MORTALS MEET PERCABETH [ESPAÑOL]

Explosiones y rubias "desprotegidas"

Kevin McGregor

Caminaba por el parque para recoger a mi hermanita cuando empezó el infierno.

Una hilera de coches explotó uno tras otro y derribaron un par de árboles cercanos, todo era un desastre, la gente corría de un lado a otro y seguían escuchándose explosiones y nuevas cosas comenzaban a arder.

Corrí en dirección al parque en busca de mi hermana mientras me abria paso entre la multitud enloquecida

-¡LUCY!

Grité su nombre lo más alto que pude para hacerme oir entre el tumulto cuando escuche su voz chillona

-¡KEVIN! ¡KEVIN ESTOY AQUI!

Corrí en su dirección y la encontré detrás de un árbol lo suficiente grande como para cubrirnos a ambos, la agarré en mis brazos y la abrace muy fuerte, cuandovolví a dejarla en el suelo vi algo que no me esperaba.

Una chica rubia, que rondaría mi edad, tal vez algo mas joven se encontraba en el cuelo con un corte enorme recorriendo su pantorrilla

-Kev, ella me salvó de la cosa, ¡Tenemos que ayudarla!

Miré más de cerca el corte, parecía profundo

-Dios mío, tenemos que llamar a una ambulancia

-Eso no es necesario

La chica habló por primera vez con un tono gélido

-No se si te diste cuenta, ¡Pero te estas desangrando! 

La chica me miro directamente a los ojos  un escalofrio recorrió mi espalda

-He dicho que no será necesario.

-¿Que pretendes que hagamos entonces?

-No pretendo que hagáis nada, poneros a salvo, yo me ocupare de esto.

la mire como si estuviera loca, obviamente lo estaba.

-¡No puedo dejarte aquí indefensa!

Ella soltó una carcajada seca pero la cortó de golpe cuando vio llegar a un chico moreno.

-Ya era hora Sesos de alga

El chico le sonrió y envolvió su herida con una venda que sacó de su bolsillo  le dio una especie de galleta a la chica.

-¿Estas lista Annie?

¨Annie¨ asintió y se puso de pie como si nada, a nuestra derecha volvió a explotar un coche, un Toyota Prius.

-¡Oh genial! Paul va a matarme.

El coche era del tal Sesos de alga, pero a mi parecer tenía problemas mayores en ese instante.

Un caimán enorme apareció de la nada y cuando abrió sus fauces el árbol bajo el que estábamos ardió en llamas, los chicos nos empujaron tras un contenedor y corrieron hacia el animal.

Mi hermana se escondió detrás de mi y agarró la pernera de mi pantalón con una fuerza extraordinaria para una niña tan pequeña como ella.

Los dos chicos se acercaron al caimán con lo que parecían ser tuberías de metal y comenzaron a golpearlo, más cosas volaron por los aires y el chico cayó bajo el enorme reptil, cuando su cabeza estaba prácticamente dentro de sus fauces la rubia le clavó la vara de metal en la nuca y el animal cayó inerte, ella lo movió hacia un lada y liberó al que supongo es su novio para besarlo apasionadamente.

Cuando vi que ya no había peligro agarré a mi hermana y salimos corriendo de vuelta a casa.

Esa chica definitivamente no estaba indefensa.