ella puede ser mi hermana.

Lissette, es escucho murmurar, los secretos se revelan. No falta mucho me dices, aun hay cosas que no conoces.

El hermano mayor escapa formando una familia, pero se rehúsa a abandonar a su hermana menor. Su esposa lleva a su primogénito en el vientre, es la época en que agrede a su otra hermana.

Convence a su mujer de vivir cerca de ellos... Ya nació su primogénita.

Soy yo.

Esa es la historia que he descubierto hasta ahora

¿Será la verdad?
Necesito pruebas.

Necesito odiarlo más, pero también necesito un motivo.

Han pasado 22 años desde que nací.  Es un 6 de enero, es la primera vez que golpeas a tu esposa. No lo pienso tolerar. Intento llamar a la policía pero rompes mi teléfono por lo que solo queda gritar por ayuda y suplicar que no la mates.
Le ha roto el pie con una mano.

Pasan los meses y tratamos de enjuiciarte, queremos alejarlo de mi hermano, intuimos el peligro.

El 14 de mayo quema la casa con su esposa y conmigo dentro.

Necesito respuestas.