Los Guardianes de Evelyne (Finalizada)

Capítulo 27: Persecución - Acercándose a la muerte

Parte 1

Luego de que se llevaran a Sam Irland, nos acercamos a los dos modernos vehículos restantes al son de la voz de Daniel. Ambos son más grandes y largos que un autobús, digamos que serían necesarios cuatro de ellos, uno detrás de otro, para alcanzar el verdadero tamaño de estos vehículos. Tienen tres pares de ruedas con pequeñas piezas justo sobre ellas las cuales se deberían iluminar del azul del maná al funcionar y son blancos con largos y gruesos circuitos grises recorriendo su estructura, y de una apariencia alargada. Me da a entender que a pesar de su tamaño, no se trata para nada de un vehículo lento. En este momento ambos solo están estacionados frente al almacén del que acabamos de salir. Desde mi punto de vista, al costado izquierdo del vehículo se ven varias ventanas no muy grandes que son como escotillas. Siendo sincera, me parece mas una nave espacial que otra cosa...

Cuando todos nos acercamos a la puerta del vehículo, esta se abre automáticamente hacia un costado con un sonido mecánico y todos nosotros entramos junto a nuestros spoediges y hadas en una de las grandes maquinas. Aun cuando somos dieciséis guardianes, unos veintidós spoediges y tres hadas (aunque estas no cuentan debido a su pequeño tamaño) cabemos perfectamente dentro del vehículo, además de que en la parte de atrás sobra bastante espacio para traer a los draakvoél de vuelta en uno solo de los dos vehículos.

Hay dos largas filas con varios pares de blancos asientos como en los autobuses, Elena y yo nos sentamos en un par de ellos, yo del lado de la ventana y ella a mí derecha, ya que Elena había ocupado la misma posición que yo en el autobús de hoy. Una vez el conductor sentado frente a un gran volante junto a montones de botones y palancas que la verdad, no sé para qué sirven, todos ya en los asientos y los spoediges puestos en la parte trasera de la gran máquina, esta acelera a gran velocidad con un corto sonido eléctrico, y tras ello, no se escucha nada más siendo una maquina completamente silenciosa. Cruzamos la gran ciudad por una calle-puente especial construido para los vehículos de los guardianes, abandonamos Oggend Stad y nos adentramos en el caluroso desierto rocoso (si, caluroso, pero solo en caso de que no tuviera este bendito hechizo sobre mí...)

Le echo un largo vistazo al interior del vehículo, realmente parece una nave espacial tanto por dentro como por fuera. Todo es blanco con pequeños circuitos, nunca había estado dentro de algo así. Frente al guardián que va conduciendo hay una gran ventana que deja ver el exterior. Hablando del conductor, él no toco el volante hasta que salimos de Oggend Stad, debe tratarse de un tipo de "piloto automático" aunque no sé mucho cuando se trata de tecnología, si soy sincera, nunca me ha interesado estudiarla, centrando más en otras cosas que en verdad me llamaron la atención... ah, pero de libros sí sé...

Observo por la ventana a mi izquierda como cruzamos el desierto a una increíble velocidad, las rocas rojizas y la tierra del mismo color es lo mas que se puede ver en el exterior y las ruedas hacen algunos ruidos cuando pasan sobre ellas, quedando los arboles de Linkalja, Uinkalja y el casi inexistente pasto en segundo lugar. Ahora que lo pienso, tengo dos dudas, la primera es: ¿Por qué si estamos pasando sobre montones de rocas y protuberancias del suelo, el vehículo ni siquiera se ha sacudido un poco? y la segunda es:

- ¿Podremos alcanzar a los Cazadores furtivos a tiempo...? –Lo digo en voz alta.

-Seguramente se han alejado bastante, pero este vehículo es rápido, como mínimo deberíamos tardar unos diez minutos en alcanzarlos, así que estén atentas –Escuchamos una voz desde nuestras espaldas y Elena y yo nos damos vuelta. Se trataba de Tiaret, quien sujeta el respaldo de mi asiento mientras se apoya contra este, ella está sentada del lado de la ventana junto a Amarina en su hombro izquierdo. Sentado a su lado esta su hermano Enam. Cuando Imre ve al hada en el hombro izquierdo de la chica, solo aparta la mirada.