Yugyeom gira aburrido en una de las sillas que el staff ha dejado, esperando a que lo últimos miembros acaben la sesión fotográfica. Las manecillas del reloj parecen no moverse y los que cargan con cámaras y focos tampoco parecen tener intención de acabar. El menor no siente que hoy sea un buen día para sacarle fotos, y mucho menos para esperar a que todos terminen. Está agotado y lo que más quiere es poder volver a su cama y dormir todo lo que necesita.
Suspira aliviado cuando ve a sus hyungs volver hacia donde él se encuentra y piensa que por fin podrá irse a casa y descansar, como tanto ansía. Pero una chica llama a los mayores de nuevo, diciendo que deben volver y repetir algunas fotos. El peliazul gime con desespero, inclinándose hacia atrás en la silla todo lo que puede y cerrando los ojos. Bien, si no puede ir a casa, se tomará una siesta allí mismo. Intenta dejar la mente en blanco y permitir que el sueño le invada por completo, pero la sala llena de ruidos de cámaras y voces -tanto de los miembros como de los del staff- no ayuda. Y mucho menos ayuda Jackson, quien justo cuando Yugyeom cree que va a dormirse, agarra su nariz y la aprieta. El menor frunce el ceño enseguida y trata de apartar la mano del mayor a base de manotazos.
-No te duermas, bella durmiente, ya casi hemos acabado -Dice el chino entre risas cuando ve la expresión de fastidio del otro.
Ya casi habían acabado supuestamente hace media hora, y sin embargo ahí siguen.
Yugyeom ni si quiera se molesta en abrir los ojos y vuelve a la misma postura cuando Jackson le deja tranquilo.
La paz no puede durar ni cinco segundos, piensa el menor, cuando siente como tiran de una de sus manos intentando levantarle.
-Vamos, Yugy -Susurra la persona frente a él y Yugyeom sabe rápidamente que ya no se trata de Jackson.
Abre los ojos y efectivamente, Bambam se encuentra delante de él, tomando su mano y tirando de ella. El peliazul se levanta y sigue al otro obedientemente. Pasan por los pasillos tratando de ser lo más discretos posible, aunque era algo difícil cuando la cabellera blanca de su pareja no hacía más que llamar la atención. Tras una de las múltiples puertas que pasan llegan al exterior del edificio, concretamente a su parte trasera, donde se extiende un jardín poblado por varios árboles altos. El tailandés le guía hasta uno de ellos y busca el lugar exacto desde el cual las largas y frondosas ramas puedan esconderlos, si es que sus hyungs se asoman a alguna ventana. Cuando por fin lo encuentra, no pierde un segundo y tumbarse sobre el césped, boca arriba, y palmear su estómago, invitando al otro a sentarse con él. Yugyeom no está en condiciones de negarse a nada y rápidamente se tumba apoyando la cabeza sobre el mayor.
-Solo falta que ronronees -Se burla el mayor -por meses- de los dos cuando el peliazul inclina la cabeza para conseguir más mimos.
Bambam nota aún más el cansancio del menor al ver que este ni si quiera contesta a su comentario, ni hace ninguna de las tonterías que suele hacer solo para verle reír. Yugyeom se acomoda mejor sobre el tronco de su pareja y se deja llevar por las caricias -ahora incluso más concentradas- que deja el peliblanco sobre su pelo. El silencio instalado en ese lugar también le ayuda, y agradece muchísimo tener siempre al tailandés a su lado por esas cosas. Bambam parecía a veces saber lo que necesitaba incluso mejor que él mismo.
Las voces del líder y Jinyoung le sacan de su tranquilidad y se aferra al cuerpo del mayor cuando siente que este se incorpora. Gruñe, lloriquea e incluso patalea, todo por conseguir que Bambam no se levante, que vuelva a dejarle dormir sobre él y le acaricie el pelo, ¿de verdad pedía tanto?
El mayor se tumba, sin más fuerzas para pelear con Yugyeom, y este último reparte besos por el abdomen del contrario como agradecimiento. A quién podía engañar, para él era imposible enfadarse con el maknae.
-Bebé mimado -Suspira el tailandés a la vez que vuelve a acariciar la cabellera del otro.
Las voces de sus hyungs siguen sonando a lo lejos, pero la sonrisa que le dedica el peliazul y esas dos finas lineas en las que se convierten sus ojos le ganan, más que el miedo a la reprimenda que les espera después. Unos minutos más así no iban a matar a nadie.
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Soft ✧ 2jae, yugbam
Cerita Pendek⌜one shots⌟ "-¿Estás mejor? -Contigo siempre estoy mejor" 2jae ☼ yugbam ☾ #285 en historias cortas » 03/01/18