Cuando Jimin terminó con la sesión de fotos, en lo único que pensaba era saludar a su novio e irse a la cama en un santiamén. Había tenido muchos cambios de vestuario pero la experiencia le había gustado demasiado, así que no podía esperar para la próxima y además, ser contratado por aquel fotógrafo quien había resultado ser muy amable y había hecho del estudio un ambiente tranquilo para que todos pudiesen disfrutar del momento.
Apenas cruzó la puerta, se encontró al departamento vacío y en completo silencio, ¿dónde estaba su novio? ¿acaso se había ido? Jimin dejó su chaqueta en el perchero y se dirigió al balcón, donde vio a Yoongi usando su teléfono celular y además, fumando un cigarrillo. Su novio hace mucho que no lo hacía y el verlo otra vez bajo el vicio le hizo sentirse un poco mal, ¿qué estaba pasando?
— ¿Hyung? —dijo Jimin, abrazándolo por la espalda.
— ¿Mmm?
— ¿Q-qué ha pasado, amor? —quiso saber. Jimin estaba nervioso y notó que su novio también, puesto que su cuerpo estaba tenso—. Has estado raro estos días, ¿qué ocurre?
—Firmé un contrato con la empresa que te había dicho días atrás, mis pistas les gustaron y conseguí la oportunidad. —Se da la vuelta y Jimin lo funde en un abrazo lleno de felicidad pero su novio no lo recibe de la manera esperada. Al contrario, ni se mueve.
— ¿¡En serio, Hyung!? Felici-
—Tiene sede en Seúl, Jimin —lo interrumpió aún sonando seco.
— ¿Q-qué? —El pequeño siente las lágrimas acumuladas en sus ojitos—. Dime que esto es una jodida broma.
"Que todo esto sea una broma, por favor...", pensó Jimin.
—Me tengo que ir a Seúl pronto y no sé si me van a permitir que vengas conmigo, bebé —explica con la voz rasposa. Se notaba perfectamente las pocas ganas de hablar del tema en esos momentos.
— ¿Te...irás? —Y se largó a llorar apenas pronunció el final de la oración.
—No voy a dejarte, bebé. Yo... Yo haré todo lo posible para que vengas conmigo, no planeo dejarte. —Yoongi tomó sus mejillas rechonchas entre sus manos.
— ¿Lo prometes, hyung?
—Claro que sí, Minnie, te amo.
—Yo muchísimo más, Yoongi-Poo —responde el pequeño con una pequeña sonrisa y siente un nudo en su estómago.
Porque extrañamente, no le creyó a Yoongi esa vez.