Capítulo 4: No me tienes que cuidar

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-¿Ice no vino? -Quien hizo esa pregunta fue el noruego, recibiendo un "no" de parte de Roderich. -No, pidió ausentarse. Está con una fuerte gripe. Tú eres su hermano, pensé que estarías al tanto de eso. De todas formas, lo estoy reemplazando hasta que se recupere. -Explicó el austriaco, con su usual tono "estirado".

-Vale, gracias. -Y se retiró el nórdico, no tenía nada que hacer allí. Después de todo, su interés en ir todos los días a la biblioteca era para ver a su hermanito y acompañarlo. La lectura también, pero lo primero primaba para él.

"Lo iré a ver", pensó el noruego y con calma se dirigió al internado. Gissur estaba muy distante desde el día anterior, le extrañaba que se fuera corriendo a su habitación ese día. Además, no lo había visto en todo el día, debía verlo y saber qué le ocurría.

-¡¿Qué haces aquí, Nore?! -La respuesta era tan obvia, aun así se la diría. -Vine a verte, ¿no es obvio? Ahora, abre la puerta, la sopa se enfriará, lillerbror. -Y Gissur no podía creer que de verdad le hubiera traído sopa. Lo creía y no. Bueno... era posible, lo que no quitaba que le pareciera extraño.

-No hace falta, puedo cuidarme solo, es solo una gripe. Puedes regresar por donde viniste. -Bastante cortante fue el menor, pero no contaba con lo insistente del rubio, sabía que lo era, pero pensó que tras esa negativa iba a irse y dejarlo solo, solo con su desánimo y su gripe. Era raro que estuviera con gripe, puesto que era verano. Si estaba enfermo fue por inconsciente.

-Lillerbror... -Odiaba tanto que aquella nación le llamara así, hería, hería mucho. -Ve a molestar a otro, déjame solo, Noregur. -Más que irritado, sonaba triste, y lo estaba. -Ice, si no me dejas entrar, haré que venga la enfermera del instituto y de paso traeré a Dagmar.

Okey, esa amenaza hizo efecto en un parpadeo, porque ahora la puerta de la habitación fue abierta por el menor de los nórdicos. -Oh, por Thor... de verdad trajiste sopa. -El rubio asintió y pasó con confianza a la habitación. -Vaya, tienes un poco de fiebre, liller. -El hermano mayor había puesto su mano sobre la frente del menor, tras haber dejado en la mesita de noche la bandeja que traía. -¿Qué hiciste para pescar esta gripe?

"Quedarme en la bañera con agua fría por horas, pensando en ti y en lo imposible que es que seas mi pareja, Nore. Y dormirme con el cabello mojado tras estar una hora afuera mirando las estrellas". No, definitivamente no iba a decirle eso, lo cual era la pura y santa verdad. -Qué sé yo, alguien me habrá contagiado, ni idea. -El islandés rehuyó de la mirada añil, porque mentía y no quería que lo descubrieran.

-Nadie está con gripe en el instituto, Ice. -Era cierto, eso no lo podía negar. -No me interesa. -Y tras esa frase, Gissur fue a recostarse a su cama, aunque tenía fiebre, tenía frío, por lo que se acostó de lado, tapándose hasta las narices. -Esto me trae recuerdos. -Muy estoico dijo el hermano mayor.

-Puedes ir a sentir nostalgia con Danmörk, seguro él te recibirá con una sonrisa y un plato de galletas. -Floki entrecerró los ojos y fue a hincarse a un lado de la cama, mirando al pequeño. -La fiebre te tiene diciendo tonterías, lillerbror. -Y la mano de Floki acarició los platinados cabellos, recibiendo un suspiro del muchacho que arisco se comportaba.

-Acomódate, te traeré la sopa, Ice. -Gissur se sentó, no por la sugerencia-orden, sino que para acomodarse las mangas de su pijama. Encontrándose con su hermano, que sostenía una bandeja, en ella un plato de sopa, un vaso de agua y un par de medicamentos contra la gripe. -Nore, ya comí. -Ese hecho no impediría que el menor tomara los medicamentos y la sopa, la cual, dicho sea de paso, olía muy bien. -Lillerbror, si no tomas los medicamentos y la sooa, me quedaré aquí, toda la noche. Y sabes que cumplo con lo que digo. Así que, sé lindo y deja que tu stror bror te cuide. -La sola idea de tenerle ahí toda la noche, y tener que explicarlo a sus otros dos compañeros de habitación le obligaba a hacerle caso. -Qué chantaje más descarado...

Al noruego le daba igual, sabía que el pequeño accedería y haría caso. Y así fue, ya que ahora el muchacho se sentó, a espera de sus próximos actos. Y ni corto ni perezoso, el noruego se sentó a su lado, mirándole a la cara y dejando la bandeja en sus propias piernas. -Primero los medicamentos. -Floki le extendió un par de cápsulas a su hermanito y el vaso de agua, siendo recibidos en el acto. -Que sepas que yo puedo tomar solo la sopa. -El nórdico más joven se tomó los medicamentos y con ver a su acompañante negar con la cabeza, supo que este también se encargaría de darle la sopa. No tenía idea de cómo lo sabía, solo lo sabía, y no erró en tal pensamiento.

El rubio le arrebató el vaso y lo dejó en la bandeja, para luego tomar con su izquierda el plato y mirar muy tranquilo a su hermanito. -Dí ah... -El carmín de las mejillas islandesas se intensificó, por la pura vergüenza. Aunque estaban solos, le era de lo más vergonzoso. -¿Es bromas? -No, no era una broma y se lo hizo saber al islandés con un "nej". -Dije que te cuidaría y eso haré. Sé un buen chico y déjate consentir, lillerbror. -La nación más joven suspiró, de cansancio y resignación. -Luego te vas, Nore, ¿entendido? -Y por fin Gissur cedió, abriendo la boca, el mayor no tardó en comenzar a darle por cucharadas la sopa. -Buen chico. -El rubio le felicitó.

A decir verdad, la sopa sabía muy bien y le resultaba agradable, era justo como le gustaba. Por un momento sintió la nostalgia invadirle, pero esa misma nostalgia que le resultaba linda, le molestaba. -Listo, esa era la última cucharada, Ice. Estabas muy pensativo, ¿en qué pensabas? -No podía ser cierto, para él fue como si hubiera sido un instante, y no casi un par de minutos. -En nada. -Esa respuesta no la creyó el rubio. Floki se levantó y fue a dejar la bandeja y demás cosas a la mesita de noche, volviendo a sentarse al lado del chico que agripado estaba.

-Ya te sentirás mejor, liller. -¿Qué era esto? ¿Un intento de su hermano de hacerle sentir nostálgico y pequeño? Por que, eso parecía y le hacía sentir peor, ya que eso, no hacía más que incrementar su tristeza y mostrar la inquebrantable distancia que había entre ellos, respecto a ser amantes.

-¿Ya puedes dejarme solo, Noregur? -Y Floki no le hizo caso, tras verle recostarse se echó a su lado. Rodeando a su hermanito en un abrazo, firme, pero cálido, pese a mostrarse inexpresivo. -Ice... -Gissur no supo porqué su cuerpo se quedó quieto, sin rechazar sus brazos y quedándose en silencio.

El silencio y calma se apoderaron de la situación. Solo las respiración de ese par de nórdicos era lo único audible.

Un poco más de una hora duró ese abrazo. Hasta que la suave voz del mayor se escuchó.

-Ice, me debo ir. Mañana te vendré a cuidar, já? -Floki se levantó, dejando a su acompañante bien tapado, el cual estaba adormilado.

-No me tienes que cuidar. -Gissur bostezó tras decir eso.

-No, te tengo que proteger. -Y luego de dejar esa frase en el aire, se marchó el noruego.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2018 ⏰

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