Regrese a la habitación y cerré la puerta . Ya no quería mas apariciones de jardineros nocturnos y adolescentes raros. Me tire a la cama viendo al techo tratando de conciliar el sueño.
Empecé a recordar uno de mis mejores días con los chicos.
El día comenzó con un pequeño Alex de 11 años entrando a mi habitación.
-¡Hoy es el gran día!- dijo Alex brincando a mi cama.
Recuerdo que el uniforme de la escuela le quedaba grande. Salte de la cama para arreglarme, siempre tenia dos trenzas que caían por mi espalda y terminaban con moños de colores.
-Hoy es el día- dije al espejo.
Los dos corrimos al camión con nuestras mochilas en la espalda, la suya de Ferrari y la mía de puntos de colores. Al llegar a la escuela nos esperaban los demás. Brent, Marcus, Rich, James y Zac.
-Vamos a hacer historia- dijo Brent.
-¡Si!- dijimos todos a coro.
La campana sonó y nos fuimos a los salones; los chicos compartían el mismo salón en el cuarto piso, mientras que yo tomaba clase con el profesor Woodhouse. Un gordo y amargado que me odiaba por ser hermana de Alex.
-Señorita Bennet preste atención a la lectura-.
Solo tenia que esperar hasta el recreo para ver a los chicos, pero no podía esperar. Quería ver que todo el plan estuviera en orden.
-Profesor Woodhouse necesito ir al baño- dije haciendo un pequeño baile.
Después de una mirada de desaprobación me dejo salir.
-No quiero saber que estaba merodeando los pasillos señorita Bennet-.
Salí rumbo al pasillo principal hasta llegar al cuarto de limpieza, (un pequeño closet lleno de escobas y trapeadores). Subí por las repisas hasta llegar al ducto de ventilación. Me arrastre por el ducto con ayuda de los codos hacia el salón de los chicos. Pase por la cafetería para acortar camino. Ese día estaban cocinando hamburguesas, las favoritas de Zac. Llegue al salón de los chicos, al parecer tenían una aburrida lección de matemáticas con el profesor Hubert, ¡Dios como odio al profesor Hubert!
-Bennet y compañía guarden silencio- dijo el profesor.
Marcus arrugó una hoja de su cuaderno y se la lanzó al profesor.
-¡Si!- grite de alegría.
Pero lleve mis manos a la boca al ver que se había escuchado. Todos se voltearon a ver tratando de descubrir la voz. Di media vuelta y regrese al cuarto de limpieza. Pero para mi mala suerte estaba el verrugoso Earl. El conserje de la escuela cuyo apodo se ganó al tener una verruga del tamaño de una canica a lado de la oreja. No podía salir si el estaba abajo, me reportaría y me castigarán, pero si no llegaba pronto a clase el profesor Woodhouse me regañaría.
El verrugoso Earl no se movía por ningún motivo, estaba sentado en una silla de plástico con los brazos sobre la panza. ¿Acaso estaba dormido? No podía arriesgarme así que me quede un rato viéndolo. Quite uno de los tenis y le toque el hombro con ayuda de las agujetas. Parecía estar dormido y yo no podía estar más tiempo ahí. Baje con mucho cuidado para no despertar al conserje, su gordo trasero ocupaba todo el espacio del cuarto de limpieza. Por un momento casi toco la asquerosa verruga de Earl. Salí corriendo hacia el salón donde me esperaba un muy grande regaño.
-¿Dónde estaba señorita Bennet?-
Yo no podía mentir, había tardado veinte minutos gracias al verrugoso Earl, pero tampoco podía delatar mi pasadizo secreto por toda la escuela.
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My brother's best Friend (español)
Teen FictionAmor, secretos, familia, y amistad. ¿Qué puede ser peor que enamorarte de un amigo? Que el mejor amigo de tu hermano se enamore de t...