Sentí como la cálida luz empezó a avanzar desde el balcón hasta el otro extremo de la cama, hace apenas unas semanas que había llegado a ese lugar, pero no me costó adaptarme, bastaba con modificar uno que otro detalle en mis modales para encajar completamente, cuando persivi el calor en mi rostro abrí los ojos para para ver la luz, debajo de mis párpados ni aunque estuvieran directamente contra el sol podía notarla, era una de las desventajas de mi poder, mi cuerpo siempre pensaba que el futuro tenía que ser demasiado claro e inconfundible por un rayito de Luz frente a mí.
Después de una pequeña admiración del paisaje me levanté con el camisón casi por arriba de mis piernas, lo acomode por debajo de mis rodillas por si llegaba Esmeralda, nunca tardaba más de lo que yo iba al balcón para asomarme a ver la Ciudad y regocijarme para mis adentros, además me recordaba que tenía que hallar una forma de que Lixea viviera conmigo, el gran imperio me había arrebatado de las calles y de mi hermana por mi extraño poder de ver el futuro, en un abrir y cerrar de ojos pase de ser un Gas a una Gema, un miembro de la realeza nombrado así porque se supone que soy un tesoro para el gran imperio, aunque en mi opinión literaria las gemas preciosas solo eran rocas pulidas muy enaltecidas; aún así aunque valiera mucho para ellos no me habían dejado traer a mi hermana conmigo, dijeron que todo tiene un orden y un lugar imposible de cambiar, que lo que yo pedía era como decirle al oro que transformase el carbón en plata, que porque yo fuera tan talentosa no significaba que mi hermana tuviera esa misma gracia, sin embargo pensaron que si al madurar de igual modo que yo, ella tuviera un don preciado y digno del gran imperio incluso tendría la posibilidad de tener un cargo superior al mío.
Esmeralda entro sin tocar como siempre, en sus manos traía la charola con suficiente comida para alimentarme dos veces y quedar satisfecha, la dejo en la mesita y pareció un poco alterada al verme fuera, en donde el amarillo del amanecer me tocaba.
-Señorita... Señorita- se acerco corriendo, el vestido que tenía era más simple que el camisón con el que yo dormía, eso era porque las damas de compañía como ella no tenían el derecho de resaltar más que sus amas, siempre que hablaba con ese tono desesperado yo sonreía, para mí más que una bu cama a pesar del poco tiempo que habíamos estado juntas era mi amiga - Señorita... No debería estar exponiéndose así al sol, y menos descalza, recuerde que los videntes suelen tener visiones con más frecuencia si están completamente sanos.
En parte comprendía su desesperación, ni una sola visión me había acechado en la última semana, así que no tenía nada que reportar a las palomas, mensajeros que llevaban información que intercambiar entre el gran imperio y sus súbditos, de este modo si no daba resultados de nada ellos podrían quitarme todo lo que me habían dado y Esmeralda perdería su trabajo.
-Pero si estoy totalmente bien, Esmeralda, no te preocupes tanto- dije señalando la montaña de comida en la mesita para que ella la volteara a ver - porque sigues trayendo tanto si sabes que no me lo acabo-
-Bueno..., Señorita es mi trabajo cuidar bien de usted, además recuerde que si tiene hambre durante una visión podría confundir el mensaje-
-Tonterías querida, sabes muy bien que no por tener hambre confundire un gran catástrofe con la paz del planeta-
-Bueno, pero hoy es la fiesta del joven Odric, y no creo que el desee una esposa con la espalda hasta el piso- creo que abrí demasiado los ojos por la cara que hizo, su risa provoco la mía instantáneamente y yo solo reaccione-
-¡Esmeralda¡- mi descontrolada risa no me dejaba hablar-Qué pasa contigo hoy he...? pareces feliz de verme-
-Yo siempre estoy feliz de verla mi señora- dijo controlando las carcajadas que salieron de su boca para convertirse en una curva de sus labios.
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La Perfecta.
Random"Xavier" susurré tratando de hacer que volviera su vista "creo que moriremos" "Tranquila, solo estás nerviosa" respondió y siguió avanzando. "No" lo detuve del hombro "Enserio, lo he visto" afirme viéndolo a los ojos. "Bien" cedió "si lo hacemos, se...