C28: Secreto a voces.

4.9K 324 44
                                    


¡REGALO ESPECIAL!

No inventen, me acabo de dar cuenta que casi llegamos a las 4000 lecturas y yo no me di cuenta cuando llegamos a las 3000, mucho menos cuando las pasamos, ¡que bruta, pónganle cero! JAJAJAJA. Y sí, en plural porque esta historia también es de y para ustedes. En fin, como en el capítulo anterior no tenía idea de eso, decidí escribir este como regalo especial para ustedes por todo el apoyo que me han dado a mí y a Danna, obvio.

¡MUCHAS GRACIAS! 🙏

Y AHORA SI, VAYAN A LEER.

Camila apretó con más fuerza su teléfono, luego contempló disimuladamente al muchacho que la acompañaba mientras caminaban por las aceras de la ciudad, sentía que el corazón iba a salirse de su pecho en cualquier momento y el sepulcral silencio en el que estaban no le ayudaba en nada. Deseó enviarle otro mensaje a Danna, pero sabía que su amiga estaba demasiado ocupada con Christopher y no quería seguir incomodándola.

Se aferró más a las solapas de su abrigo y jugueteó con la orilla de su bufanda, el frío estaba a punto de llegar a sus huesos. ¡Iba a morir de frío! Y lo peor, en una cita con Zabdiel De Jesús, en Londres. Casi podía leer los títulos de los diarios matutinos. "Chica torpe muere en cita con integrante de la banda latina CNCO. Detalles en la página cinco" Soltó un risita y se sonrojó cuándo se percató de la mirada de Zabdiel sobre ella.

—¿Tienes frío?—preguntó en voz baja con ese acento que la hacía volverse loca.

—No—mintió. Zabdiel se rio y luego se acercó un poco a ella, tomó su mano y el corazón de Camila estalló dentro de su pecho.

—Pues parece lo contrario—comentó mirándola—tienes las manos heladas—señaló en voz baja.

—Yo...

—Tengo una idea, vayamos por un café y después podemos charlar—ofreció el boricua.—No acepto un no como respuesta—agregó de inmediato.

—¿No tengo otra opción, cierto?—bromeó ella sintiendo sus piernas volverse –literalmente- gelatina.

—No—respondió el muchacho con media sonrisa.

Caminaron hasta la pequeña y acogedora cafetería en la esquina de la calle, él como todo un caballero abrió la puerta para que Cam pudiese pasar, ocuparon una mesa casi al fondo y luego se sentaron en silencio, contemplándose uno al otro.

La camarera no se demoró en aparecer—Hola, soy Lindy y estaré a cargo de su mesa—anunció ofreciéndoles una amplia sonrisa, bueno, tal vez la sonrisa en realidad era para Zabdiel.

Camila la miró un momento y luego volvió sus ojos al chico que no dejaba de obsérvala tan fijamente que sintió por un segundo que iba a desmayarse—¿Puedes traerme por favor un chocolate caliente?—sus ojos volaron hasta la pequeña rubia que le sonreía como sí de eso dependiera su vida—Cam, ¿Qué quieres tú?—los ojos verdes de la muchacha se posaron en Camila.

—Chocolate caliente—murmuró avergonzada. Podía comprender a la rubia a la perfección, porque ese era el efecto que esos chicos tenían en las chicas a donde quiera que fuesen.

Cuándo la muchacha se fue Camila sufrió. ¿Y ahora de que se supone que podía hablar con Zabdiel?

—¿Qué tal el tour?—cuestionó el boricua para romper el silencio.

—Eh, súper. Todo ha sido increíble—se encogió de hombros de manera despreocupada y le sonrió. —Zabdiel, eh...quería darte las gracias por literalmente presentarme a Dan, creo que fue la mejor cosa que alguien ha hecho por mi alguna vez—comentó en voz baja.

LA CHICA DE LOS PATINES (LCDLP #1)|CNCO|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora