Xiumin y tú

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Calor, mucho calor eso es lo que siento. Lo miro mientras se encuentra sentado un par de sillas por delante de la mía. Sus mejillas suben y bajan junto a su respiración y su pecho, Solo una palabra puede escribirlo, hermoso.
No puedo evitar pensar en lo que me dijo,"Cuando crezcas me llamas".
Ahh, joder porque tiene que ser todo tan complicado.

Hace cinco años yo tenía quince y el veinte, y me dijo esa maldita frase que durante años me atormento en mis pesadillas e sueños, como si fuera una espina clavada en mi orgullo. Tanto le importa unos putos cinco años, ni que fuera pedofilia. Crecí y volví, lo jure ante dios que lo haría y yo soy una mujer de palabra.

La obra de teatro empieza e intento prestarle toda la atención posible, pero el mero hecho de saber que está me vuelve loca.
La función termina y veo como sale de la sala, por Dios tengo que quitarle esa ropa para dejarle la pajarita y poder así cumplir mis fantasías.
Tantos años, tantas hormonas, soy como una perra en celo, o mejor una gata con el rabo ya levantado.

Lo interceptó en una esquina y los freno, el me mira hasta que da con mis recuerdos. Ya sabe quién soy.

- ____ cuanto tiempo.¿Cómo estás?- pregunta zafándome de mi agarre.

-Bien, lista y ya cumplo tu condición.- respondo, el me mira y sin entender frunce el ceño. Sin darle tiempo a hablar explicó.- Me dijiste hace cinco años que cuando fuera mayor te “llamará” y aquí estoy, ya soy mayor.

Él me mira, me mira y me mira, su ceño se alivia pero su rostro no cambia.

-¿Qué?- ríe y se sujeta el estómago, no me lo puedo creer se lo está tomando a gracia.

-Lo digo enserio. Me lo prometiste, ya tengo veinte años, por Dios Xiumin que soy virgen, me he reservado. No quiero morir virgen.- ruego, el deja de reírse para poder mirarme fijamente.

-Venga que ya somos mayores para tonterías, por un momento he creído que de verdad eras virgen, madre mía qué manera de actuar, ¿averiguo a que eres actriz? Y además de las guapas.- dice mirándome me agarra del brazo y tira de mi para poder caminar por la calle.

-Que no, que lo digo enserio, y no soy actriz si no pediatra. Te lo digo de corazón me he reservado para ti.- ilusionada de la vida lo para y me pongo enfrente suya.

-Esto es serio ____, no puedes plantarte así sin más y decirme eso, esto es de locos,¿lo entiendes?- me agarra de los hombros, asiento con la cabeza. Pero no pienso rendirme vine a por él y pienso llevármelo a Mes York.

-Ven conmigo, a mi hotel, hablemos allí tranquilamente, sin que nadie nos moleste.- insisto mirándolo directamente a los ojos, menudos orbes más cautivadores.
Accede. Llegando al hotel y cuando entramos todos nos miran, la chica de recepción me da la llave de la suite y Xiumin me mira sin comprender nada.

-Creía que no venias mucho por Corea, parece que te conocen de toda la vida.- lo miro pero no digo nada hasta que el ascensor se abre en la última planta.

-Te lo he dicho, vamos a mi hotel. Esto es en lo que estado trabajando los últimos tres años desde New York, en una cadena hotelera que ahora mismo me sustenta millones de dólares al año.- su mandíbula parece rozar el suelo. Me mira, me mira y me mira.

-Wuauu, esto es increíble.- dice al final tras encontrar las palabras.

-Esto no es lo único en lo que estado trabajando.- dijo mientras me bajo el vestido, ¡bendito gimnasio! Él me mira, me mira y me mira, si su mandíbula antes estaba rozando el suelo ahora lo toca e incluso lo rebasa.- ¿Que acaso no sabes jugar?- pregunto risueña mientras me quito los tacones y me pongo delante suya.

Le paso los brazos por la nuca y comienzo a bailar delante suya, la música de la suite ameniza mi baile, el me mira. Quiere agarrarme pero no sabe a ciencia cierta si hacerlo.
Yo pongo sus manos en mi cadera y me giro para frotar mi culo contra si entre pierna.

Me lleva hasta la cama, sus ojos recorren mi cuerpo mientras siento mi piel arder, me quema su mirada.
Le desabrochó el chaleco y poco a poco le quito la camisa, entre risas nos desnudamos mutuamente.

Lo miro, lo miro y lo miro, por primera vez siento un intenso dolor cuando entra en mi, pero lo ignoro, lo obligo a moverse en mi interior aunque el se resista. No quiere hacerme daño.

Cuando culmina en mi interior, sonrió, estoy agotada y extasiada.

-Nunca pensé que volverías.- dice el quitandose de encima mía.

-Ya lo mismo dijo mi madre. Pensó que estaba loca por venir aquí desde New York.- finalizó levantandome y poniéndome mi ropa interior.

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Diganme en los comentarios con qué miembro de EXO quieren que haga el próximo fic.

Lemon ExoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora