IV

8 1 0
                                    

《Siete años antes 》

-...no puedes apareser de la nada; no puedes escribirme; no puedes llevarme lejos, ni mucho menos a Adam; no puedes...

Matt escucho irritado la larga lista de cosas que no podia hacer mientras el amiguito de Audrey estuviese en casa.

No tenia mucho de que quejarse, después de todo, Audrey era bastante antisocial.

Adam era el hijo de Michael, profesor de literatura en la secundaria a la que Audrey asistia.

Y su unico amigo ademas de Matt.

La peli negra estaba inquieta. No era un secreto que los chicos le probocavan nervios. Aunque, para ser justos, todo lo que hablaba le provocaba nervios. En general, no le gustaban las personas, a no ser que fueran una de esas extrañas pero adorables criaturas que se la pasaban hablando de libros y de peliculas de ciencia ficción. Encantador, no?

Se demoro alrededor de dos horas en elegir algo que ponerse. Primero penso en vestirse como siempre, con unos jeans sueltos y una camiseta a colores primarios.

Luego penso en que no solia traer visitas a casa y se interno en el armario.

El vestido rosa era muy corto; el morado, muy largo. El celeste era bonito pero no le dejaba respirar.

Al fin se decidio por un vestido salmon fosforesente y unos zapatos negros.

Acomodo su sosten y se retoco el maquillaje. Se veia linda, con su vestido asta la rodilla y el cabello sujeto en una coleta.

Tocan el timbre...

Se miro al espejo por ultima ves y suspiro, determinando que no le gustaba ni el color del vestido, ni el largo de este; que los aros resaltaban mucho sus orejas, haciendolas ver grandes y poco delicadas, y que el escote dejaba demaciado poco a la imaginacion. Pero Adam estaba aqui, asi que no habia nada que hacer.

Abrio la puerta con la mejor de las sonrisas. El maestro Michael la miro de arriba abajo y sonrio con aprobación.

El color era algo exagerado, pero se ajustaba bien a sus curvas y a la ves no era nada sugerente. Los aros eran mas bien medianos, sin brillo (Audrey pensaba que con el vestido era mas que suficiente). No estaba maquillada, el peinado era simple, pero se habia esmerado en que sus uñas lucieran de tal forma que nadie ignorara su empeño en verse bien.

Los ojos asustados de la castaña buscaron a Adam, quien le saludaba con timides.

Audrey habia insistido a su padre y a tia Kate para que salieran y asi quedarse sola con Adam.

-nesesitan algo? Puedo descargarles una pelicula.

-papá, creo que...-, interrumpio Adam, pero el profesor queria demostrar su simpatía mas alla del aula.

-traje chocolate-, ofrecio mostrandole el dulce.

-oh, gracias!

-para lo que gusten

-si, si... ¿podrias?-, rogo Adam con las mejillas infladas.

-ah, si... Adiós.

-lo lamento mucho. Se que eres alergica al chocolate. Mi padre es tan...!-, se disculpo avergonzado el chico apenas estuvieron solos.

Audrey solo rio perdiendose en esos ojos miel que parecian guardar secretos. Eso era lo que le gustaba de el, su aire misterioso.

La niña le hiso un lugar junto a ella en el sillón . Estaba incómoda, para que negarlo.

-¿quieres ver una pelicula? Tengo Netflix-, dijo moviendo las sejas.

(...)

-y entonces?

-me dijo que estaba castigado de por vida, pero yo llame a papá y el decidió cambiarme de escuela.

-que hay de tu madre?

El silencio se apodero de la sala y Audrey se abofeteó mentalmente por haber dicho tal cosa.

-ella murio cuando yo nací.

-la mía también.

Adam la miro.

-es una de las mil cosas que tenemos en comun.

Mas Allá De Nuestros Miedos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora