Luciernagas.

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La exterminadora y el "chico mitad bestia"  se sentaron bajo el cielo estrellado que invitaba a un sueño largo y profundo, el color verde oscuro parecia dar una bienvenida a la paz y las luciernagas parecian pequeñas motas provenientes de las estrellas, a su vez  dulcemente se arremolinaban alrededor de ellos.
Como si ellas supieran acerca de los terribles acontecimientos en el pasado que los atormentaron.
O como si ellas supieran de su difícil futuro
Sango miraba tranquilamente el espacio nocturno.
En ella despertaba un sentimiento algo nostalgico y melancolico
que vagamente le extrañaba la conciencia.

por un proximo instante no se preocupó por lo que sucedería despúes, ni por su tormentoso pasado simplemente vivió el momento

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por un proximo instante no se preocupó por lo que sucedería despúes, ni por su tormentoso pasado simplemente vivió el momento.
Pero lo que Sango no contemplaba e ignoraba completamente, es que en ese mismo momento ella estaba siendo observada...
Observada por unos ojos dorados que solamente contemplaban su hermosa y femenil silueta junto con  sus largos y marrones cabellos siendo iluminados por las luciernagas  que contrastaban con unos lindos  ojos grandes sumergidos profundamente en la oscuridad.
Pasaron cierto tiempo así... sin decir nada.

Hasta que  los ojos de Sango rodaron rapidamente y se clavaron en inuyasha, justamente cuando el la observaba. Este dio un bote gracioso y puso una cara sorprendida, ¡lo tomó de sorpresa! No pudo evitar ponerse nervioso y desviar la mirada.
Sango formo una pequeña, discreta y linda sonrisa burlona.
miró al arrollo que se encontraba a unos metros frente a su posición y centró su atención en este
Una vez serena, y todo alrededor en calma; decidió cruzar palabras:

...

-oye,Inuyasha
-¿Q_qué quieres?
-tus herídas, ¿ya no te duelen tanto?
-Err No.
(parecia que quería decir algo más)

...

Gracias.

-¿perdona?
-que gracias, me curaste y me trataste gentilmente, a pesar de...
-¿a pesar de que?
(Seguro que se refiere a su nuevo aspecto...)

-...
-Oye inuyasha , no puedo evitar notarte algo...ehh
¡Estás extraño! desde que me encontré contigo lo estás;  te..¿sucede algo?

...
-Sango, dime, ¿realmente recuerdas qué sucedió hace unos días?
(Sango, acaso recuerdas a ...)

-...  yo eh... en realidad no; no recuerdo.
Todo esta nublado y borroso
(¿¿A que viene esto??
Sé que es algo muy importante pero no puedo recordar qué...)

Perdona, no he sido capaz de acompañarte como es debido.
(Aome murió, no podría decirle tal cosa, sea conciente de ello o no, no se lo diré
hay una posibilidad de que no la recuerde)

-no Digas algo así, gracias a ti me he sentido mejor.

(Has sufrido igual e incluso más que yo)

-(esto se esta saliendo de control,debo hacer algo que gire la situacion, hablar sobre esto nos hará mas daño,)

♢♢♢♢♢♢♢♢♢♢♢♢


Sango pensó a sus adentros, se puso de pie tranquilamente y dio la vuelta a la pequeña colina  caminando detrás de inuyasha y rodeandolo este a su vez, veía el riachuelo en un  estado parecido al trance.

Sango llegó a sus espaldas para comprovar el estado de sus heridas, este reaccionó y  se hirgió rápidamente, cuando en el acto Sango se percató que inuyasha estaba más frio que el metal, Incluso si el es muy resistente, su estado físico y mental esta hecho un desastre, no sería descabellado pensar qué pasaría una noche terrible con hipotermia o algo así , tal era ese estado que podría incluso matarlo.
A sango no le cabía la idea, de que a el ser que procuró de sus heridas muriera por la falta de calor y sangre.
Sango retiró sus manos suavemente y nuevamente cubrió las heridas.

-ey, volvamos al refugio, aquí, a la interperie, la temperatura disminuirá muchísimo-.
La bestia asintió y la sigió en silencio
A causa del repentino frío, los labios de este se tornaban morados y enfermos, su piel se puso blanca en extremo; las sospechas de sango se cumplían

Inuyasha se desplomó
Otra vez...

Sango fué rápida y lo tomó de frente , sosteniendo sus débiles hombros
-¡Agh maldición!-
Lo cargó para llegar mas fácilmente al refugio, que estaba a una poca distancia
-¡Oye Resiste!
Inuyasha!!
Atravezaron algunos arbustos, mismos que razgaron la ropa (que de porsí estaba hecha girones) del chico mitad bestia, dejando al descubierto, una herída que se había abierto recientemente y Sango no tardó en percatarse.
-¡¿?!
-esta herída,no para de sangrar, y no me dijiste nada. ¿¡¡porqué!!?

Sango estaba evidentemente alterada. Pero ya había llegado a un lugar seguro, vendó rápidamente la herida abierta para detener la hemorragia y sentó a Inuyasha, seguido de esto, ella intentó prender una buena fogata para el helado cuerpo del chico.

Sin embargo, ocurrió lo peor que podria haber ocurrido en aquel momento:
Comenzó a llover.
-¡¡¡no puede ser!!! Y ahora ¡¿qué rayos hago?!

La mente de sango se atormentó, tenía que pensar en algo, el tiempo no perdonaría, y mientras más tiempo pasaba, más difícil sería recuperar a Inuyasha;  así que no lo pensó dos veces.

Una vez bajo el techo que había previsto, y en un sitio seco, se instaló para pasar una larga noche.

Ya que impedía el escape de su calor corporal, sango comenzó a quitarse la ropa
Para brindarle su calor, a aquel que estuvo peleando consigo mismo; a aquel que se estubo lastimando
por no haber podido salvar a quien amó.

Pero el no se había dado cuenta, de que sango lo estaba alejando de un  profundo dolor

Y sin quererlo, o siquiera saberlo, estaban construyendo un destino.
El destino que tanto anciaban.

Continuará.

Inuyasha Y Sango: Como Si Fuéramos dos ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora