Entré en la habitación, en silencio y en oscuridad total.
Paso las yemas de mis dedos por el marco desigual y despintado de la puerta, me quedo pensando en todo lo que habríamos podido ser, en lo que pudimos haber sido...
Doy unos pasos.
Veo una sombra, una figura en el borde de la cama.
Me acerco lentamente y por un momento pensé, créeme que lo creí, que eras tu. Que era tu rostro, tu sonrisa, tu brillo hermoso en los ojos, tus labios...
Eran las sábanas des tendidas de la mañana.
Unas sábanas que reconocí.
La primera vez que dormimos juntos, fueron ellas quienes nos abrigaron, nos dejaron ser nosotros mismos solo que con un poco de alcohol en la sangre.
Eramos nosotros mismos.
Ebrios, tal vez, pero cuan más ebrios estuvimos...
Más verdades decíamos.
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Aveces me inspiro
De TodoSupongo que son.. No sé que son. En mi mente aparecen y si no las escribo, se pierden por el aire.