Prólogo

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Hace 50 años

Quien lo hubiera dicho, Valdioria era un solo pueblo triste y aburrido, desde que 'aquella familia' llegó al pueblo, todo se volvió más terrorífico incluso para algunos emocionante.

El viejo bar que en su época era famoso ahora se quedo solo en un rincón alejado, los tiempos cambian así como el pueblo "Vardar" llamado como el mismísimo río cercas del lugar. Era viejo, grietas en las ventanas, la madera rechina con el paso, apenas unos cuantos clientes recurrían a el por sus excelentes bebidas, pero no era los suficientes para su mantenimiento.

Una fría noche de invierno para ser exactos, la época feliz tan esperada. La navidad. El bar estaba más lleno de lo habitual, con copas y tarros de cerveza festejaban así como en el centro de este se encontraban bailando al ritmo del gramófono...cuando de repente llegó una pareja aparentemente inconformes puesto que no importara cuantas personas los mirara los dos seguían discutiendo, pero no era cualquier pareja del pueblo. Sus ropas de tela tan fina y aquellas joyas que poseía esa mujer, sin duda alguna eran los dueños de aquella mansión en la montaña, pero ¿que harían ellos aquí? Teniendo los mejores platillos, la casa sería un paraíso que cualquiera desearía tener ¿que hacían en un viejo bar?

Los dos tomaron asiento en la barra aún seguían molestos por lo que sea que hayan discutido. Las personas presentes olvidaron de ellos y continuaron con su festejo.

—¿que les ofrezco?- el encargado de la barra y dueño del lugar se acercó.

—deme una fuerte- hablo el señor

—yo el doble de fuerte- con una voz potente respondió su mujer.

El encargado sólo asintió, «sin duda esos dos acabarían mal» fue lo que pensó mientras servía sus bebidas. Una mujer se acercó a la barra a pedir otro trago, indirectamente captó la atención del señor.

Hola preciosa, que hace un ángel aquí-

¿Acaso estaba coqueteando sin importarle que su mujer estaba justo a su lado? Esta sólo sonrió, pero al ver el rostro de su mujer a sus espaldas lo mejor seria alejarse. Esta sólo le dio la espalda a su marido.

dígame bella dama ¿le gustaría bailar conmigo?-

Un joven se acercó al ver tal escena provocada por su marido, sin duda era una buena oportunidad para regresarle la jugada, pero antes de responder alguien hablo por ella.

—piérdete ¡ella es mi mujer!-

El joven se marchó un poco avergonzado, en cambio su mujer tenía el ceño fruncido —vamos a bailar para que cambies de parecer-

Bruscamente tiro de ella hacia el centro del lugar, era una canción lenta lo cual suponía estar pegados. Su marido con la mirada puesta en otras mujeres les guiña un ojo así como les regala una sonrisa.

Valdioria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora