I'm your fucking DADDY. [jjk +18]

•Chapter 3: Obey your daddy•

Jungkook preso de su ebriedad se dirigía a la habitación donde se encontraba Jiwoo.

Pero antes, quiso ir a repasar al menos alguna regla más que pudiera servirle de ayuda para mantener a su baby girl como debía: mojada y ansiosa.

Abrió su laptop tras entrar a su habitación y sentarse y siguió leyendo el interesante artículo daddy kink.

#2 Imponer respeto.

Dato: castigo con sexo sin penetración, sin que baby girl llegue a tener un orgasmo.

Parecía una excepcional regla y algo muy bueno... Para él.

Sí, aquí ser el daddy tenía sus beneficios y al parecer eran incluso algo crueles, pero... Ella era la que lo quería así, la que había comenzado todo esto.

Jungkook en ese momento decidió que ya no sería el tonto y estúpido sumiso pasivo. Algo cambió dentro de él, para siempre. Los juegos de Jiwoo durante ese año, se iban a convertir en los de él.

Ella iba a rogar, ella iba a ponerse sobre sus rodillas para pedir más.

Su mirada de repente, se tornó oscura y sus pensamientos sólo le indicaban que tenía que saciarse en el cuerpo de Jiwoo.

Se levantó bruscamente y caminó calmado y con una actitud demasiado diferente, él ya sabía lo que debía hacer.

No iba a volver a necesitar estúpidos tutoriales.

Abrió la puerta dejando ver su perfecta silueta sobre el marco de ésta.

Vio a Jiwoo aún en su bata roja de satén recostada con su teléfono pero mirándolo a él expectante. Dedució rápidamente que aún traería esa linda lencería de cuero abajo y sonrió ante esto. Una sonrisa casi imperceptible para cualquiera, menos para Jiwoo que al sentir la energía sexual que Jungkook traía consigo, se levantó para acercarse a él.

—Pensé que jamás vendrías. -dijo tocando con su mano izquierda el torso del makne por encima de la camisa blanca desprendida que traía donde también se apreciaban sus abdominales realmente marcados por el exceso de baile que había tenido últimamente.

Jungkook tomó la mano de Jiwoo y la apretó fuerte sin ni siquiera cambiar su expresión facial en lo más mínimo.

—A partir de ahora, me vas a tocar cuando te lo diga, de la manera que te lo diga y donde sea que te lo diga. Sin quejas, o habrá fuertes castigos. -seguía con su expresión de indiferencia total.

Pero a su mente, sólo la invadía un pensamiento: Jiwoo haciéndole sexo oral hasta que le sacara la última gota de semen.

Puso manos a la obra, y con eso me refiero a que las colocó sobre el trasero de Jiwoo para besarla con una real desesperación y locura, haciendo que su lengua danzara en toda la cavidad bucal de la susodicha.

A Jiwoo le gustaba muchísimo Jungkook, incluso se podría decir que estaba un poquito enamorada de él y todo este tiempo sólo lo había provocado para intentar conquistarlo a base de sexo.

Y es que ella era una especie de ninfómana y hacía eso con todos los que le gustaban.

Y en este momento se encontraba más que excitada, necesitada y ansiosa por poder tener al castaño adentro de ella, sobre ella, y abajo de ella.

Claramente no contaba con los oscuros planes del maknae.

Éste comenzó a caminar mientras la besaba, haciendo que ella también lo hiciera pero de espaldas hasta llegar a la cama.

Ambos cayeron en ésta, uno arriba de la otra mediante besos y toqueteos por todo su cuello, pecho y cintura. Ella paseaba sus manos por la dura espalda de Jungkook y apiraba fuerte el olor que él expedía. Era un olor a perfume de hombre demasiado sexy, realmente cautivador, se sentía aturdida por la cantidad de excitación que él le producía.