Capítulo 7: Segunda prueba - El poder de la naturaleza

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- ¡Estén alertas! ¡la intención de estos espíritus es atacar! –Advierte el profesor Redmond.

Desenvaino mi espada la cual tuve cerca mío todo el tiempo.

Todos nosotros nos agrupamos en un círculo a excepción del profesor Redmond, Él solo se queda observando lo que está sucediendo desde lejos. Los espíritus parecen ignorarlo.

Hay más de diez espíritus rodeándonos y bailando, encerrándonos en un gran circulo formado por todos ellos Comienzan a brillar con un aura blanca todos a la vez, al mismo tiempo que el circulo que nos encierra gira cada vez más rápido.

-Los espíritus se preparan para atacar... ¡no se muevan de aquí, yo los protegeré! –Dulcie extiende su brazo izquierdo hacía con la palma de su mano abierta, frente a esta aparece un símbolo mágico color morado-pálido.

Los espíritus lanzan rayos brillantes de energía espiritual todos a la vez, el brillo de sus ataques me obliga a cerrar los ojos.

- ¡Dynhan! –Dulcie Dice el nombre de su hechizo. Hay una gran explosión a nuestro alrededor, pero esta no nos alcanza, Dulcie nos defendió creando un escudo divino alrededor de todo nuestro grupo-. ¡Nal! –La misma barrera divina se expande rápidamente hacia los enemigos y los golpea con fuerza-. ¡Es hora! ¡ataquen! –Dice la maga.

Todos corremos en distintas direcciones hacia los espíritus quienes aun están desconcertados por el ataque.

Recito un hechizo.

- ¡Desda le flea! –Mi espada se ve envuelta en llamas.

Son muchos espíritus, así que debo ser lo más cuidadosa y atenta posible, pelear con todo lo que tengo desde un inicio es lo mejor. Corro lo más rápido que puedo hacia los espíritus enfrente mío, son tres. Corto con mi espada a uno de ellos, pero este la esquiva, aun así, no logra esquivar mi segundo ataque y el espíritu se desvanece. Al igual que con los duendes, no está muerto, matar a un espíritu es imposible, solo está fuera de combate.

El segundo espíritu imita las extremidades de un ser humano y en su mano derecha aparece una espada translucida, seguramente trato de imitar mi forma y luego creo una espada como la mía.

Trato de cortar al espíritu con mi espada, el hace lo mismo y nuestras espadas chocan. Pero la espada espiritual no es lo suficientemente resistente como para detener a mi espada en llamas, esta rompe en pedazos a la espada espiritual la cual se desvanece en el aire. Sin poder defenderse el espíritu es cortado en dos diagonalmente y Luego desaparece de la misma manera que su espada.

Solo queda uno. El espíritu restante me lanza una bola blanca translucida de energía espiritual, a la vez yo lanzo una bola de fuego con mi mano izquierda y ambos ataques chocan y explotan en el aire. Me quedo observando al espíritu esperando su siguiente movimiento y contrarrestarlo, pero él, al igual que yo no hace más que observarme con sus extraños ojos amarillos con iris verde y pupilas con forma de cruz sin hacer nada.

Rápidamente observo a los demás, todos han logrado derrotar a los espíritus, solo deben de quedar unos tres o cuatro. Sinceramente si los comparamos con los duendes de madera, estos no son tan poderosos. Los espíritus restantes retroceden hasta que se pierden entre los árboles y la oscuridad del bosque nocturno.

-Como espíritus guardianes no están nada mal, pero pelear contra nosotros fue bastante temerario de su parte –Comenta Elena.

- ¿A qué te refieres? –Le pregunto.

-La magia espiritual es efectiva y poderosa, pero en su mayoría los espíritus solo son buenos contra otros espíritus, ellos no tienen oportunidad contra seres con cuerpo físico como nosotros. Es cierto que algunos pueden usar maldiciones bastante peligrosas y también existen espíritus que habitan lugares con enormes cantidades de maná que se han vuelto tan poderosos como para poder hacerle frente a una criatura con cuerpo físico, aunque son casos muy raros.

Los Guardianes de Evelyne (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora