Cuarta decisión hacia el amor

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Takuma se rascó la cabeza mientras caminaba hacia la enfermería, Yuuki le había contado algo que lo intrigaba como nunca antes. Y es que se trataba de Kaname, su amigo. Dobló la esquina y divisó la puerta de la habitación.

—¡Hey, Kaname! ¿Sigues a...?— Se quedó con las palabras en la boca y sus ojos se abrieron como platos.

Kaname dormido, desnudo y, lo más sorprendente, abrazando a Zero Kiryuu, que dormía en igualdad de condiciones.

—Ka...Ka...¡Kaname!!

El castaño abrió los ojos y el peliplateado hizo un mohín, pero no despertó.

—¿Takuma?

—¡¿Qué estás...?!

—¡Shhhh! Cállate—murmuró— Vas a despertar Kiryuu.

Takuma se tapó la boca y habló a través de sus dedos— ¿Qué haces?

Kaname se revolvió el cabello y se incorporó.

—¿No es obvio? Mira, ahorita no me preguntes.

—Pero, ¿y si los descubren?

—Por eso, ayúdame a llevar a Zero a la habitación.

—¿Qué habitación?

—La mía.

Takuma frunció el ceño, y observó como su amigo, con suma paciencia y tranquilidad, se vestía y tomaba en sus brazos al durmiente.

—Llévate su ropa, ¿quieres?— el rubio asintió.

Y mientras seguía a su amigo por los pasillos de la academia, la interrogante en su cerebro se hacía más y más grande.

***

Una vez que Zero estuvo en la cama de Kaname, cómodo y arropado, los dos amigos salieron y entonces sí, Takuma quiso satisfacer su curiosidad.

—¿Te acostaste con él?

—Ichijou, sabes que sí, ¿para qué preguntas?

—¿Pe...pero por qué?

—Es un trato— dijo Kaname apoyando su codo en la puerta—. En lo que Yuuki decide con cuál de los dos quiere estar.

—¿Ah? No, no entiendo— dijo Takuma rascándose de nuevo la cabeza— Es tu enemigo...es, es, es... no entiendo.

—Tranquilo—dijo el castaño—. Ni yo lo entiendo. Todo fue muy extraño, nos pasamos de copas y terminamos teniendo sexo. El caso es que somos terriblemente compatibles, así que solo acordamos esto. Ya que, Yuuki, en teoría, no va estar con ninguno hasta que...

—¿Pero qué dices? Kaname, ella me acaba de decir que te propuso pasar la noche con ella, y la rechazaste.

—Pues...

—¿Y preferiste acostarte con Kiryuu? Tu enemigo ¿No es eso absurdo?

—No sé...

—Y me callaste porque podía despertarlo... ¿Cuándo te ha preocupado tanto? ¿Y por una pequeñez así?

—Bueno, es que...

—Y lo llamaste Zero, ¿cuándo le habías dicho por nombre? – dijo Takuma enumerando con sus dedos—. Lo traes a tu habitación, ni siquiera has traído a Yuuki aquí. Kaname, ¿eres idiota o qué?

—¿Qué me quieres decir?

—Nada, solo, ¿estás seguro que solo es sexo?

—Lo juro.

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