El chino se encontraba mirando su ermarfom cuando me siente enfrente suya, mirándolo de forma desafíante. No podía olvidar la discusión que tuvimos minutos atrás, no, no podía, soy cabezota a no poder más.
-Si sigues igual tu bonito rostro se va a arrugar.- me advirtió mirándome. Apreté el morro y cruze mis piernas en señal de protección.
-No es justo que tú hayas elegido la serie para esta noche, yo quería Juego de tronos, no La liga de la justicia.- ahora dije esto mientras me sentaba como un indio, incapaz de dejar mis piernas quitas por completo.
-Eres como una niña, ____.- réplica el volviendo a mirar su móvil.
-Eso es mentira.- golpeó el suelo con las pies y hago un puchero. Tras un minuto se me ocurre algo para convencerle.
Me pongo a cuatro patas y comienzo acercarme hacia el, como una gata en celo. Me mira de solsayo y una mueca aparece en su cara.
-Ni sueñes, no me vas a convencer.- dice guardado su móvil en uno de sus bolsillos.
Me siento a horcajadas encima de él, froto su nariz contra la mía y comienzo a besarlo, aprieta su agarre en mi cadera.
-Tal vez si sigues así lo consigas.- dice el sin dejar mi boca.
Me carga hasta nuestra habitación y allí comienza a besar mi cuello. Lo alejo para poder agarrar las esposas, el intenta quitármelas, pero se lo niego. Se las pongo y lo hato a la cabezera. Me quito la camiseta y dejo que mire mis pechos.
Aprovecho cuando esta entremedio y me hacerco lo suficiente para agarrar el mando a distancia. Me tumbo a su lado.
-Eso que hoy vemos Juego de tronos.- dijo a su lado, él me mira con los ojos abiertos como platos, luego miro su entre pierna, ¿Pobre? Que calor debe debe de tener.
-¿Estas de coña?- pregunta, yo niego con la cabeza.- De-sa-ta-me, ya.- exclama. Pongo mi mano encima de su boca y le silencio.
-Calla, que está a punto de iniciar el capítulo.- índico señalando la pantalla del televisor.
Kris con rabia gira los ojos y se calla mientras yo observo feliz la pantalla.
