WHEN WE MET [En corrección]

Capítulo 17: Dos palabras, familia y re-descubrir(se).

DANIELLE

No bromeaba, tuve que llamar a mis padres para decirles que iba por unos días a la casa de un amigo a Florida. Al principio se molestaron por no avisar, pero luego lo aceptaron... ya estaba en Nashville después de todo.

Tyler es mi ángel, en serio, me dio el dinero para venir tras Marcus. Yo había prometido devolver hasta el último centavo, por supuesto.

—¿En serio nunca has ido a Florida, ni siquiera a Disney World? —me pregunta Jeremiah, sentado a mi lado. Es extraño, pero estos chicos no tienen un avión privado ni nada, viajan en vuelos comerciales... en primera clase, claro.

—Nunca fui una chica muy Disney, la verdad —confieso, regalándole una sonrisa—. Aunque sí he ido a Chile, un año... mis primos viven allá.

—Wow, momento. ¿Has ido a Sudamerica pero no a Disney World? —El rostro del moreno está perplejo, como si hubiera dicho una locura.

Me río. —Insisto, no soy una chica muy divertida, además, tengo familia en Chile.

Jere asiente y me enojo de hombros, no estoy segura de qué más decir.

—Mi novia vive en Chile —dice, instantáneamente sonríe y una margarita sale a mi vista—. Es muy loco cómo nos conocimos, pero bueno, ahora salgo con una extranjera y estaremos a distancia por unos meses.

—¿Cuánto llevan juntos? ¿Es la chica que conocí en Chicago?

Asiente, sonriendo. —Sí, esa es Jazmín. —Acomoda su cabello hacia arriba y suspira—. Llevamos menos de un mes, es algo nuevo para todos... hasta para Marcus.

Lo entiendo, completamente. No lo digo por ser condescendiente, sino porque en serio he estado allí, en esos zapatos y no es nada fácil.

—Me habría gustado presentársela a mis padres en este viaje, la habrían amado en seguida —dice Jeremiah, mira hacia adelante, donde Marcus está sentado solo—. Es algo muy loco todo esto, y no quiero que te sientas incómoda, pero él no hace esto de llevar chicas a casa... no es su cosa.

Suspiro. —Sí, bueno... tampoco es lo mío.

Jeremiah me sonríe, quiero sentir que es real, porque me hace sentir tranquila. Últimamente, quiero ver el lado bueno de las personas.

—Estarán bien —agrega, dándome una palmada en el antebrazo a su lado—. Es algo nuevo, pero las experiencias nuevas son enriquecedoras. Siempre.

—Gracias, Jeremiah —digo, sonriéndole. Miro hacia el frente, Marcus me está observando y no puedo evitar sonreír al verle.

Saludo con mi mano derecha, haciendo que sonría.

—Es evidente que le gustas... por eso quiero decirte algo. —Jere no me mira, mantiene la mirada en su teléfono—. Mi hermano es capaz de sacrificarse por la banda, así si no lo quieres de esa forma... estás a tiempo de alejarte, tienes dos opciones: juegas con todo ahora o te vas.

—Jere, yo...

—En serio, es todo o nada —dice mirándome atentamente. Niega con la cabeza y se pone de pie—. Permiso, voy al baño.

Lo dejo pasar sin decirle algo y es que las palabras del pequeño de los Stone aún las tengo en mi mente, se repiten una y otra vez, porque sé que debo hacer algo. Marcus aparece y toma asiento junto a mí.

—¿Estás nerviosa?

—Sí y no —respondo mirándole. Sus ojos cafés me sonríen, como siempre, y tomo su mano—. No estoy segura de porqué me llevas a casa si ni quiera somos amigos.