Llego un punto donde enserio lo compartíamos todo, cuando yo estaba mal tú estabas allí para mí, como yo para ti, eramos el uno para el otro, y eso me encantaba.
Te veías tan lindo, incluso cuando estabas distraído, entonces volteaba rápidamente cuando te dabas cuenta de que te estaba mirando, y mis orejas se tornaban rojas.
Hacíamos tantas payasadas, e incluso mi madre siempre preguntaba por ti, algo que nunca hacía lo hizo contigo.
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Te vi.
Short StoryElla una chica torpe y maravillosa. Él un príncipe azul sin capa.