Deseos de un psicópata.

Capítulo 4.

Narra Koemi:

Aún sigo pensando en aquél chico misterioso de ayer... Osea, ya lo he visto mirándome, desde la salida de la uni, varias veces, pero me sorprendió que se sentase en el banco conmigo.

Su entrepierna estaba grande... ¿Eso significa que le gusto? Creo que es muy grande, más que yo... Yo aún sigo en el instituto.

-Koemi, ¿conoces a Akiyama Watori? - Me preguntó Yumiko, haciendo que mis pensamientos volasen.
-¿Qué...? No, no sé quién es, ¿por qué?
-¡¿Cómo que no?! Si ayer os vi sentados juntos después de clase. - Gritó.
"Aki-Chan..." -pensé en voz alta. Yumiko me miró y, sólo con ello, supo que algo de
Aki-Chan me llamaba la atención, pero no dijo nada.

"Aki-Chan... Es un bonito nombre y, él... Él tiene algo extraño, su mirada penetrante será... Ojala venga hoy a verme también..." - pensé mientras miraba por la ventana del aula.

Sonó el timbre, indicando que era la hora de irse a casa:

Narra Aki:

Sonó la alarma del movil:

Me desperté con el sonido de la alarma, que retumbaba en toda la habitación. Me levanté, me duché rápido, me vestí y salí, prácticamente, corriendo.

Al llegar al instituto, me volví a encontrar con la muchedumbre de gente pesada, esquivé uno, otro, otro... Hasta llegar a la puerta del instituto, de espaldas. Me choqué con alguien y me cabreé:
-¡Mira por donde vas! - Dije dándome la vuelta, hasta que vi que, con quién me había chocado... Era ella, Koemi. -Esto... Yo... Perdona, no vi por donde iba...
- No pasa nada, Aki-Chan... - Susurró mi nombre bajando la cabeza, sonrojada y con una leve sonrisa. Sus brazos permanecían entrelazando sus dedos, delante de su cintura. Su pose inocente e infantil, me mata.

No estaba seguro de qué hacer o decir. La miré, aterrado, a los ojos, como si sintiese que necesitaba su presencia para ser feliz.