FINAL Y EPILOGO

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 Cuando llegaron al rancho, Dul no se sorprendió de ver allí a Chris esperando en el porche con sus maletas a su lado. Estaba muy serio y tenía metidas las manos en los bolsillos del pantalón ignorando las miradas de odio de Bill y Simon.Ella se bajó furiosa y fue hasta la puerta ignorándolo— Nena, tenemos que hablar.—Mi abogada se pondrá en contacto contigo.— ¿Qué querías que hiciera? ¡Que viniera y te dijera, Dul tienes que abortar a nuestra hija porque en la clínica se han equivocado! ¿Lo hubieras hecho?Su hermano y Bill se cruzaron de brazos mirándolos— ¡No lo hubiera hecho! ¡Claro que no!— ¿Entonces cuál es el problema?— ¡Nos mentiste!— ¿Acaso tenía que decirle a Jacey que el bebé no era suyo? ¡Intenté hacer lo mejo rpara todos! ¡Tú y yo tendríamos a la niña y ella tendría sus visitas!— ¡Pero es que es mi hija! ¡No es hija suya! ¡Yo decido lo que se hace o no!Chrris apretó los labios— No quería hacerle más daño.—Y que pensara que le habías puesto los cuernos era mucho mejor.— ¡Hice lo que me pareció correcto! ¡Era mi mujer! ¡Ya me sentía bastante culpable por dejarla, como para quitarle del todo a la niña!—Pues es mía. — levantó la barbilla mirándolo con odio— Y ninguno de los dos le pondréis la mano encima.Chris palideció— No hablas en serio. ¡Es mi hija!—Si quieres conservar tu empresa, no te acercarás a ella nunca más.Furioso siseó— ¡Si crees que vas a quitarme a la niña estás muy equivocada porque si aquí hay algo claro es que es mi hija! Tengo los recursos para llevarte de un juzgado a otro hasta que te jubiles y no dudes que lo voy a hacer. ¡Te quiero a ti y a la niña en mi vida!¡Así que vete haciéndote a la idea! ¡Y olvídate del divorcio!Dejándolos con la boca abierta le vieron ir hacia el coche y entrar dando un portazo antes de alejarse de ellos a toda velocidad.Bill la miró dudoso— Es un hombre decidido.— ¿No es muy raro que pudiendo solucionarlo todo diciendo la verdad, se callara para que os casarais convenciéndote de que era lo mejor? — miraron a su hermano que cogió una de las maletas— Me da la sensación que él vio el cielo abierto cuando le dijeron en la clínica que se habían equivocado.Dul se sonrojó recordando el día de la inseminación y la conversación en el restaurante. Ambos la observaron— Me voy a deshacer las maletas.— ¿Nos ocultas algo, niña?— ¡No he ocultado nada! ¡Me gustaba y yo a él! ¡No es ningún secreto!—Como se complican los ricos. — dijo Bill entrando en casa.84— ¡Pues no es tan complicado! Me mintió cuando yo tenía todo el derecho de quedarme con la niña desde el principio.Bill entrecerró los ojos— Claro. Quería tenerte a ti y te presionó para casarte con la excusa de conseguir la custodia, pero luego no podía decirte la verdad porque pasaríaprecisamente esto.Dul palideció— ¿Qué?—Su ex -mujer le importaba una mierda.—Sabía que querrías a la niña y se separó de su mujer. —dijo su hermano dejándola de piedra— Cuando ella consiguió la custodia como esperaba, te pidió matrimonio sabiendo que os beneficiaria ante el juez. ¡Él mismo te lo dijo! Pero ya no podía decirte la verdad después, porque él quedaría con el culo al aire.Sintiendo que las piernas le temblaban tuvo que sentarse en el sofá— Eso es...—La verdad.Sorprendidos se volvieron hacia Chris, que la miraba torturado desde la puerta de entrada— Es la verdad.—Dios mío. Estás loco.Simon iba a enfrentarse a él, pero Bill le detuvo cogiéndole del brazo. Chris le ignoró acercándose a ella— Nena...Mi matrimonio no iba bien y se me ocurrió lo del vientre de alquiler para intentar salir adelante. Fue un error porque en cuanto te vi en ese porche, supe que no podría olvidarte. Te convencí de que trataras sólo conmigo porque memoría por verte de nuevo. En el restaurante fui un cobarde y tenía que haberte dicho que no podía dejar de pensar en ti, en lugar de decir que mi mujer era perfecta para mí, intentando alejarte. — Dul se mordió el labio inferior negándose a llorar— Imagínate mi sorpresa cuando me llaman de la clínica. Decidí venir a verte para hablar contigo e intentar solucionarlo, pero estabas tan llena de vida, era imposible resistirse y rogué porque estuvieras embarazada. –se acuclilló ante ella— Si te decía la verdad, tenía miedo de perderos a las dos, así que me calle y me divorcie de Jacey, que no es tonta. Sabía de sobra que me sentía atraído por ti. Tenía previsto que querrías recuperar a la niña y Jacey fue contundente. Utilizaría a la niña para hacerme todo el daño que pudiera. Te dije lo de casarnos porque era la solución perfecta, pero...—La niña era pelirroja y descubrí que sí que era hija mía. —dijo con dolor.—Sí.— ¡Serás cabrón! ¡Si hubiera sido morena, te hubieras callado! — gritó Simon.— ¡No! ¡Cuando la niña estuviera con nosotros le hubiera contado la verdad! ¡Así no haría más daño a Jacey!—Has hecho que sufriera tres malditos meses cuando podía haber estado conmigo desde el principio. — susurró angustiada.La miró torturado— No sabía cómo arreglarlo. Tenía miedo de perderte si te decía que yo lo sabía.—Confié en ti. Confié en ti y me has mentido desde el principio.Intentó cogerle las manos— Te quiero. Te quiero de tal manera y hubiera hecho lo que fuera para que estuvieras conmigo.Le miró sorprendida— Eso no es amor. ¡Si me quisieras, no me habrías dejado sufrir por nuestra hija! — la furia la recorrió levantándose de golpe— ¡No te la mereces! ¡La has apartado de nosotros para encubrir tu mentira!Chris cerró los ojos como sino pudiera ni mirarla— Fuera de esta casa. — dijo Simon muy tenso— ¡Y no vuelvas!Su marido apretó los labios—Sé que no lo entiendes porque ni yo entiendo cómo mehe metido en este lío. Pero todo lo que hice fue para que estuviéramos juntos. Sé sincera contigo misma. ¿Si te hubiera dicho que la niña era tuya nos hubieras dado una oportunidad? ¿Me habrías dado una oportunidad después de decirte aquello sobre lo perfecta que era mi esposa el día de la inseminación? ¡Pensarías que lo único que quería erala niña después de decirte que mi matrimonio era perfecto! — Dul palideció —Hice lo que hice pensando en el bien de todos. Jacey incluida.Sin soportarlo más le apartó para salir corriendo del salón mientras Simon gritaba que saliera de su casa. Se encerró en su habitación respirando entrecortadamente antes deabrazarse el vientre dejándose caer de rodillas buscando el aire. Cuando llegó, un gemido de dolor salió de su garganta sin poder evitarlo. Le daba la sensación que perdía un amor para recuperar otro. Las palabras de Chris pasaron por su cabeza una y otra vez, pero Dul negó con la cabeza intentando olvidarlas. Unos brazos la rodearon y Frankie la pegó a ella.Se mantuvieron así varias horas mientras exteriorizaba su dolor hasta que agotada sólo lloriqueaba entre sus brazos.—Eso es...— Frankie le apartó el cabello para verle la cara— No hay nada como llorar para quedarse como nueva.La miró a los ojos— Le he perdido.—No, cielo. Él te ha perdido a ti. Debería haber sido sincero desde el principio, pero no quiso arriesgarse a perderos a las dos.— ¿Le entiendes?—Por un lado sí. Aunque yo no me hubiera comportado así, porque sabes que me gusta ir con la verdad por delante, aunque duela. Pero me imagino que tuvo miedo.— ¿Miedo?—A no poder estar contigo y con la niña. Pensaba que al final estaríais juntos formando la familia feliz.—Si hubiéramos tenido a la niña hubiera sido perfecto...— susurró mirando al vacío.Su amiga le acarició la mejilla llamando su atención— Dime una cosa. ¿Ayer le amabas?— ¡Claro que sí!—A mí me quieres y si meto la pata me perdonas.— ¡Es que hay patas y patas! — furiosa se levantó del suelo— ¡Me apartó de mi hija!— ¿Has pensado que si él no se hubiera acercado a ti en el parto, la niña hubiera acabado en sus manos sin que tú pudieras hacer nada? Nunca te habrías enterado de lo que había pasado. Se la podría haber llevado y nunca hubieras sabido que era hija tuya.Pálida se volvió a mirar a su amiga— ¿Qué?—Imagina que él se hubiera llevado la niña nada más dar a luz sin que la hubieras visto siquiera. Nunca te hubieras enterado de nada. — se sentó sobre la cama sintiendo que se mareaba— Sin embargo, no hizo eso. Intentó que formarais una familia. —iba a decir algo, pero Frankie la cortó— En base a una mentira, pero lo intentó.— ¿Por qué te pones de su lado? — preguntó furiosa.— ¡Me pongo de tu lado! ¡Y te digo esto porque nunca en la vida te he visto más feliz que en estos tres últimos meses! ¡Piensa lo que haces antes de que jodas tu futuro por no saber perdonar al hombre que amas! — Frankie salió de la habitación dando un portazo y Dul se estremeció sabiendo que había dicho verdades como puños. Otra cosa es que le hiciera caso.Dos días después estaba haciendo la comida para Bill y Simon, cuando un coche se acercó a la casa. Miró por la ventana y perdió el aliento al ver que era el cuatro por cuatro de Chris. Sintiendo que su corazón temblaba, apartó la sartén del fuego apagando el fogón. Se limpió las manos con un paño y tomó aire antes de ir hacia la puerta. Abrió la mosquitera y le se le cortó el aliento al ver que vestido en vaqueros y camiseta azul estaba ante su coche mirándola y parecía que no había dormido en días. Se le retorció el corazón al ver lo tenso que estaba.— Hola, cielo.— ¿Qué haces aquí?—Te traigo algo que es tuyo.A Dul se le cortó el aliento viendo como se acercaba a la puerta de atrás del coche y la abría. El tiempo se detuvo y sin darse cuenta bajó los escalones de un salto acercándose a él. Chris sonrió apartándose para que viera a la niña que estaba dormida. Se tapó la boca y emocionada le miró— Ya es tuya, nena.— ¿De veras? — preguntó casi con miedo de hacerse ilusiones.—De veras. Tengo los papeles de la renuncia.Se acercó y la cogió en brazos colocándola sobre su hombro cerrando los ojos disfrutando del momento. De su olor, de su tacto. La niña se despertó cogiendo uno de sus rizos entre sus manitas y ella le acarició la espalda abriendo los ojos. Chris las miraba reteniendo el aliento antes de decir— Lo siento. Siento haberte privado de esto tanto tiempo.Se volvió sin saber qué decirle y fue hacia la casa mientras Chris apretaba los labios antes de empezar a sacar las cosas del coche.Cuando entró en la casa cargado de bolsas, se la encontró sentada en el sofá con la niña sobre sus rodillas sujetando su cabeza con las manos —Te he traído lo imprescindible.El resto te lo enviarán.—Gracias. — susurró mirando a su hija.Sacó una carpeta de entre sus cosas y se la puso sobre la mesa de centro— Estos son los papeles. He hablado con tu abogada y está de acuerdo. —asintió reteniendo las lágrimas— Espero que todo esté como tú querías. Si hay algún problema sabes dónde encontrarme.Al ver que no contestaba, se pasó una mano por el cuello antes de darse por vencido— Adiós, Dul.Se volvió saliendo del salón a toda prisa y ella sintió que parte de su corazón se rompía para irse con él.Su hermano entró en el salón veinte minutos después y la vio con la niña en brazos acunándola— Dios mío. — sorprendido se acercó y cuando su hermana levantó la vista se dio cuenta que estaba llorando.—Han renunciado los dos a sus derechos sobre la niña. — explicó enseñando los papeles que había sobre la mesa. — atónito se agachó para empezar a leerlos— Y él le pasará una pensión vitalicia de tres mil dólares al mes. — se echó a llorar de nuevo y la niña la miró frunciendo su precioso ceño.Se le cortó el aliento al ver sus ojos por primera vez y supo que lo que estaba haciendo no era lo correcto.—Simon...— ¿Por qué ha renunciado a todo? — preguntó sorprendido pasando la hoja.—Porque me quiere. Y no quiere que sufra más.Los hermanos se miraron y Simon preguntó— ¿Os llevo a Austin?—Creo que va siendo hora que hable seriamente con el padre de mi hija.—Déjale las cosas claritas.—Eso pienso hacer.Dos hombres estaban en el jardín de su casa y ella salió con la niña en brazos— ¿Se puede saber qué coño hacen pisándome las azaleas?Ambos la miraron sorprendidos—Disculpe, señora...—Uckermann. Soy Dulce Uckermanny, ¿algún problema?Manu salió cogiéndole la niña de los brazos mirando a los hombres con desconfianza— ¿Qué ocurre, Dul?—No sé. Que esos idiotas me pisan las flores.Los hombres saliendo de su estupefacción saltaron al camino de gravilla— Disculpe,pero tenemos el encargo de vender esta casa.Dul puso los brazos en jarras— ¿Y eso por qué?—Pues... —uno miró al otro— Pues no lo sabemos, simplemente me han dicho que la vendamos.—Pues... no va a poder ser porque vivo aquí. Díganle a mi marido que venga a decirme él eso de que quiere vender la casa.Entró en casa mientras que Manu les miraba lanzando puñales con los ojos y cerraba de un portazo.Se volvió a mirar a la niñera— ¡Ya era hora!— ¡Ha tardado un montón!— ¿Te puedes creer que no ha pasado por aquí en tres malditos días? No tiene vergüenza.—No, señora.Se echaron a reír— Me muero por verle la cara cuando estos le digan que vivo aquí.—Vaya a ponerse mona.—Te he dicho más de mil veces que me llames Dul.— ¡A veces se me olvida! ¡Qué pesada! — se volvió llevando la niña al salón para tumbarla sobre su gran manta de juegos— ¡Ponte mona, Dul!Sonrió y corrió hacia las escaleras. ¿Cuánto podría tardar? ¿Una hora? Le daba tiempo a darse un baño perfumado. Abrió el agua de la gran bañera y echó gel de lavanda.Se desvistió dejando caer la ropa al suelo y cuando el agua estuvo a la mitad, se metió suspirando sonriendo de oreja a oreja. Estaba deseando ponerle los puntos sobre las ies.Cerró los ojos disfrutando del agua caliente cuando abrieron la puerta.— No me agobies tengo tiempo hasta que llegue.88— ¿Hasta que llegue quién?Se sobresaltó abriendo los ojos como platos hacia la puerta— ¿Qué haces aquí?Chris sonrió entrando en el baño—Es mi casa.— ¿Qué has dicho?—Nuestra casa. Es nuestra casa.— ¿Cómo has llegado tan rápido?—Será porque estaba en el coche contestando una llamada.Chasqueó la lengua— Tú y tus llamadas.Su marido se sentó en el canto de la bañera— ¿Me vas a explicar por qué estás tú aquí?— ¿Tengo que explicarlo? — siseó fulminándolo con la mirada.—No estaría de más.—Te...— susurró sin mirarle.— ¿Qué has dicho? — preguntó acercando cabeza.— ¿Quieres que te queme ese edificio al que le tienes tanto cariño?Chris se echó a reír negando con la cabeza —Es que no te he entendido.Ella le agarró por el cabello tirando de él hacia la bañera y Chris se echó a reír al verse empapado—Nena, si querías que me metiera sólo tenías que decirlo. —dijo sacando el móvil del bolsillo interior de la chaqueta y tirándolo al suelo de mármol. La miró a los ojos y la cogió por el cuello acercándola a él— ¿Qué necesitas, nena? Dímelo.Los ojos de Dul brillaron mirándolo maliciosa, provocando que se le cortara el aliento antes de escucharla decir— Quiero a mi marido.Él suspiró de alivio antes de atrapar su boca demostrándole todo lo que la había necesitado. La abrazó a él pegándola a su cuerpo y Chris acarició su mejilla con la suya susurrando— Pensaba que te había perdido.—Lo sé.—Te quiero.—Demuéstramelo.La miró a los ojos — ¿Aquí?— ¿No te crees capaz? — maliciosa bajó la mano hasta su entrepierna y él gimió cerrando los ojos cuando acarició su sexo. Chris gruñó levantándose en la bañera empapándolo todo y Dul se echó a reír— ¿Qué haces?—Desvestirme.Y lo hizo a toda prisa haciéndola reír a carcajadas, cuando se quitó la camisa tirándola al suelo. Dul alargó las manos y mirándole a los ojos le abrió el cinturón—¿Sabes, cielo?—En este momento no sé ni mi nombre. — dijo mirándola como si quisiera comérsela.Dejó caer los pantalones y arrastró su calzoncillo acariciándole sus musculosos muslos— He pensado que no me has llevado de luna de miel.—Te llevaré a donde tú quieras. — dijo arrodillándose en la bañera y cogiéndola por la cintura para pegarla a él. Dul suspiró de placer cuando entró en su ser lentamente y Chris gimió contra su pecho antes de besar sus pezones con adoración. Se sujetó en sus hombros, rodeando las caderas de su marido con sus piernas antes de que él la elevara dejándola caer sobre su miembro. El placer que la traspasó hizo que gritara aferrándose a su cuello para que él repitiera el movimiento una y otra vez volviéndola loca de deseo, hasta hacerla estallar en un intenso orgasmo que los dejó sin aliento.Abrazándole susurró contra su hombro— Vamos a tener un niño.Él se tensó y se separó lentamente para mirarla a los ojos— ¿Hablas del futuro?— De ocho meses más o menos.—Es muy pronto. —dijo preocupado acariciando su cabello húmedo para apartarlo de su cara— Dul, ¿has ido al médico?—Todo va bien. No tienes que preocuparte. No es la primera vez que pasa, ¿sabes?— ¡Me imagino que en la historia de la humanidad ha pasado antes, pero no eran mi mujer!Lo dijo tan serio que se echó a reír abrazándole—Te quiero.—Y yo a ti, mi amor. Por eso mañana vamos al médico.—Te he echado de menos.—Lo mismo digo. Gracias por darme otra oportunidad.Le miró a los ojos— Mientras me hagas feliz te daré mil.

Epílogo

Espera un momento Elizabeth, que le estoy dando de comer a tu hermano. —dijo sentada en el taburete antes de meterle la cucharilla de plástico a Simon en la boca.—Es que llaman a la puerta, mami.Miró sorprendida a su hija de cinco años que revolvía el puré de verduras de un lado a otro mientras miraba a Scott y le sacaba la lengua.—No provoques a tu hermano.—Tonta. — susurró Scott antes de dar la vuelta con cuidado a la hoja de su cuento favorito.Manu sonrió con la pequeña en brazos— Yo no he oído nada.— ¡Han llamado!— ¡Elizabeth Uckermann! O te portas bien o cuando venga papá te vas a enterar.La niña sonrió encogiéndose de hombros. Manu la regañó con la mirada— ¡Esta niña sabe latín!Exasperada fue hasta la puerta y abrió para quedarse de piedra. Al otro lado estabaJacey, que forzó una sonrisa al verla— Hola Dul.Se tensó mirándola de arriba abajo. Seguía impecable con un maravilloso vestido rosa, pero para su sorpresa estaba embarazada. Abrió los ojos como platos— ¡Dios mío!— ¿Está Christopher en casa?—Ha ido a la tienda. ¡Pasa! — sonrió mirando su vientre— Veo que lo has conseguido.—Me costó, pero nacerá en dos meses.—Disculpa, pero estoy dando de comer a los niños. Ven por aquí.Fueron hasta la cocina. Jacey abrió los ojos como platos al ver el caos mientras los niños discutían y el pequeño había tirado la papilla al suelo. Manu intentaba calmar a la pequeña que tenía en brazos.Jacey carraspeó— No quiero molestar.—No molestas. –dijo aunque su visita era algo incómoda.—Puedo decírtelo a ti, aunque el abogado hablará con Chris el lunes.Dul perdió la sonrisa poco a poco— ¿Con el abogado?—Me he casado con el padre del niño, así que la casa y las acciones que me dio para mi manutención volverán a sus manos en cuanto los abogados lo arreglen.—Disculpa, pero no te entiendo. ¿Qué acciones? ¿Te quedaste con la casa?Se sonrojó intensamente— Veo que no te lo ha dicho.—Pues no. — se cruzó de brazos mirándola fijamente.—El caso es que...— miró de reojo a Elizabeth y a Dul se le cortó el aliento.—Te las dio por la niña.— ¡Yo no le pedí nada! Hicimos un acuerdo y firmé los papeles, pero yo no quería nada. Cuando mi madre habló conmigo explicándome la situación, hablé con mi abogado para hacer las cosas bien. Pero Chris se presentó en casa diciendo que me debía una compensación.Dul apretó los labios mirando de reojo a su hija— Muy bien. Se lo diré.—Sé que no lo entiendes, pero estaba muy dolida.—Nunca te fue infiel.—Lo sé. — forzó una sonrisa— Ahora que me he casado con el hombre de mi vida,me he dado cuenta que nuestro matrimonio no tenía ningún sentido.Dul sonrió— ¿Eres feliz?—Nunca creí que pudiera serlo tanto.—Así me siento con Chris cada día.Jacey asintió mirando a los niños antes de echarse a reír— No habéis perdido eltiempo.Miró a sus hijos sintiéndose llena de amor y felicidad— Tengo una suerte enorme.—Dile a Chris que me perdone.—Te perdonó cuando te dio esas acciones, Jacey.Ella asintió volviendo hacia la puerta. Vio como se acercaba a su coche por el camino de gravilla y salía de la finca cruzándose con el monovolumen de Chris que detuvo el coche bajando la ventanilla para hablar con ella. Su marido la miró por la luna delantera y Dul sonrió. Cuando Jacey se fue, Chris condujo el coche lentamente hacia la casa y se bajó llevando la bolsa de papel en la mano. Caminó hacia ella —Hice lo que me pareció correcto.Ella se acercó y le abrazó por el cuello— Te quiero cada día más por ser como eres y por como me amas.Los ojos de Chris brillaron de alegría— ¿Eso significa que no me echarás la bronca?Hizo una mueca— Esta la dejaré pasar. Ahora dame un beso y vete a poner orden,que tus hijos se están amotinando.La cogió por la cintura besándola como sino quisiera separarse de ella jamás y Dul suspiró contra sus labios escuchándole decir—Menos mal que te encontré.—Lo mismo digo, mi amor. 

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