Cuando llegue a casa, hice lo de siempre: comer, hacer los deberes, preparar los libros, respirar... Lo de siempre vamos.
A la hora de cenar mis padres me preguntaron que como me había ido hoy, mi primer día, el instituto. Naturalmente, yo contesté, bien, como siempre.
Pero en cuanto me fui a la cama, no pude pegar ojo, no dejaba de pensar en ese chico... Cómo se llamará? Que habría pasado si le hubiera dicho algo? Por qué no dejo de pensar en él? La verdad es que no tenía ni la menor idea.
En cualquier caso, mañana lo veré así que si mañana se ofrece a acompañarme, otra vez, mientras andamos de camino le preguntaré sobre él... Lo primero, su nombre... Y después de eso, caí rendida en un profundo sueño, hasta que mañana mi alarma sonara, dando así paso a ese día que tanto anhelaba.
ESTÁS LEYENDO
Más allá de su sonrisa
RandomTora, una chica de 14 años, cambia de país por economía y trabajo de sus padres. Lo que ella no sabe es que el chico del que se enamora no es quien dice ser.