Mis dedos tamborileaban con nerviosismo sobre la mesa de madera; no podía evitarlo, era inquieta por naturaleza. Aunque habían usado muchos adjetivos para calificarme en mis 16 cortos años de vida, aquel era el que más oía.
—¿Puedes dejar de hacer ruido? —me preguntó Catherine por tercera vez en lo que llevábamos de clase—. Eres demasiado inquieta, ¿sabías?
Ahí estaba, otra vez ese adjetivo. Solté un ligero bufido, me recosté en mi asiento y me crucé de brazos en un intento de contenerme. Nos encontrábamos en clase de Historia de la Magia, mi estómago rugía de hambre y la somnolienta voz de Binns solo aumentaba mi desesperación.
Miré de reojo a mi mejor amiga, todos decían que nos parecíamos mucho, pero yo no lo creía. Simplemente nos gustaba el quidditch a ambas, por lo demás éramos como el agua y el aceite.
Su pelo era liso y no demasiado largo. El mío sin embargo era rizado, rebelde y castaño, igualito que el de mi madre. Sus ojos marrones viajaban con rapidez del profesor a la pizarra, y de ésta a sus apuntes, mientras que mis ojos verdes permanecían fijos en el reloj del aula.
—Señorita Longbottom —masculló Binns con cierto desdén—, le agradecería que no se pasara todas mis clases resoplando, bostezando y mirando el reloj.
Fruncí el ceño y me mordí el labio inferior para no contestarle, ya había aprendido a base de castigos que eso no solucionaba nada.
—Como iba diciendo... —prosiguió el profesor, pero el timbre sonó anunciando el final de la hora.
Guardé mi libro en la mochila, me aflojé el nudo de mi corbata roja y me dirigí hacia la puerta con Catherine pisándome los talones.
—Algún día perderás tu varita si la sigues llevando así —dijo la joven dándole un toquecito a la madera que sostenía mi pelo en un moño.
—Eso llevas diciéndome seis años, y aún no la he perdido.
Catherine iba a añadir algo más, pero yo vi a mi hermano pasar y corrí a saludarle.
—¡Jude! Mi hermanito favorito, ¿cómo te ha ido hoy? —dije revolviendo su cabello.
—Soy tu único hermano —repuso con ceño fruncido—, y no me toques el pelo.
—Perdóname pequeñajo, sabes que no puedo contenerme —En realidad solo pretendía fastidiarle un poco.
Jude enarcó una ceja y me miró con escepticismo.
—¿Quieres algo?
—No, por supuesto que no. ¿Acaso no puedo saludar a mi hermano? —dije estrujando sus mejillas.
—May, me estás avergonzando —me espetó sonrojado.
Yo solté una carcajada y decidí dejarle en paz ya, no sin antes besar su mejilla.
—¿Es necesario que montes un numerito cada vez que te lo encuentras por los pasillos? —me preguntó Cat cuando regresé a su lado.
—Por supuesto, ¿qué clase de hermana sería si no lo hiciera?
Ella puso los ojos en blanco y retomamos nuestro camino hacia el Gran Comedor.
—¿Lista para perder este sábado, Longbottom? —dijo una voz masculina a mis espaldas cuando entré en el comedor.
Me giré con ceño fruncido para encarar al capitán del equipo de Slytherin.
—Esa pregunta debería hacértela yo a ti, Jensen.
El joven avanzó unos pasos para quedar más cerca de mí.
—¿Y eso? Hace años que Gryffindor no gana a Slytherin —se jactó.
—Este año soy yo la capitana y conseguiré la victoria para mi equipo, no lo dudes —le aseguré acercándome yo también. Charles Jensen abrió la boca para protestar, pero no logró decir nada, a lo que yo enarqué una ceja—. ¿Qué te pasa, Charlie? ¿No irás a decirme que te pongo nervioso? —me burlé.
—¿Tú? Ya te gustaría que alguien como yo se fijara en ti —respondió prácticamente escupiendo cada palabra.
—¿Alguien como tú? —repetí con sorna—. ¿Te refieres a un hijo de mortífagos? ¿A un tramposo que no sabe admitir la derrota?
—Cállate, tu madre no es más que una traidora.
—Una palabra más sobre mi madre y puedes ir despidiéndote de tu descendencia, Jensen —le advertí.
Charles iba a responder, pero Catherine me agarró por el brazo y me alejó de allí. Ni me molesté en decirle que me dejara, ella era así, no le gustaba que me metiera en problemas.
—A veces desearía que fueras un poco más discreta —masculló tomando asiento en nuestra mesa.
—Lo siento, lo llevo en los genes —contesté encogiéndome de hombros.
Cat comenzó a servirse algo de sopa en su plato, cuando un muchacho de pelo oscuro se acercó.
—Señoritas —dijo sentándose frente a nosotras.
—Gabriel —le saludé con un leve asentimiento.
—¿Listas para el partido de mañana? —preguntó con una sonrisa.
—Yo desde luego lo estoy, los de Slytherin no tanto —contesté con ceño fruncido.
Gabe echó un rápido vistazo al equipo de quidditch adversario, que armaba jaleo en el otro extremo del comedor.
—Ha vuelto a discutir con Jensen —le aclaró Catherine, a lo que él soltó un bufido.
—May, querida, sé que te llena de satisfacción machacar a ese imbécil con tus palabras, pero deberías considerar buscarte otra afición. Hay vida más allá de las rivalidades, aunque el odio en estos momentos no te permita verlo.
Levanté la vista de mi plato y enarqué una ceja.
—¿Quién eres y qué has hecho con Gabey? —pregunté apuntándole con el tenedor.
—Para empezar, baja el arma, preciosa. ¿Hace falta que te recuerde lo que me costó esta estúpida rivalidad entre las dos casas?
Desvié la mirada, incómoda por el rumbo que había tomado la conversación. El año anterior, durante el último partido de la temporada, Gabe había tratado de lanzar un hechizo que nos otorgara cierta ventaja. Los de Slytherin llevaban medio partido haciendo trampas y cometiendo faltas y comenzaban a superarnos en el marcador. Sin embargo, el conjuro salió mal y le hizo caer de la escoba desde una gran altura. El joven permaneció tres semanas en la enfermería hasta que logró sanar del todo. Aquello casi le costó su puesto en el equipo.
Bufé y bajé la mirada al plato, dándole la razón a Gabe.
—De todos modos —dije pasados unos instantes de silencio—, no vamos a dejar que nos ganen ni un solo partido esta temporada, y menos con todo lo que hay en juego. —Cogí un trozo de pizza y me levanté de la mesa—. Recordad que tenemos entrenamiento esta tarde —añadí a modo de despedida—. Nada de llegar tarde, Gabriel.
—Por supuesto, capitana.
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Under your skin➳ May Longbottom
Fiksi PenggemarPrimera novela de la Saga Amortentia. May Longbottom, una chica cuya vida gira en torno al quidditch, acaba de ser nombrada capitana del equipo de Gryffindor. Está convencida de que su sexto año en Hogwarts será el mejor de su vida, pero no sabe las...