다섯

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título: mine.
extensión: 800 palabras
tipo: lemon

Estaba sofocado. Tanto el aire que irrumpía por la ventana, como el de la habitación eran densos, siendo dificultoso el respirar sin tener la necesidad de jadear por el calor.
Aún si el sol iba hundiéndose en el horizonte, ocultándose lentamente, el poder de sus rayos se sentía aún potente, por lo que las cortinas grises repartidas por toda la extensión de las ventanas, eran un gran alivio.

Su cuerpo, húmedo por el agua que había arrastrado consigo por la reciente ducha y ahora por su lento transpirar, se contraía entre las sábanas mojadas y arrugadas. Sentía como cada caricia, beso y lamida de Jimin le llevaba hasta los cielos por el placer, pero el fuego que crecía en su interior sin poder liberarse, le recordaba que también había un infierno donde el mayor le podía arrastrar.

Su cabello rubio estaba completamente alboratado sobre el colchón, por lo que creía debía verse un desastre ante los ojos del mayor. Pero este le afirmaba a cada segundo, a través de susurros roncos, que no podía lucir más perfecto que ahora.
No era justo, según Taehyung, que de los dos, con sus cabellos rubios y largos, solo Jimin haya podido amarrarselo en una coleta antes de atacar su cuerpo y hacerlo perderse en las llamas prohibidas del placer.
Aunque el mayor tampoco la pasaba del todo bien, siendo pocas las veces que intimaban de esa forma, con "torturas" previas y juegos; no estaba del todo acostumbrado a tratarle así. Sin susurrarle un "te amo" a cada beso o sin entrelazar sus manos hasta que culminaran su encuentro.

Ellos, desde que son pareja hace mas de dos años, siempre hicieron el amor; a veces de forma mas apasionada y otras sólo para expresarse mutuamente sus sentimientos. Pero el día de hoy Park Jimin pensó seriamente en tener sexo con Taehyung. No pensó en cuanto lo amaba sino cuánto quería marcar su cuerpo y fundirse en él hasta que la pasión los consumiera.
¿Por qué? Jimin da la respuesta como un nombre y apellido: Jeon JungKook. Aquél mocoso que despertó en él algo que siempre deseó no apareciera en su relación, y era lo posesivo que podría llegar a ser con Taehyung. Aquellos celos que emergían desde el fondo de su ser cuando otras manos que no eran suyas trazaban la piel morena de su amante con confianza, como si pudieran hacerlo.

Jimin se contuvo toda esa tarde en la playa, ahogando entre las olas las inmensas ganas de amarrar a Taehyung a su cuerpo y así dejar en claro que nada ni nadie podría atreverse a alejarlos. Pero no pudo hacerlo una vez descubrió, mientras su pareja se bañaba, que aquél chiquillo le había entregado -más bien metido en el bolsillo de su short de playa sin que él se diese cuenta- en un arrugado papel, su número de teléfono. Y una vez Taehyung salió del baño, lo acorraló contra la cama sin siquiera dejarlo secarse correctamente.

Cada gemido le devolvía la confianza que con sonrisas robadas, JungKook le había quitado esa tarde.
Jimin adoraba a Seokjin de todas las formas, tanto por su constante necesidad de protegerlos a ellos por ser menores que él, como por su don divino de poder cocinar platillos exquisitos; pero aquella tarde, donde de sorpresa incluyó a su primo menor a su grupo de amigos, lo detestó.

ㅡ Jiminnie... ㅡ gimió el menor, ronco, extasiado y frustrado por cada nueva sensación placentera que los labios de Jimin creaban en su cuerpo pero no terminaban de culminar con su martirio. El aludido sonrió con burla, mostrando aquella faceta arrogante que contrastaba por completo con su normalmente enternecedora actitud. Y a Taehyung le encantaba, porque sabía que Jimin era así, alguien sumamente tierno y adorable pero serio y decisivo cuando se lo proponía.

El mayor decidió dejar de lado aquellas torturas por un momento y subió hasta la altura del rostro ajeno, lamiendo el sudor que escurría lentamente por su cuello; y finalmente arribando en su boca entreabierta, succionandola y mordiendola sensualmente.
Taehyung le correspondió débilmente, bastante agitado por las caricias previas y lamidas suaves sobre su miembro, como para devolver de inmediato, con la misma pasión, aquellos besos. Aunque terminó haciéndolo, rodeando la cintura de Jimin con sus delgadas piernas para así rozar sus entrepiernas a propósito. Y este no pudo contenerse, no pudo evitar quitarse la única prenda que cubria su cuerpo y apegarlo al ajeno, sintiendo así su calor.

Se dejó llevar, olvidando la furia y la necesidad posesiva de querer marcar todo el cuerpo ajeno.
Porque Jimin sabe que aunque otros lo quisieran, nadie podría lograr que Kim Taehyung dejara de ser suyo; siendo que este mismo ahora lo gemía en voz alta mientras recibía gustosamente cada una de sus veloces embestidas contra su entrada.

민뷔 [DRABBLES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora