Capítulo 5.

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Narra Aki:

Siguió parada delante de mi, mirando hacia el suelo. La observé con deseo, como cada día y, en un intervalo de 3 segundos, la vi morderse, levemente, el labio inferior y, eso... Eso me mató.

La agarré del brazo y caminé a paso rápido mientras esquivaba a la gente. Noté que ella jadeaba, no era un jadeo de cansancio, era un jadeo de morbo y placer, y eso me puso más.
Corrimos y corrimos hasta la casa de Ken. En todo el camino, se mostró callada y sumisa, lo cual me volvía loco.

Entramos en la casa y la llevé directa a mi habitación y, al entrar, la miré. Su cara estaba sonrojada, mostraba miedo y curiosidad a la vez... Me ponía.

-Sabes lo que quiero hacerte... ¿verdad? - Le dije intentando romper el hielo.
- No, Aki-Chan... - Respondió en una dulce voz baja y apagada, mientras bajaba su mirada de mi boca hasta el suelo.
-Dejate llevar... Por favor. Prometo parar si es lo que deseas. - Dije, procurando calmarla un poco. Ella asintió, aún sin mirarme.

La acosté en la cama, despacio. La miré a los ojos, recorrí su hermoso cuerpo de piel pálida, con mi mirada. La acaricié con la llema de mis dedos mientras la miraba deseoso de tenerla, pero... Por primera vez, quiero ser paciente.
La siento delante de mi, su mirada, aún, esquiva la mía. Le quito la blusa, estiro sus hermosas piernas y bajo sus calcetines negros.
Noto sus jadeos.
La pongo de rodillas, su cuerpo me tienta. La miro unos instantes, ordenando a mis demonio que no hagan lo que quieren, podría espantarla. Me pongo a su altura.
Beso su pecho hasta su cintura, lentamente, mientras bajo su diminuta falda, dejando libre la vista a sus, demasiado adorables bragas de osito.
Se da cuenta de que las miro y se sonroja.

Deseos de un psicópata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora