VIVENCIAS

LEYENDA ISLA BLANCA Y CERRO NEGRO

Cuentan los antiguos que antes de existir la Isla Blanca y el Cerro Negro, la playa de Chimbote se extendía hasta Coishco, viéndose panorámicamente plana sin cerros.
Estando así hace muchos miles de años, bajaron del cielo dos ángeles y se quedaron maravillados por la hermosa playa grande y tranquila por lo que decidieron quedarse a vivir en este lugar. Así fue como empezó la vida en esta playa grande. De modo que ambos decidieron no regresar al cielo. Quedándose en tal lugar. Ambos empezaron a realizar tareas como el de pescar, construir su vivienda de caña, tejer sus vestidos de junco que abundaba en la zona, así como el de preparar su canoa de pesca con el mismo material. Empezaron hacerse expertos en la pesca. Como ambos habían sido ángeles, eran híbridos, no podían tener hijos.
Así fue como vivieron en aquel lugar por mucho tiempo, disfrutando de la belleza de la inmensa playa y sus alrededores.
Cierto día, cuenta la leyenda, que ambos sentados en su caballito de totora pescando en el atardecer, ocurrió un fuerte terremoto que movió el mar produciéndose unas inmensas olas de modo que cayeron al mar ahogándose uno de ellos y convirtiéndose en lo que vemos al frente de Chimbote la hermosa Isla Blanca; mientras que el otro pudo nadar a la orilla y salvarse. Estando solo, triste, sin la compañía de su compañero, empezó a sufrir de pena, rogándole a Dios que lo convirtiera en lo mismo como su compañero. Así fue como se convirtió en el Cerro Negro de la Paz como lo conocemos hoy. Y la razón porque el Cerro Negro tiene una mancha blanca es señal que fue un ángel.
Recibieron tal castigo por haber abandonado el lugar de su morada, los cielos.
Ambos, se contemplan todos los días tocados de la mano, enviando un mensaje de amor perpetuo para todos los moradores de Chimbote y sus anexos.

Luis Alvarez Aponte
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