Alice.
Después de desayunar en la pequeña mesita que habían puesto en mi cuarto, Esmeralda preparo el baño, con burbujas obligatorias para ella, me quite el camisón que llevaba y mientras Esmeralda lo llevaba a lavar, me metí con cuidado en la tina que parecía de porcelana, me dispuse a disfrutar el baño ya que sabía que después de este, el día se lo tendría que dedicar por completo al baile, o aun peor, a impresionar a Arista la madre de Odric, la cual parecía que su vida no dependía de más que hacer imposible la mía.
La sensación de mis manos pasando el jabón por mi piel ayudo a quitar un poco el estrés, con un jabón diferente que me dejaba el pelo suave al tacto como me empece a tallar mi lacia melena negra; así me tome mi tiempo para enjuagarlo recargando mi cabeza en la pared blanca; no me era fácil despejar mi mente de Lixea a quien aun no sabía como ayudar pero cada vez que lo intentaba era más fácil poner mi mente en blanco y soñar.
Del baño pase a estar en una linda sala arreglada, la música en el fondo era encantadora, todos sonreían, camine entre la gente formal que me dedicaba sonrisas y saludos hipócritas desde cada rincón del salón, al llegar al centro rote sobre mi misma posición con los ojos cerrados y mi cabeza mirando al cielo, extendí los brazos a los lados para sentir el aire en mis manos, cuando de la nada demasiados cristales para contarlos venían en mi dirección , las ventanas rotas dejaron entra una gran bocanada de aire que agitaba las cortinas y cubría la sombra de alguien, el temor se apodero de mí y corrí por aquel salón que ahora estaba solo, no oía nada más que mis tacones pegar en el suelo, aun así yo seguía alejándome muerta de miedo, pero algo más fuerte me paro, todo a mi alrededor se osbcureció; sobre mí caía una luz blanca tranquilizadora, el miedo ya no existía y si seguí ahí era apaciguado por otro vals que empezó a sonar por todos lados, unas manos me sujetaron de la cintura, subieron hasta mis brazos y los extendieron, aquella persona sea quien sea me hacía sentir segura, por lo cual cedí a sus caprichos bailando con el aquella pieza, no veía bien su rostro pero el simple hecho de como se movía en esa danza me daba la confianza que necesitaba para obedecerlo, poco a poco los gritos y aplausos callaron la música, la luz volvió, podía ver tanta gente a mi alrededor como para llenar el palacio, de un instante a otro me halle sentada en una silla demasiado grande para serlo, pero cómoda para negar su existencia, mientras colocaban algo frágil pero pesado en mi cabeza, detrás de mí oía la voz conocida y bien parecida de Odric que me felicitaba al oído, caminos unos pasos por delante e hizo una reverencia con sus manos para decirle a la gente - Les presento a su nueva reina-; ahora los gritos me lastimaban los tímpanos pero no sentía la necesidad de salir de ahí, era un lugar agradable y pacifico como aquella tina de baño en la que estaba, los gritos desaparecieron de repente, la gente y la corona todo se esfumaba, incluso tuve la sensación de que el aire se convertía en agua, se volvía a mí para atacarme, me ahogaba, me ahogaba, me ahogaba, es un sueño, no es real, no es real, no es real, no es real, ni siquiera estoy consciente, estoy consciente, estoy consciente, estoy consciente, no es un sueño, ¡ES UNA VISIÓN¡.
Abrí mis ojos y estaba sumergida en aquella tina de baño cuya agua parecía ahora transparente, mi piel se resbalaba dentro del agua por lo que saque mis manos para sostenerme de los bordes y salí, tome todo el aire que pude, mi corazón latía fuerte igual que en todas las visiones, pero ahora me lastimaba, lleve una de mis manos a mi pecho, lo podía sentir, golpeaba con fuerza mi interior, golpeaba por liberarse, golpeaba por salir.
Después del baño, Esmeralda llego un poco después..., me llevo el vestido que Odric había elegido para mí, era rojo con piedras que brillaban en la mitad del torso y subían hasta el pecho, sin mangas ni tirantes, pero tampoco era escotado, seguro representaba parte del poder de su familia, para poder elegir con quien se casaría su hijo, sin embargo las veces que había estado con el, Odric no parecía de los más cruel como muchas de las otras Gemas que había conocido hasta ese entonces y que no tenían interés más que en sus propias vidas y placeres, al contrario el era tan amigable conmigo que incluso llegue a pensar en darle una oportunidad y es que para ser de una clase tan alta parecía poder ser perfecto, su altura era ideal, su rostro marcado y labios carnosos parecían hacer el perfecto contraste con su pelo, el a comparación de la sociedad en la que había sido criado era demasiado bueno para ser real; aún así descarte el vestido de mi lista de opciones, era demasiado llamativo para mí y ya que no sabía totalmente como comportarme enfrente de toda aquella gente preferí no llamar la atención. Lo que elegí era un poco más sencillo, no muy llamativo pero si lo suficiente para agradar a sus padres, que querían ser el centro de atención en todo lugar.

ESTÁS LEYENDO
La Perfecta.
Random"Xavier" susurré tratando de hacer que volviera su vista "creo que moriremos" "Tranquila, solo estás nerviosa" respondió y siguió avanzando. "No" lo detuve del hombro "Enserio, lo he visto" afirme viéndolo a los ojos. "Bien" cedió "si lo hacemos, se...