Desterrada (I)

Desterrada (I) (CORREGIDO)

Según el diccionario, la palabra "desterrado" significaba echar a una persona de un territorio por mandato. Yo lo llamaba putada, ya que, sin saberlo, me habían desterrado de mi mundo.

¿Y por qué digo esto?
Porque hace menos de cinco minutos me había llegado una notificación de Instagram, en específico, de la cuenta de chismorreos del instituto, donde la última foto que habían subido era una de Matthew y su nueva novia.

En ese momento, al leer eso, me quedé petrificada porque YO soy su novia. El artículo era éste:

"Nuevo año, nueva novia para Matthew, el chico más popular de nuestro instituto. Por personas anónimas nos hemos enterado que todo este trimestre se ha estado viendo con Rose Park, ¡sí, señores! La chica nueva, dulce y que no mataba ni a una mosca ha estado saliendo con Matthew a espaldas de Scarlett, su ahora (creemos todos) exnovia. Y pensar que todos apoyamos con los ojos cerrados a la pareja Matthew & Scarlett que ya llevaban más de dos años juntos. ¡Dos!

Más tarde os seguiré contando los nuevos chismorreos de la nueva pareja popular: ¡Matthew & Rose!
Dejo adjuntada esta imagen con dos fotos de los antiguos tortolitos Matthew & Scarlett. Qué bonita pareja hacían y otras dos fotos de ahora nuestra popular chica: ¡Rose!"

@lorem_

Estuve tentada de tirar mi móvil por la ventana, pero lo único que habría conseguido es tener un día más de mierda de lo que ya es. La ira me estaba consumiendo y no esperaba la hora de llegar al instituto y matarlos a los dos.

Odio con todo mi ser a Rose, simplemente por el hecho que en menos de cuatro meses me ha quitado mi novio y mis amigos.

Me siento en mi cama y suspiro. No puedo creer que me esté pasando esto a mí. Esto era una novela de mal gusto, donde por fin reina el amor para la antisocial Rose y el popular Matthew; puro cliché. ¿Pero es que nadie ha pensado en la chica que le han quitado todo? Ésta vez me toco a mí.

Para todos soy una zorra que le hace la vida imposible a la nueva, nadie piensa que todo lo que hago es por una razón. ¡Me ha quitado todo lo que tengo!

-¡Scarlett, sal de tu habitación, vamos a llegar tarde! -chilla mi madre desde el primer piso.

Cojo mi mochila y mis auriculares, y bajo al segundo piso con la esperanza de no ver a mi hermanastro, pero ahí está, sentado en el sofá comiendo unos cereales.

-Hombre, si es la princesita -ruedo los ojos y hago como si no lo hubiera escuchado, mientras espero a mi madre en la entrada.

-¡Taylor, vete a cambiar, vamos a llegar tarde por tu culpa! -grito.

-¡Voy, voy, voy! -me pongo los auriculares y mi madre me entrega las llaves de su coche para que entre.

Me siento en la parte de atrás y dejo las llaves en el asiento del copiloto.

En dos minutos ya estábamos yendo todos hacia el instituto.

Mientras conducían, yo miraba las fotos de Matt y yo en mi galería. Empecé a seleccionarlas y cuando iba a dar a "borrar todo", negué con la cabeza y bloqueé el móvil.

Mi móvil vibró y con cierto temor encendí la pantalla, no quería ver ni de coña una notificación de la estupida de Lorem. En cambio, era un mensaje directo de Taylor: mi hermanastro.

Me adjuntaba la foto de Instagram y añadió un mensaje: "Bonita pareja, ¿eh?". Miré al retrovisor y pude ver la sonrisa de Taylor.

Bajé la cabeza y respiré hondo, pero nada servía. Justo cuando le iba a gritar, el coche paró bruscamente. Ya estábamos en el instituto. El primero en bajarse fue Taylor.

Saqué de mi mochila un lipgloss rojo y me lo puse en los labios delicadamente y, por último, unas gafas de sol.

-Ten un buen día, cariño -me sonríe mi madre y yo hago una mueca simulando una sonrisa.

Me bajo y agacho la cabeza. -Sí, claro, mamá, el mejor día de la historia -susurré.

Miro a todos lados; hay pocas personas. Me acomodo la falda rosa que llevo puesta y sonrío como si nada.
No dejaría que nadie me viera mal por esos dos capullos.

En cuanto entré al pasillo del instituto, todas las personas presentes dejaron de prestar atención a sus móviles. Yo, como si nada, pasé sonriendo. Mi única intención ahora era matar a la pareja asquerosa y matar a Lorem por publicar eso.

Como si fuera cosa del destino, vi a la parejita. Rose estaba apoyada en una taquilla con un saco de abuela y un pelo de león, mientras Matt le rodeaba la cintura con sus brazos.

Sentí un gran nudo en la garganta. Tenía unas inmensas ganas de pegarles y desquitarme.

-Scarlett -susurró Rose. Cómo odiaba su voz.
Vi cómo se escondía detrás de Matt. ¡Pero menuda gallina!

-Hola, Scar -me saluda Matt y alza una ceja.
¡¿Cómo osa llamarme así?!

-A mí no me llames Scar, gilipollas -veo a Rose, que como un gatito furioso, sale de su escondite.

-¡No lo insultes! -algo en mí se rompió cuando Matt le dio un beso en la frente. Perdí el control.

-¡Cómo no quieres que lo insulte, zorra, si me acabo de enterar que estáis saliendo desde hace meses a escondidas, que este mamón me ha estado engañando contigo! -la miro con repulsión. -¡No me vengas a dar clases de educación porque tú no la tienes! -vi cómo se le caía una lágrima. ¡¿Es en serio?!

-¡Scarlett, déjala en paz, tienes que asumir que Rose es el amor de mi vida y no tienes porqué meterte con ella! -la abrazó. -¡Tú sólo has sido un simple juguete! -todos los presentes que estaban en el pasillo se callaron.

Reí y me quité mis gafas de sol. - ¿Escuchaste eso, Rose? Fui su juguete. Verás cuando te pase lo mismo y créeme cuando te digo que en ese momento lo disfrutaré con todas las ganas. -le guiñé un ojo y me puse de nuevo las gafas de sol mientras sonaba la campana de clases.

Escuché los lloriqueos de Rose y cómo su grupo de amigos la consolaba. Me miraban con crueldad.

No tenía ganas de entrar a clases, así que fui al baño de chicas. Antes de entrar, escuché cómo unas de primero cuchicheaban sobre mí y abrí la puerta bruscamente.

-¡Largaos! -grité con autoridad. Éstas huyeron.

Cerré la puerta con pestillo y me miré al espejo. Me quité las gafas y me fijé en mi ojos rojos. Sin poder evitarlo, empecé a llorar desconsoladamente. Me apoyé en la pared del baño y me deslicé poco a poco hasta hacerme una bolita en el frío suelo.

Esto tenía que ser una broma de muy mal gusto, o quizás una pesadilla. Lo único que quería era despertar de ella.

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