"M" de Maddison

Capítulo Tercero

Cuando llegué a casa ya estaban preparando la mesa para cenar.

-¿Se puede saber dónde estabas jovencita?

Típica pregunta de madres, ¿verdad?

-No estarías metiéndote en líos otra vez, ¿no?

-En realidad en tan sólo una vuelta al pueblo me he unido a una banda de narcotráfico. ¿Quieres un poco de cocaína mamá?

-Muy graciosa... Siéntate a cenar con Luke y después vayan a la cama. Mañana empiezan las clases. Tienen que dar una buena impresión. Sobre todo tú Maddison.

-Señor, sí señor.-dije en tono de burla.

Mi madre me llamaba Maddison cuando me metía en líos o intentaba prevenir que lo hiciera. Por esa razón odiaba que cualquier otra persona me llamase Maddison.

La cena fue poco interesante. Todos estábamos muy cansados y hablábamos lo justo y necesario.

Acabé de cenar y me fui a dormir. Solo recuerdo acostarme y caer rendida al segundo.

...

Al bajar un pie de la cama noté algo viscoso en el suelo. Como estaba aún medio dormida no le presté atención e intenté ponerme de pie. Digo intenté dado que ni bien me despegué de la cama, me resbalé y caí de cara al suelo.

Tardé en ponerme en pie y cuando lo logré noté como la ira iba subiendo por mi cuerpo

-¡¡¡LUCIAN BROOKS!!! Maldito hijo de perra...

Mi hermano y yo solíamos hacernos bromas todo el tiempo. El mes pasado tenía un proyecto en clase de anatomía que consistía en diseccionar una rana. Al acabarlo, metí mi rana muerta escondida en el fondo de su mochila. Luke se pasó casi una semana yendo a clase con un olor asqueroso a rana muerta hasta que lo descubrió.

Fue jodidamente épico.

Pero claro, hoy me tocaba a mí.
Muy inteligente hermanito, jabón en el suelo.

-¿Pero qué te ha pasado Madmads?- me preguntó el muy imbécil.

-Voy a matarte ahora mismo.

-Ja ja, inténtalo. Por cierto, date una ducha, no subirás así a mi auto.- dijo mientras se marchaba por el pasillo.

Me duché y me vestí lo más rápido que pude. Nada del otro mundo, jeans ajustados y unas vans que eran negras pero por la suciedad acumulada de tanto usarlas. Sí, necesitaban un lavado, pero si las lavas se les va la magia, ¿no?

Me subí al coche de Luke maldiciéndolo de nuevo y nos fuimos hacia nuestro nuevo instituto.

(Luke en multimedia)