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Un mes después.


—¡Taehyung basta!¡bas...ta!— mis fuertes carcajadas se oían por toda la casa. Sin importar que, él continuaba haciendome cosquillas y provocando mi escandalosa risa.

Luego de diez minutos de pura risa y sufrimiento, cayó rendido a mi lado con la respiración algo agitada, al parecer hacer cosquillas cansa. No quedamos así por un tiempo, callados disfrutando la compañía del otro.

Se levantó de repente y se estiró, agregando un gran bostezo. Solté una pequeña risa al ver la manera en la que se estiraba. Él me amenazó con la mirada y yo deje de reir mirándolo seriamente, luego nos miramos y carcajeamos otra vez. Tomó su mochila, ya que cuando salimos de la escuela vinimos directamente para aquí. Como todos los miércoles, pasamos toda la tarde juntos, a veces salimos, otras nos quedamos aquí o vamos a su casa con su hermanito que por cierto me cae muy bien. Creí que Tae no querría nunca venir aquí, ya saben, porque no le gusta hablar de la casa pero no, se mostró alegre cuando lo invité por primera vez.

—Me encantaría quedarme pero sabes que no puedo dejar a mi hermano solo— explicó.

—Lo se— dije y realmente entendía su situación, sus padres trabajaban y su hermanito, se quedaba solo.

Abrí la puerta, dejándome ver la vacía calle y un extraño viento dando directamente en mi cara, parecía que iba a llover.

—Adiós— se acercó a mi para depositar un sonoro beso en mi mejilla, parecía como si lo hiciera en cámara lenta. Se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a su casa que no estaba muy lejos, a unas cuatro cuadras.

No podía creer que me había besado.

—¡Adiós!— dije sabiendo que no me escuchaba ya, miré como su silueta se alejaba cada vez más, hasta perderla completamente de mi vista.

Con el tiempo me había unido con Tae y debo admitir que me atrae un poco, es muy divertido y tiene una gran personalidad, aunque no creo ser correspondida.

Cerré la puerta y me senté en el sofá más grande. La verdad no tenía mucho para hacer, ni tampoco ganas de hacer algo, a decir verdad estoy algo agotada.

Encendí la televisión para encontrarme con un alocado programa, pase los canales hasta encontrarme un grupo de chicos cantando, se me hacían conocidos.

Si no mal recordaba le gustaban a Solji, Got7 o algo así. Al parecer estaban presentando su canción "you are", no voy a mentir, son buenos.

Dejé de mirar la televisión y empecé a mirar a la nada, dejándome relajar y acomodándome en el sofá para estar más cómoda.

Había pasado un mes, un mes donde me uní más con Tae y Yoonhye. Donde me había alejado más de mi familia para pasar tiempo con mis nuevos amigos, casi ni estaba en la casa. Y en realidad a mamá no le molestaba.
Además que ella se fue a Gwangju por un tiempo, se fue para ver a la abuela. En mi familia ella es la única que puede poner orden, aunque estuve controlando a Solji muy bien. Solji se había quedado aquí, porque la escuela existe y a pesar de que quiso ir, mamá no la llevó consigo. Ahora se encontraba en la casa de su amiga chillona, Chaeyeon.

Y desde aquella segunda vez donde vi a ese misterioso chico en el baño de la escuela, no apareció más. La marca que me hizo no sano, sigue intacta e incluso intenté curarla pero no funciona. También es raro que hace como un mes no hace apariciones, la primera semana lo hizo casi todos los días. Tal vez que mi mente se relajó y lo hizo desaparecer.

Mis párpados comenzaron a pesar, amenazando con cerrarse, mi vista se estaba nublando. Se sentía como si algo me estuviera obligando a dormir. No pude contenerme ni un segundo más y mis ojos se cerraron de una vez.

demonio ❀; j. jeonggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora