Capítulo 1
Me desperté sin ninguna razón, sin ningún motivo, tan solo abrí los ojos. No habían rayos del sol por la ventana que había en el cuarto solo una obscura habitación, supuse que era de madrugada todavía. Hice a un lado la frazada me intenté poner de pie, apenas me puse de pie sentí mis rodillas temblar, me dispuse a bajar las escaleras con todo y temblor, llegué a la cocina quería ver el reloj ya que no deseaba seguir durmiendo. Como lo suponía era de madrugada, 4:20 a.m. Había una nota pegada con un imán al refrigerador la cual permitía la comunicación entre mi tía y yo ya sé es un poco anticuado.
“Recuerda que hoy es tu primer día de clases, el uniforme está en el armario. Que tengas un lindo día”
¿Qué?... ¡Rayos! ¿Cómo pude olvidar que hoy era el primer día de clases?, había evitado el pensar en ello tanto que lo olvidé enserio. Ya estaba en segundo de secundaria, mis recuerdos de la primaria no eran los mejores, lo que lograba recordar era el rechazo de los demás hacia mí, pero ya no me puedo lamentar ya llegó el día menos esperado. Me quedé ahí de pie viendo la nota, después de leer esa nota me sentía como aquella vez, cuando me dieron la peor noticia de mi vida…pero el dolor que estoy sintiendo ahora no se compara con el de aquella vez.
Subí de nuevo las escaleras, llegué al cuarto y abrí las puertas del armario, el uniforme estaba ahí, mi tía… ella era muy buena, con un gran corazón, pero nunca la veía, trabajaba y llegaba muy tarde. Sin ella y sola, los recuerdos me dolían aún más. ¿Por qué me dejaron sola aquí? Empecé a recordar.
“Estaba en tercer grado de primaria, estaba llegando de la escuela, estaba tan feliz ya que me había sacado una nota buena la cual seguro sería premiada con los halagos y tal vez regalos de mis padres. Llegué a casa, recuerdo bien mis palabras- Mamá papá les tengo una sorpresa- busqué por todas partes hasta debajo de las camas pero no estaban, pensé que habían ido de compras así que me senté a esperar, esperé y esperé hasta que me quedé dormida, el sonido del teléfono me despertó, estaba obscuro parecía que había anochecido, pensé- mamá y papá no han llegado, que raro…- tomé el teléfono.
-¿Hola?-estaba un poco emocionada porque pensé que era mamá o papá.
-Hola, Clarece- su voz se rompió al decir mi nombre, esa voz estaba llena de tristeza y dolor pero era tan pequeña que no lo sabía hasta ahora lo logro entender.
-¿Tía?, ¿Qué pasa por qué llamas?
-Clarece, mi niña, tus padres murieron en un accidente de auto-dijo esas palabras las cuales sentí como si fueran una espada filosa metiéndose a mi corazón, nunca había sentido aquello mi pecho se sentía pesado como si un gran peso entrará en él, y mi cara se llenó de cristalinas lagrimas la que cubrían el gran dolor que sentía.”
Me salí de los recuerdos para seguir con lo que se suponía era mi vida. Me vestí, no quería comer, no alisté mi cabello solo me puse mis prensas para no tener el cabello en los ojos, solo quería salir de esa casa.
Llevé las cosas del colegio, pero era muy temprano así que aún seguía obscuro, me encontré con el parque al cual me llevaban mis padres cuando aún vivían, con solo pensar en eso hacía que la nube negra del recuerdo me persiguiera. Me senté en uno de los columpios en donde mi padre me empujaba, sin darme cuenta empezó a llover miré para todas partes pero no veía lluvia, me toqué la cara eran lagrimas no lluvia. Miré hacía el piso, escuché unos pasos del otro lado de los columpios, alcé la mirada y un chico con cara curiosa me veía, tenía el mismo uniforme que yo solo que sin la falda.
-¿Qué quieres?-lo dije tratando de no ofenderlo pero creo que no funcionó por mi tono de voz.
-Ahh…lo siento solo que te vi sola aquí y además llorando- lo dijo como si lo hubiera ofendido.
-Mira, no te conozco así que no debo explicarte nada- gruñí y me limpie las lágrimas de los ojos me levanté del columpio, tomé la maleta dispuesta a salir de ahí pero a mis espaldas escuché.
-¿Sabes?, no deberías llorar sola, sé que no nos conocemos, pero cuando lloras sola el llorar no servirá de nada solo para mojarte la cara-me detuve en frío , no podía creer que ese chico que tenía apariencia de molesto y engreído haya dicho algo que yo pensé alguna vez, pero sin importar que dijera eso seguí caminando, lo que dijo ese chico era muy cierto, siempre había llorado sola en la obscuridad, en cuarto de primaria donde ya habían pasado 7 meses de la muerte de mis padres, siempre me daban ganad de llorar a mitad de clase pero retenía mis sentimientos y me lo guardaba muy adentro no quería que los demás me preguntarán el por qué lloraba , así que nunca tuve un hombro en donde llorar ni el de mi tía, nunca hablaba con ella además tenía demasiado trabajo no quería estorbar.
Por fin llegué al colegio después de caminar lo más lento que se podía pero parecía ser todavía muy temprano, el cielo seguía obscuro o yo lo veía así siempre. Recordé que había puesto dentro de mi maletín el reloj, eran las 6:10 am faltaban 50 minutos, pero el colegio estaba abierto ya que una conserje lo abrió, apenas di el primer vistazo al colegio noté que no tenía nada en especial como siempre. Mientras caminaba encontré un lugar donde dos árboles se juntaban, me metí ahí, como si los arboles me abrazaran, recordé cuando era pequeña me solía esconder en lugares así en la primaria, para llorar y que nadie se diera cuenta. Ese lugar me daba nostalgia tal vez no era gran cosa el estar ahí pero me sentía bien, calmada, algo así como invisible como si nadie se enterara de donde estaba y poder estar alejada un rato del problemático mundo.
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Clarece
Teen FictionClarece es la historia de una chica que siempre se ha sentido sola, gracias a la ausencia de sus padres, y que inesperadamente llega a su vida Jasón, el cual la hará tener sentimientos que nunca ha tenido,