Capitulo 1

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 Quedarse mirando la negra pantalla de la computadora apagada y debatir en mi mente, peleando contras mis ganas y obligaciones, si debía comenzar a escribir un nuevo capítulo, o solo volver a la planta baja a tomar café se había convertido en mi pan de cada día. Aunque al final de cada pregunta que me volvía a repetir sin necesidad siempre llegaba a la misma respuesta; Lo cual, cada vez que pienso en ello, me hace sentir idiota al no ser capaz de cambiar mi hábito tan infantil e inmaduro de querer evadir mi trabajo por un rato. Simplemente no funciona si no puedo pensar con claridad lo que quiero explicar.

Permanecer tanto tiempo leyendo una y otra vez informes sobre ciertos casos solo lograba que mi vida se haga un poco más monótona e insignificante a mi crítica. Aunque en mis manos estén solo papeles en blanco y negro, eh de admitir que contienen información técnica muy interesante. La ficha cuenta sobre la investigación de un intento de asesinato que hace unos años fue muy popular en la provincia. Por lo que dice, mientras sus padres viajaban y hermanos salían de fiesta, por la noche un trío muy astuto irrumpió en la casa de Candela Viscarra. Tener que estudiar este tipo de cosas a veces logra que me divierta al permanecer horas frente a un computador. Pero también, obtengo el comenzar a preguntarme qué estuve haciendo todos estos años con el niño que soñaba ser policía y combatir el mal junto a sus amigos. Cosas como el pasado y el presente me inquietan con facilidad durante los últimos días; Como la culpa de no ser aquel héroe que esperé y, confieso, aún espero tener la oportunidad de ser.

Enciendo la computadora, la pantalla iniciando en azul solo marca el comienzo de lo que será estar horas sentado frente a ella. Aunque la mayor parte del tiempo me quede pensando, mirando el techo y el foco de luz blanca, en qué es necesario para destacar entre miles de relatos iguales. Y la única respuesta que siempre consigo es mantener mi estilo; que para mí es más ordinario que mis ojos marrones, pero para muchas otras personas es un trabajo merecedor de millones de copias. Y eso hace que me pregunte qué tanto valen esas millones de copias sin hablar de dinero.

¿Qué lo hace destacar?

¿Por qué?

¿Cómo?

Nunca nadie, desde que envíe mi primer manuscrito a la editorial, me ha sabido contestar de forma elocuente y eficaz. Simplemente me dejaba con más dudas. No saber porqué algo funciona tan bien es molesto y deja un sabor a impotencia que tardará varios días en apaciguarse. No es que no esté agradecido por estar donde estoy, pero no saber porqué estoy acá, si en verdad yo quería encontrarme con uniforme y pistolas, es realmente abrumador. Tal vez sea el hecho de ser escritor lo que exige que la paz llegue cuando me den respuestas más desarrolladas y con justificaciones coherentes; Y tal vez sea el mismo causante el que no me deja estar conforme con el cliché Te atrapa apenas comienzas a leer. Yo no me esfuerzo mucho, ni pienso tanto al comenzar una oración; Solo sé que resulto muy doloroso darse cuenta de la línea entre pasión... y talento.

Suspiré. Pues recién comienzo, decidido a tener un buen avance en la trama, y ya siento que no llegaré a ningún lado. Son tardes que con buena consistencia terminarán en un manuscrito de oro, como lo llama mi editor. Sin duda son un gran orgullo para mí cuando veo todas las hojas que escribí una sobre otra. Me siento grande y conforme con mí mismo, e inevitablemente una sonrisa sube a mi rostro cansado; Luego de cumplir con el plazo, me recompenso con amargo café caliente.

Ya era suficiente. Si escribir por horas no me llevará a ningún lugar nuevo, vaguear mirando el techo lo hará mucho menos; Y no es como si pueda evadirlo porque sí.

—Dos mil quinientas palabras en un día no son nada...

Sin más. Comencé a contar como un día, sin previo aviso, un oficinista veterano se convirtió en el héroe de una dama al defenderla de un pervertido. La sensación de ayudar a una persona le otorgó la sensación de estar en la cima del mundo. Continuó por su camino jugando el papel de héroe en casos mínimos. Hasta que se metió en un juego grande...

Desde otros ojosWhere stories live. Discover now