Capítulo 1 (CORREGIDO)

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Intenté dejar de llorar, pero no podía. Esto era demasiado para mí. Hace pocos meses, mi vida era perfecta. Todos los días saliendo con Matt; vale que podía ser pesada, pero si lo era tanto, me hubiera dejado hace años y no esperar a que una se le meta en la cabeza y me dejara llamándome "juguete".

Toqué mi colgante. El colgante que me había regalado al cumplir el año y medio, y que yo llevaba con orgullo y amor porque sin poder evitarlo, yo amo a Matthew con todo mi ser y eso es lo que más me jode.

En medio de mi depresión se escuchó algo caer y a mis pies llegó rodando un inhalador.

-Pero qué cojones -susurré. El inhalador estaba coloreado con permanente azul y tenía una pegatina con un nombre "Ally". -¿Ally? -no sabía quién cojones era Ally, pero dije su nombre por puro instinto.

-Mierda -me asusté y vi como una chica salía de su escondite. -Y-yo lo siento, yo... -empezó a balbucear. A estas alturas ya no me importaba lo más mínimo. -Lo siento.

Alcé los hombros y la miré. Cabello negro, ojos castaños y de mi altura. Chasqueé los dedos. Era de mi clase, estaba en el grupo de los "antisociales". En cuanto recordé la palabra antisocial, empecé a cabrearme de nuevo.

Me levanté y desafiante le toqué el hombro, ella temblaba como un flan.

-Como le digas lo que has visto hoy a alguien, te juro que te arruino la vida -asintió. Estaba aterrorizada.

Tampoco quería que me viera como un monstruo, aunque para todos ya lo soy. Así que, suspirando, le entregué su inhalador.

-Lo siento, no debí de hablarte así -hizo una mueca y me entregó un trozo de papel.

-Tranquila, hasta las más populares tienen sus días de mierda -sonreí por su frase. -Ally Morgan. -me tendió su mano. En otro caso me hubiera burlado de ella y me habría ido con mi séquito, pero esta vez le di también mi mano.

-Scarlett Palm, aunque bueno, no es por ser arrogante -toqué mi pelo.-pero todo el mundo me conoce.

Rodó los ojos. -Sí, ya se sabe. Bueno, yo me tengo que ir porque ya he perdido media clase, ¡adiós, Scarlett! -abrió la puerta y se marchó.

Como pude me arreglé y me puse de nuevo las gafas de sol. Salí y acomodé mi ropa.

-¡Señorita Palm! -abrí los ojos aterrorizada. Escuché la voz de pija de la directora y con una sonrisa forzada, me giré.

-Buenos días, directora -me bajé un poco la falda y la miré.

Ella, con aires de superioridad, me sonrió. -¿Qué hace usted aquí? -tragué saliva.

-Me encontraba mal y fui al baño -espero que sonara creíble, sino estaba perdida.

Vi como la directora me tocaba el hombro. -Eso espero, señorita Palm, igualmente la estaba buscando -tosió un poco y yo me alejé un poco. ¡Lo que me faltaba, caer enferma! -Hoy ha venido un alumno nuevo y debe hacerle un tour por todo el instituto. -Gracias a Dios que llevaba las gafas de sol porque si no me hubiera visto rodando los ojos descaradamente.

-Claro, encantada -sonreí. Dios, a este paso se me va a romper la mandíbula en dos.

-Le está esperando en mi despecho, espero que se las puede apañar. -alcé una ceja. -Es un chico un tanto peculiar.

-Tranquila, ya me ocuparé -se alejó de mí.

En ese momento levanté mi cabeza y miré al techo. -¿¡Qué te he hecho, Dios!? -daba gracias a que todos estaban en clase porque aparte de ser tachada como la arpía del instituto, también sería tachada como la esquizofrénica.

Resignada caminé hasta el despacho de la directora. Antes de entrar, escuché música en el despacho. Era, sin duda, una canción obscena. Seguramente de Lil Pum.

Entré nerviosa. La escena que me encontré era digna de una foto; un chico seguramente de mi edad sentando en la mesa de la directora. Estaba vestido con una camiseta rosa, pantalones negros rotos y una banda roja que llevaba en la cabeza. Sujetaba un boli entres sus manos.

-Hombre, pero que belleza tenemos aquí -me guiñó el ojo y yo casi vomito. Hizo una mueca de asco.

¿De qué videoclip de Trai había salido este chico?

-¿Tú eres el chico nuevo? -el chico alzó los hombros con gesto despreocupado.

-Puede que sí o puede que no, barbie -me saqué las gafas y las guardé en mi mochila.

-Muévete de una vez que tengo que enseñar esta mierda de sitio - abrió los ojos de par en par. -¿Qué pasa? -se bajó de la mesa.

-Nada, pensaba que tu voz iba a ser más aguda y dulce -carraspeó. -O sea, así, tía -imita una voz súper aguda que me hizo recordar a la voz de la cabrona de Rose.

-Pues ya ves que no, así que vamos -antes de que pudiera abrir la puerta, lo hizo él. -Por si acaso te digo que tengo manos -se las enseñé.

-Pura educación, Barbie -empecé a enseñarle todas las salas de arriba a abajo.

Poco caso me hacía, ya que, cada vez que me daba la vuelta, lo pillaba viendome la falda. Cuando ya terminé de enseñarle todo, tocó la campana y vi como todos los alumnos salían despavoridos de sus clases.

Por un momento perdí de vista al chico. Dejé de alarmarme cuando lo vi a escasos centímetros de mí. En ese momento vi a lo lejos a la directora que miraba a todos lados preocupada.

-Vamos, ahí está la directora -la señalé.

El chico nuevo dejó su sonrisa coqueta y aterrorizado, dio un paso atrás.

-No -susurró.

-¡Claro que sí! -con irritación le agarré de la mano. Vi como sacaba un walkie talkie de su pantalón.

-¡Plan B, Derek, repito, plan B! -le arrastré hasta la directora, ignorando las palabras sin sentido que pronunciaba.

Al llegar a la directora la saludé y ésta me miró furiosa. ¿Qué habia hecho?

-¡¿Chad, dónde diablos está Derek!? -no la había visto nunca así de alterada.

-Mmmm -supongo que se llama Chad. Así que Chad me miró con cara de "me voy a morir ahora mismo si no me ayudas".

-Perdone,!directora, Derek se ha quedado en el baño -los dos presentes me miraron sorprendidos.

-¿Es eso verdad, Chad? -miró a Chad analizando su rostro para ver si iba a decir una verdad o una mentira.

-Tía, creo que te fias más de ella que de mí, así que créala -esta vez fui yo la que abrió los ojos de par en par. ¿Dijo tía? ¡¿En serio?!

-Ya hemos hablado de eso, no me llames tía aquí -susurró bajo.

-Perdón -en el rostro de Chad no se notaba ni una pizca de arrepentimiento.

-De todos modos quiero que te vayas ya, Chad, éste no es tu sitio -la miró indignado. -Seguro has hecho pellas, lárgate antes de que llame a tu madre -éste abrió los ojos.

-Me voy, me voy -de nuevo sonó la campana para la segunda clase. Me quedé sola con la directora. Ésta resopló y miró a la entrada del insti por donde había huido Chad.

-Espero, por su propio bien, señorita Palm, que no me esté mintiendo porque se puede meter en un gran problema -su móvil empezó a sonar. -Vaya con Derek y entréguele su horario. -me dio una hoja plastificada con el horario que justo coincidía con el mío. -Espero ver a Derek a la hora del descanso -se fue hablando por teléfono. Tragué saliva.

Las manos me temblaban. ¿Ahora qué coño iba a hacer?, ¿quién cojones es Derek? y la pregunta más importante: ¡¿dónde coño está?!

//capítulo corregido por la genia de wattpad jxn_mirallegro//

Desterrada (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora