CAPÍTULO SIETE

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El palpitar impaciente del corazón de Brooke iba aún más rápido que la manecilla más larga del reloj marcando los segundos. El ruido a su alrededor parecía haberse desvanecido desde el momento en que supo que Tony se encontraba ahí, y se encontraba en un gran peligro al intentar rescatarlos. De un momento a otro el rostro de su madre estaba en cada esquina de la habitación que miraba, en cada pared, e incluso los vengadores habían tomado la forma de su progenitora; tomó sus cabellos con fuerza y parpadeó varias veces para poder regresar a la realidad, tal como se lo había aconsejado Marie en su sueño. Sin embargo la situación no ayudaba en absolutamente nada, pero aún así la voluntad de Highman para ayudar a su Playboy logró sacarla del trance.
—¡Brooke! —gritó Natasha.

—Estoy aquí. —contestó la pelinegra volviendo en sí—. Estoy aquí. —repitió analizando la situación. La camisa de fuerza le impedía mover los brazos pero sus piernas estaban completamente libres por el contrario de los vengadores, lo cual le permitió acercarse al capitán—. Necesito que me ayudes a quitarme esta cosa. —le dice Brooke refiriéndose a la prenda que ataba sus brazos.

—Estoy más débil de lo que debería, Brooke. —le dice un Steve decepcionado. Brooke miró las alternativas y fue entonces cuando recordó la extraña conexión que se formó entre Wanda y ella antes de ser atrapados. Había adoptado los poderes de la sokoviana sin tener contacto físico.

—Necesito que te concentres, Steve. Tú estás débil pero si yo tengo tus habilidades será diferente. O eso espero. —dice no muy convencida pero eso le bastaba a Steve para confiar en ella en ese momento. El contacto visual fue suficiente para que de nuevo un destello saliera de los ojos de Brooke esta vez en un brillante color azul que solamente permaneció ahí por un par de segundos. Cuando Highman sintió la suficiente fuerza recorrer su cuerpo rompió la conexión apartándose; una gran descarga de electricidad se infiltró a su cuerpo por medio del collar que tenía adherido al cuello, el cual le impedía usar sus habilidades. Sin embargo no fue un impedimento a la hora de usar las fuerzas que había adquirido para romper la fuerte tela que amarraba sus brazos y sin importarle las consecuencias se arrancó el collar de una buena vez. Las agujas que mantenían al objeto penetrado en su piel habían provocado pequeñas marcas rojas por donde la sangre escurría con escasez pero las marcas azules y moradas abundaban. Los vengadores miraban a la pelinegra con atención y asombro a la vez, aún seguían preguntándose de dónde sacaba Brooke tanto coraje—. Tenemos que irnos. Tony y Peter están en peligro. —dice la agente con decisión al dar un último vistazo a la pantalla en donde el hombre araña protagonizaba una escena de pelea contra varios soldados. Al intentar buscar a Tony en el cambio de cámara, éste no aparecía por ningún lado, alarmandola más. Con desesperación se acercó a Wanda y después al collar que ella también tenía, la sokoviana suspiró con rendición y asintió para decir:

—Hazlo rápido, ¿quieres? —cerró sus ojos con fuerza, segundos después sintió un desgarrador dolor que le provocó el separar a las agujas de su cuello. Rápidamente la energía que se encontraba retenida comenzó a fluir por su cuerpo de nuevo, regenerandose—. Hay que salir de aquí. —dijo tomando la mano de Brooke para que tomara sus poderes. En cuanto ambas estaban con un poco más de energía comenzaron a desvanecer las cadenas que ataban a los vengadores con insistencia. Todos se dirigieron a la puerta, sin embargo está no abría ni con las enormes fuerzas del capitán, e incluso parecía ser inmune a la energía de Wanda y Brooke, lo cual no pudo enfurecer más a los héroes. Al ser toda la sede un completo catástrofe, liberar a los vengadores sería ligeramente más complejo de lo que Tony tenía planeado, su armadura peleaba por él mientras movía algunas claves y accesos de alta seguridad del lugar, cables y circuitos lo mantenían concentrado hasta que encontró la manera de hacer que la electricidad huyera allí. La oscuridad había hecho del desastre un completo caos, los gritos agonizantes, desesperados y de miedo se aumentaron considerablemente, los soldados no podía observar a sus enemigos, lo que los llevó a disparar en todas las direcciones posibles aunque les costara la vida de uno que otro compañero.

THE INFINITY EXPERIMENT | Vol. 2 | Tony Stark | Steve Rogers |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora