C3: Criada en la época de piedra.

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—Eh Renato—saludó Erick en cuanto el hombre entró en su visión periférica.

—Loco, ¿Por qué te tardaste tanto?—interrogó Christopher sin despegar sus ojos del televisor y sin dejar de oprimir fuertemente las teclas del control del videojuego.

—Tenía cosas que hacer—informó simplemente.

—Ricky y tú ya desistieron de la idea de hacernos cargo de una niñita, ¿verdad?—preguntó Joel con la esperanza de que él dijera que sí. Los ojos del hombre se posaron en los de él y una pequeña sonrisa comenzó a formarse en su rostro.

—No. La idea sigue en pie.—respondió con voz neutra.

—¿Qué?

—No, joder, Renato—exclamó el moreno atrayendo la atención—¿De verdad pretendes que nos hagamos cargo de alguien más? Ni siquiera podemos cuidar de nosotros mismos sin terminar en el noticiero matutino.—añadió Richard rascándose la nuca.

—¿No dijiste que hoy la ibas a traer?—quiso saber Zabdiel anclando sus ojos en los del hombre. De los cinco, era el que parecía más tranquilo.

—Noah está llevándola a su cuarto—los cinco chicos dejaron de hacer todo lo que estaban haciendo y lo observaron sin poder creerlo.

—¿Ya está aquí?—cuestionó Erick totalmente sorprendido.

—Sí, y tienen prohibido verla antes de la comida. En cuanto esté lista; Noah vendrá a avisarnos cuando sea el momento—argumentó tomando un puñado de las palomitas del recipiente de cristal que Erick sostenía entre sus manos.

Un silencio monumental se instaló en la habitación, los chicos se dedicaron a observarse entre sí totalmente anonadados, tratando de asimilar que aquello era real.

—La comida está lista, señor Francis—anunció la inconfundible y grave voz de Noah desde el umbral de la habitación unos minutos después. Renato sonrió y se puso de pie mientras los chicos seguían todos en sus respectivos lugares, como sí con la noticia de la llegada de Danna, sus cerebros se hubiesen desconectado o estuviesen congelados.

—Chicos, arriba—gritó divertido y un segundo después todos ya estaban sentados en sus respectivos lugares en el comedor, donde ahora había otro lugar extra del que no podían apartar los ojos.

(...)

—No van a comerte—le dijo a Danna mientras terminaban de bajar el último escalón. La chica lo miró fijamente con el corazón galopante y el estómago revuelto. Le sudaron las manos y se le aflojaron las piernas, nunca en su vida había estado tan nerviosa como en ese momento.

Se frenó de golpe, y bajo la atenta mirada del hombre, respiró profundamente tratando de relajarse. ¡Ellos solamente eran chicos! No eran de otro planeta. Dio un respingo cuando la mano del hombre se envolvió delicadamente en su antebrazo, como sí con eso quisiera darle ánimo.

Cuando entró en el comedor, lo primero que vio fueron cinco siluetas de chicos. Un carraspeo de garganta por parte de Renato bastó para que cinco pares de ojos llenos con una mezcla de curiosidad e incredulidad se posaran en ella. Sus mejillas ardieron y sus piernas temblaron otra vez.

—Chicos, ella es Danna.—anunció el hombre a su lado.

—¿Ella es la niña?—cuestionó Christopher en voz baja. Las mejillas de Danna se sonrojaron todavía más.

—Christopher—lo retó el chico de ojos verdes y cabello negro.—Yo soy Erick y este menso de aquí se llama Christopher—le dijo a ella ofreciéndole una bonita sonrisa y moviendo su mano de un lado a otro.

LA CHICA DE LOS PATINES (LCDLP #1)|CNCO|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora